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miércoles, 16 de enero de 2019

Tratado Sobre La Gracia y la Justificación


Que la gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo, sean con todos vosotros. (Cf 2Co 13:13).

Para comprender los frutos de la gracia y la Justificación y los efectos que imprimen en el Alma en el hombre interior; en primer lugar, vamos a reflexionar sobre los escritos de San Buenaventura en su magnífica obra del Doctor de la Iglesia que nos habla en sus tratados de << La Unión entre lo Divino y lo Humano>>. 

A partir de la de la Obra trinitaria según la Concepción del Reino de Dios y su Justicia dada por San Buenaventura, las tres cualidades del Reino de Dios son: La Gloria, La Belleza y la Felicidad. De las tres divinas personas dimanan el Esplendor de la Gloria del Padre, La Pureza y Sabiduría del Hijo y la Benevolencia y dulzura del Espíritu Santo. 

El espíritu Santo es el vínculo de Caridad perfectísima del Padre y del Hijo que, por su obra y Gracia, proviene el Don infundido por Dios que Finalmente purifica a el Alma la perfecciona, la vivifica, la Transforma, Eleva y la une con Dios en un solo Acto puro de Amor. 

La Gracia, antes de la Caída de Adán y Eva: 

Ningún hombre es digno de acceder al sumo Bien que es Dios; si no es movido por la gracia que trasciende los limites propios de su naturaleza a menos que Dios en su condescendía y bondad infinita lo eleve a la beatitud Eterna y gloriosa de su Reino. 

Adán y Eva fueron creados sin debilidad, por tanto, fueron creados para ser capaces de contemplar y adorar a Dios, en el principio en ellos no existía La ignorancia, la malicia, la enfermedad y la muerte. Adán y Eva creados por Dios a su imagen y semejanza, reflejaban la Luz que es comparada con la gracia en el Alma de nuestros primeros Padres; sus facultades y potencias del Alma: (La Razón, la Voluntad y la memoria), estaban iluminadas en una perfecta Armonía y orden por el Influjo divino de la Gracia que era la Luz misma. 

La Gracia, después de la caída la Caída de Adán y Eva: 

Antes de la caída el hombre poseía una naturaleza perfecta revestida de la gracia Divina por esto resulta claro que, Adan en un acto libre y voluntario se precipito y se replegó sobre sí mismo y prefirió satisfacer los deseos y apetitos de su voluntad tomando el “Fruto prohibido” para sí mismo, privándose de la gracia con la que fue creado rompiendo el orden y la armonía establecida por Dios, deseo más a las creaturas que a su Creador. 

La desnudez del Cuerpo refleja también la Desnudez del Alma, es por esta razón que Adán y Eva se “les abrieron los Ojos” (Gen 3,7) y perdieron el dominio sobre las todas las creaturas y sobre si mismos la armonía entre Adán y Eva, se vio fracturada y las tensiones por la pérdida de la gracia se hicieron manifiestos. 

En realidad, la falta y pecado cometido por la desobediencia, según San buenaventura no les agrego nada a Adán y Eva, si no que los los privo corrompió su Alma de la gracia Santificante; porque todo aquello que ocupa el lugar donde mora Dios es idolatría. Por este principio San Agustín al definir el origen y la naturaleza del Mal define que el <<Mal es la Ausencia del Bien. 

Hermanos,” la luz y las Tinieblas no coexisten, donde Brilla la Luz no hay oscuridad y donde no hay luz todo es oscuridad”. Podríamos deducir razonablemente que lo Santo y lo profano no se pueden mezclar. Mas solo Dios en su soberanía infinita puede <<crear de un mal un bien mayor>>. (Confesiones San Agustín). 

El Amor Divino que procede del Padre y del Hijo imprime un carácter en el Alma de donación y promesa hecha por Jesús antes de su pasión y que ha de ser cumplida a plenitud después de su Resurrección, Según los escritos de San Buenaventura, Jesucristo promete enviar el Espíritu Santo a sus discípulos por estas tres razones fundamentales:

1- Razón de Carácter psicológico: En primer lugar, el Espíritu Santo es la presencia de Dios entre nosotros, presencia que obedece a un deseo de la voluntad y la libertad Divina, ello representa para el hombre una Consolación. 

2- Razón Cristológica: En segundo lugar, el carácter sublime de la naturaleza gloriosa de cristo su Espíritu Santo es un don triunfante, el don de la resurrección libera al hombre y lo hace capaz de recibir sus gracias, por ello la pascua de Cristo es un acontecimiento de Reconciliación que restaura la paz entre Dios y el hombre y el Testigo de este hecho es el Espíritu Santo. 

3- Razón Salvífica: En tercer lugar, por la obra y la gracia del Espíritu Santo el hombre se reconcilia con Dios, El hombre fue creado el día sexto para entrar en su reposo al día Séptimo que Dios Bendice y Santifica (Gen 1,31;2,2). Sin embargo, el hombre se aparto de la Luz verdadera para dirigirse hacia un deseo desordenado que lo enceguece y lo sumerge en las tinieblas y le impide “ver” el esplendor y la gracia con la que fue creado en su estado original. 

En resumen, por estas razones la gracia es la perfecta santidad de Jesucristo que vuelve al hombre capaz de recibir el influjo divino, por el cual la naturaleza humana entra en comunión y de plenitud con la naturaleza divina, donde brotan los dones del Espíritu Santo entre los fieles y el cuerpo místico de Jesucristo que es la Iglesia que tiene a Jesucristo por Cabeza Sumo y Eterno Sacerdote.

Tipos de Gracia: 
San buenaventura, para hablar de la perfección del alma contemplativa y los tipos de gracia recurre a la bella imagen apocalíptica de las doce puertas de la ciudad Jerusalen, (tres en cada uno de los puntos cardinales. Apoc 21,13),veamos en el cuadro siguiente la recapitulación de los tipos de gracia en la obra esencial del Espíritu Santo.

Tipos de Gracia
Efectos  en el Alma
Puerta
1-Gracia Bautismal
Donde el Alma es regenarada y nace  espititual.
 Oriente
2-Gracia Penitencial
Por ella el hombre sale del crepúsculo.
Occidente
3-Gracia de la Perseverancia
Donde el hombre se fortifica contra los males y las tribulaciones.
Norte
4-Gracia de la Sabiduría
Ilumina el hombre para que conozca el libro de la naturaleza, de las Sagradas Escrituras y la gracia.

 Sur

1-La Gracia Bautismal:La gracia Bautismal es necesaria para participar en el Reino de los Cielos, porque el mismo Señor Jesucristo lo afirmo en el evangelio de (Juan 2, 5),” Nadie que no nazca del agua y del Espíritu podrá entrar en el Reino de Dios”. El pecado de nuestros primeros padres hizo de nosotros hijos de la cólera, tal como lo confirma (Cf Ef. 2,3) y por lo tanto hijos de la indignación y de la perdición; sin embargo, el Bautismo nos devuelve la inocencia primera perdida por el pecado original.

Así pues, las puertas de los cielos cerradas por el pecado se abren y restituyen el don y la gracia perdidos por el pecado de Adán y Eva. Es en verdad justo y necesario que habiendo recibido el Sacramento del Bautismo el hombre preserve en su alma la Gracia Bautismal, por la Fe en la suprema verdad, por el amor de la suprema bondad y por la imitación de su suprema virtud. Porque sin la Fe es imposible agradar a Dios (Hb 11,6). En efecto aquel que no puede ver y contemplar la verdad no podrá tampoco ver el Reino de Dios que es Gozo y Verdad. Para entra en la verdad hay que creer en ella (Is 7,9). 

El amor a la suprema bondad, es Jesucristo que es el poder y la sabiduría de Dios donde se hayan escondidos los tesoros de la Sabiduría y de la ciencia; a fin de que unidos a Él y fortalecidos los corazones alcancemos las riquezas de la plena inteligencia. 

La imitación de la suprema Virtud, la alcanzamos al hacer la voluntad de Dios, al cumplir sus santos mandamientos por los sagrados méritos y virtudes de nuestro Señor Jesucristo en: Su Nacimiento, Pasión, Muerte, Resurrección y Ascención a los cielos; que son la fuente del amor, el medio y el fin y principio de todas las cosas, así en cielo como en la tierra. 

2-La Gracia Penitencial: La gracia penitencial es necesaria para entrar en el Reino de los Cielos y solo en la contrición y arrepentimiento justo y necesario de la pena por haber desobedecido los mandamientos dados por Dios. Alcanzamos La gracia penitencial por medio de la negación de sí mismos; haciéndonos violencia así mismos. Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora el Reino de los cielos es forzado, y los violentos se hacen con él. (Cf Mat 11:12); es decir la Santa violencia de la que enseña Jesús es la que conquistan el Reino de Dios al precio de las mas duras renuncias; en contraposición de la equivocada violencia de los que querían establecer el Reino por las armas (los Celotas) y de la tiranía de las potencias demoniacas y sus secuaces que intentan imponer por la fuerza el imperio de este mundo y obstaculizar el establecimiento del Reino de Dios y su Justicia. 

La gracia penitencial ayuda al hombre para alzarse sobre su propio orgullo y soberbia que engendra, la envidia y la envidia la muerte. El Soberbio no obedece, ni reconoce a Dios, ni maestro, no quiere someterse a nadie. El orgulloso es vanidoso y envidioso lleno de diversos apetitos inmoderados que inevitablemente lo dejan insatisfecho y triste. 

Jesucristo obedeció hasta la muerte en la cruz y Dios lo exalto y le dio un Nombre sobre todo nombre (Fil 2,8,9); Seguir y vivir la obediencia de nuestro señor Jesucristo al Padre, es la actitud que debe guiar al hombre en su camino para buscar el Reino de Dios; como decía el profeta (Isaías 55,6). <<Buscad al Señor porque él se deja encontrar>>. 

El Apóstol Santiago nos enseña y exhorta con la Sabiduría que viene de Dios que solo los humildes alcanzan la Gracia penitencial, Dando cumplimiento a lo dichos por Jesucristo (Cf Mt 5,3) << Bienaventurados los humildes porque ellos heredaran el Reino de los Cielos>>; (Cf Lc 14,11) <<Porque todo aquel que se humilla será ensalzado y el que se ensalza será humillado>>: 

¡Adúlteros!, ¿no sabéis que la amistad con el mundo es enemistad con Dios? Cualquiera, pues, que desee ser amigo del mundo se constituye en enemigo de Dios. ¿Pensáis que la Escritura dice en vano: ¿Tiene deseos ardientes el espíritu que él ha hecho habitar en nosotros? Más aún, da una gracia mayor; por eso dice: Dios resiste a los soberbios y da su gracia a los humildes. Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo y él huirá de vosotros. Acercaos a Dios y él se acercará a vosotros. Limpiad, pecadores, las manos; purificad los corazones, hombres irresolutos. Lamentad vuestra miseria, entristeceos y llorad. Que vuestra risa se cambie en llanto y vuestra alegría en tristeza. Humillaos ante el Señor y él os ensalzará. (Stg 4:4-10). 

3-Gracia de la Perseverancia: Esta gracia dada por Dios a los hombres, entraña la practica asidua de las virtudes de la paciencia y la esperanza, frutos del Espíritu Santo en las pruebas y en las tribulaciones. San pablo nos ilustra doctrina segura y eficaz en la Carta a los Romanos veamos: 

Más aún; nos gloriamos hasta en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación engendra la paciencia; la paciencia, virtud probada; la virtud probada, esperanza, y la esperanza no falla, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos ha sido dado(Rm 5:3-5). 

La paciencia y esperanza en las tribulaciones y pruebas son pasos obligados para ejercitar estas virtudes. La paciencia le permite al hombre resistir las tentaciones del Maligno que lo seducen para alcanzar la victoria y la Gracia de la perseverancia Final. 

Para tener parte en el Reino de Dios es necesaria la perseverancia y esperanza indefectibles, << porque si Sufrimos con El, con El viviremos, si sufrimos con El, con el Reinaremos. (Cf 2Tim 2, 11,12). Sufrir con cristo es aceptar nuestras propias Cruces y Seguirlo y perseverar en la práctica del bien. Es conveniente pues perseverar en el bien ante toda prueba y sufrimiento. Es la voluntad de Dios que nos adhiramos hacer el bien y no en la obstinación en el mal que lleva a la condenación eterna.

4-Gracia de la Sabiduría : En Jesucristo nuestro Señor habita toda la plenitud de la sabiduría que Ilumina a el hombre para que conozca el libro de la naturaleza, de las Sagradas Escrituras y la gracia. La eternidad del Reino del Padre es un fruto de la obra redentora del Hijo; Jesucristo es el Libro de la vida, El es libro de la Sabiduría puesto que el verbo encarnado irradia la inteligencia de los ángeles y los Bienaventurados. 

La fuente de vida y de la luz inspirada por Dios es Jesucristo<< el cual, siendo resplandor de su gloria e impronta de su sustancia, y el que sostiene todo con su palabra poderosa, llevada a cabo la purificación de los pecados, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas. >> (Heb 1:3). Sin esta la luz fundamental que nace de lo alto e ilumina toda oscuridad, el hombre viviría en sombras y en tinieblas de muerte. 

San buenaventura, en el parágrafo 13 del Sermón Regno Dei; nos ilustra en su tratado las Cualidades del Reino de Dios: Así el Reino de Dios es grande por la magnificencia de la gloria del Padre, bello por la Sabiduría del Hijo y delicioso por la dulzura, la benevolencia y gracia del Espíritu Santo. El Don de la Sabiduría Divina es una gracia que actúa e ilumina la Razón, nos mueve a la Contemplación, purifica nuestro entendimiento y nuestro corazón, para Adorar a Dios en Espíritu y Verdad.


+++ Bendiciones