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sábado, 5 de agosto de 2017

La instauración de una Falsa Iglesia Ecuménica en el Mundo


Maqueta iglesia Ecuménica


Fulton John Sheen, fue un arzobispo estadounidense de la Iglesia Católica y obispo de la Diócesis de Rochester ; escribió importantes libros de una profunda espiritualidad y sentido teológico y Escatológico.

Fecha de nacimiento: 8 de mayo de 1895, El Paso, Illinois, Estados Unidos

Fallecimiento: 9 de diciembre de 1979, Nueva York, Nueva York, Estados Unidos

En su libro El Comunismo y la conciencia de Occidente, el Arzobispo Fulton Sheen analiza la instauración de una Falsa Iglesia Ecuménica profundizando sobre la forma y la Manifestación Aparente del anticristo de los escritos de este Venerable y Carismático Arzobispo, cuya Causa de su Beatificación se adelanta en la iglesia; a la luz de su Visión profética examinemos con detenimiento algunos apartes de sus escritos : 


[Satanás] establecerá una contra iglesia, que será el simio de la Iglesia [Católica]… Tendrá todas las notas y características de la Iglesia, pero a la inversa y vaciada de su contenido divino. Vivimos en los días del Apocalipsis. Las dos grandes fuerzas -el Cuerpo Místico de Cristo y el Cuerpo Místico del anticristo- están comenzando a trazar líneas de batalla para la catastrófica contienda. “El falso profeta tendrá una religión sin cruz. Una religión sin un mundo por venir. Una religión para destruir las religiones. Habrá una iglesia falsa.” 

La Iglesia de Cristo, la Iglesia Católica será una; Y el falso profeta creará la otra. La falsa iglesia será mundana, ecuménica (en todo sentido, aun con los paganos) y global. Será una federación floja de iglesias y religiones, formando algún tipo de asociación global. Un parlamento mundial de iglesias. Será vaciado de todo contenido divino, será el cuerpo místico del anticristo. 


<<El Cuerpo Místico en la tierra hoy tendrá su Judas Iscariote, y él será el falso profeta. >> 


El Anticristo no será llamado así; De lo contrario, no tendría seguidores. No usará medias rojas, ni vomitará azufre, ni llevará un tridente ni agitará una cola con flecha como Mefistófeles en Fausto. Esta mascarada ha ayudado al diablo a convencer a los hombres de que no existe. 

Cuando nadie lo reconoce, más fuerza ejerce. Dios se ha definido a Sí mismo como “Yo soy el que soy”, y el Diablo como “Yo soy el que no soy”. 

En ninguna parte de la Sagrada Escritura encontramos una descripción para el mito popular del Diablo como un bufón que está vestido como el primer “rojo” del mundo. Más bien, es descrito como un ángel caído del cielo, como “el príncipe de este mundo”, cuyo negocio es decirnos que no hay otro mundo. 

Su lógica es simple: si no hay cielo, no hay infierno; Si no hay infierno, entonces no hay pecado; Si no hay pecado, entonces no hay juez; Y si no hay juicio, entonces el mal es bueno, y el bien es malo. Pero sobre todo estas descripciones, Nuestro Señor nos dice que él será tan semejante a Él mismo que engañaría incluso a los elegidos y ciertamente ningún diablo jamás visto en los libros ilustrados podría engañar incluso a los elegidos.

¿Cómo vendrá en esta nueva era para ganar seguidores a su religión

La creencia rusa pre-comunista es que vendrá disfrazado como el gran humanitario; Hablará de paz, prosperidad y abundancia, no como medio para conducirnos a Dios, sino como fines en sí mismos. La tercera tentación en la que Satanás pidió a Cristo que lo adorara a él ya todos los reinos del mundo sería Suya, se convertirá en la tentación de tener una nueva religión sin Cruz, una liturgia sin un mundo por venir, una religión para destruir una religión o Una política que es una religión, que da a César lo que es de Dios.

En medio de su aparente amor por la humanidad y de su afanoso hablar de libertad e igualdad, tendrá un gran secreto que no dirá a nadie: no creerá en Dios. Implantara su dictadura. 

Porque su religión será fraternidad sin la paternidad de Dios, engañará hasta a los elegidos. Establecerá una contra iglesia que será el simio de la Iglesia, porque él, el Diablo, es el simio de Dios. Tendrá todas las notas y características de la Iglesia, pero al revés y vaciado de su contenido divino.