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viernes, 9 de febrero de 2018

¿Es idolatría La veneración de las reliquias?


Desde la época de los Mártires La Iglesia le ha dado reverencia especial a esos cuerpos que sirvieron en su momento de testimonio de fidelidad a Jesús y su Evangelio, más tarde esta reverencia se le dio también a los cuerpos de los Santos que en su momento fueron ungidos en el Bautismo como morada del Espíritu Santo y que actualmente alaban al Cordero delante del Trono de Dios; Así surgen las Reliquias que existen en algunas de nuestras Iglesias y que a las que muchos fieles atribuyen sanaciones milagrosas. 

Por eso podemos preguntarnos: ¿cuál es la doctrina católica sobre el tema de las reliquias? Para responder a esta pregunta, vamos a evocar algunos momentos de la historia y citas bíblicas del uso de las reliquias en el antiguo testamento entre el pueblo de Israel y el Nuevo testamento de las primeras comunidades cristianas y así como documentos importantes de la Iglesia católica que hablan sobre estos objetos de devoción.

Dicen y afirman los protestantes, “eso si no es Bíblico, es idolatría” Pues bien, que se apresten a abrir sus Biblias Reina Valera y busquen II Reyes 13, 21, dice así:

“Y aconteció que al sepultar unos a un hombre, súbitamente vieron una banda armada y arrojaron el cadáver en el sepulcro de Elíseo; y cuando llego a tocar el muerto los huesos de Elíseo revivió y se levantó por sus pies”.

Pues bien, qué les parece? El mismo Elíseo nos sirve para autenticar las reliquias, será Elíseo Católico? Se podrá acusar a un profeta con el espíritu del Profeta Elías de Idólatra? Condena la Biblia que los huesos de Elíseo no solo sanara, sino reviviera un muerto? Pues claro que no!! he aquí el antecedente y la justificación Bíblica de nuestras reliquias que si bien los huesos de Elíseo no estaban expuestos a veneración, nadie puede negar que tenían la virtud de sanar.

"Dios obraba por medio de Pablo milagros no comunes, de forma que bastaba aplicar a los enfermos los pañuelos o mandiles que había usado y se alejaban de ellos las enfermedades y salían los espíritus malos". (Hechos 19,11-12)

No sólo reliquias sino que hasta la sombra de Pedro curaba a los enfermos: "hasta tal punto que incluso sacaban los enfermos a las plazas y los colocaban en lechos y camillas, para que, al pasar Pedro, siquiera su sombra cubriese a alguno de ellos." (Hechos 5,15). Dos versículos después vemos que los fariseos llenos de envidia ante los milagros se opusieron a estas prácticas.

También Moisés se llevó las reliquias de José  como  lo describe el libro del  Exodo13:19 "Y Moisés tomó consigo los huesos de José, pues éste había hecho jurar solemnemente a los hijos de Israel, diciendo: Ciertamente os visitará Dios, y entonces llevaréis de aquí mis huesos con vosotros."

 Las reliquias en los primeros siglos de la Iglesia :

La Carta de los fieles de la Iglesia de Esmirna, año 156 A.D. es representativa de la veneración a los mártires:

"Tomamos los huesos, que son más valiosos que piedras preciosas y más finos que oro refinado, y los pusimos en un lugar apropiado, donde el Señor nos permitirá reunirnos"

San Jerónimo (siglo IV) esbozó en su Carta a Ripparium las razones por las que se veneran las reliquias: “No rendimos culto y no adoramos por temor a hacerlo a las creaturas en vez de al Creador, pero veneramos las reliquias de los mártires para adorarle más a Él, dueño y Señor de los mártires”.

San Gregorio de Nyssa (siglo IV) describe en su Panegírico a San Teodoro Mártir el significado y la vivencia de tocar las reliquias: “Sólo los que han experimentado la felicidad de tocar las reliquias y han obtenido sus peticiones 

San Agustín de Hipona (siglo V) en su libro La Ciudad de Dios dice: “Está claro que quien tiene afecto por alguien venera lo que queda de ésa persona tras su muerte, no sólo su cuerpo sino partes de él e incluso cosas externas, como sus ropas. Entonces, en memoria de ellos [los santos] debemos de honrar sus reliquias, principalmente sus cuerpos, que eran templos del Espíritu Santo”.

 Dios puede utilizar las cosas naturales de forma sobrenatural. Cf. Tb. 11, 7,9. "Rafael iba diciendo a Tobías, mientras se acercaban al padre: «Tengo por seguro que se abrirán los ojos de tu padre. Úntale los ojos con la hiel del pez, y el remedio hará que las manchas blancas se contraigan y se le caerán como escamos de los ojos. Y así tu padre podrá mirar y ver la luz.» Corrió Ana y se echó al cuello de su hijo, diciendo: «¡Ya te he visto, hijo! ¡ "Y rompió a llorar."

 Las reliquias pueden ser de tres grados:

Reliquias  de Primer grado: un fragmento del cuerpo. : 


Reliquias  Segundo  grado: un fragmento de su ropa o de algo que el santo usaba durante su vida (rosario, Biblia, cruz, etc.).

También objetos asociados con el sufrimiento de un mártir

Reliquias de tercer grado: cualquier objeto que ha sido tocado a una reliquia de primer grado o a la tumba de un santo.


Errores que se deben evitar en relación a las reliquias:
1- Creer que las reliquias tienen poder por sí mismas. Esto sería magia y superstición. Nuestra atención al venerarlas está en el santo.

2- Exagerar la importancia de las reliquias en la Iglesia. Las reliquias pueden ser una ayuda a la fe pero no son parte central de ella.

3- Despreciarlas o dudar que Dios pueda utilizar sus instrumentos escogidos para hacer milagros según sus designios. Ejemplo: ¿Acaso necesitaba Dios darle una vara a Moisés para hacer milagros? No. Dios no necesita ni de la vara ni de Moisés, pero Dios sí ha querido valerse de ambos.

4- Comerciar con reliquias, falsificarlas, explotar a los ingenuos. Sin duda se han cometido excesos de este tipo. San Agustín (+430) denunció a impostores vestidos como monjes que vendían reliquias falsas. El Papa San Gregorio (+604) prohibió la venta de reliquias y la perturbación de tumbas en las catacumbas. A pesar de ello se cometieron muchos abusos. Los protestantes, en vez de rechazar los abusos rechazaron las reliquias en general. El Concilio de Trento (1563) defendió la invocación a los santos, la veneración de las reliquias y las tumbas de los santos.

Dios continúa hoy haciendo milagros y se deleita de hacer muchos de ellos por la intercesión de sus santos. En mi experiencia personal, encontrarme ante una reliquia me ayuda a meditar sobre el santo como una persona real que vivió nuestras luchas en la tierra y está ahora en el cielo.


 Declaraciones de la Iglesia sobre las reliquias: 

· La Iglesia aprueba la veneración de reliquias auténticas. (Concilio de Trento)

 Segun la Ley Canónica, #1190 :

1. Está terminantemente prohibido vender reliquias sagradas. (simonía)

2. Las reliquias insignes así como aquellas otras que gozan de gran veneración del pueblo no pueden en modo alguno enajenarse válidamente o trasladarse a perpetuidad sin licencia de la Sede Apostólica.

"Debe observarse la antigua tradición de colocar bajo el altar fijo reliquias de Mártires o de otros Santos, según las normas litúrgicas". Canon #1237.

Bendiciones +++