Santa
Catalina de Siena es una mística dominica, que vivió en el siglo
XIV. En 1347, el día de Pentecostés, recibió los estigmas. Confió este secreto
en 1375 a Raimondo di Capua, su confesor. Nadie vio nunca esas heridas porque
eran –parece-- invisibles. Habría sido ella quien pidió la gracia de llevarlas
escondidas.
Uno de los aspectos de la Mística
que más interés ha despertado en todos los campos del saber ha sido
indudablemente el relativo a los fenómenos extraordinarios que suelen
presentarse casi siempre en la vida de los grandes místicos experimentaron. En torno a estos fenómenos maravillosos
ha aparecido en los últimos años una abundantísima literatura de muy diversa
tendencia y orientación.
Los racionalistas han lanzado sus mejores máquinas de guerra contra este aspecto tan sorprendente de lo sobrenatural, han tratado de abrir brecha en las explicaciones de los teólogos católicos negando el carácter sobrehumano de los fenómenos narrados en las Sagradas Escrituras explicándolo todo por causas físico psíquicas, con frecuencia patológicas y siempre puramente naturales.
Es, pues, de sumo interés y de palpitante actualidad examinar este problema a la luz de los grandes principios de la Teología católica tradicional y de los últimos hallazgos y descubrimientos de las ciencias experimentales modernas. He aquí lo que nos proponemos hacer, aunque sea a grandes rasgos, en esta última parte de nuestra del presente tratado y estudio.
Los racionalistas han lanzado sus mejores máquinas de guerra contra este aspecto tan sorprendente de lo sobrenatural, han tratado de abrir brecha en las explicaciones de los teólogos católicos negando el carácter sobrehumano de los fenómenos narrados en las Sagradas Escrituras explicándolo todo por causas físico psíquicas, con frecuencia patológicas y siempre puramente naturales.
Es, pues, de sumo interés y de palpitante actualidad examinar este problema a la luz de los grandes principios de la Teología católica tradicional y de los últimos hallazgos y descubrimientos de las ciencias experimentales modernas. He aquí lo que nos proponemos hacer, aunque sea a grandes rasgos, en esta última parte de nuestra del presente tratado y estudio.
Es elemental en filosofía que solamente hemos alcanzado
el conocimiento científico de una cosa cuando logramos señalar sus causas. (No
en vano lo define la ciencia). Mientras no se sale del campo de lo particular y
de los fenómenos místicos, sin embargo, no hemos entrado todavía en el campo de
la ciencia:», Es preciso remontarse por la vía del análisis de lo particular a
lo universal, de los efectos a las causas, de lo que es posterior a lo que es
anterior.
Ahora bien; los fenómenos extraordinarios de la Mística cuya investigación científica vamos a emprender, únicamente pueden ser atribuidos a alguna de estas tres causas: referentes a las manifestaciones sobrenaturales, preternaturales o una puramente natural.
Ahora bien; los fenómenos extraordinarios de la Mística cuya investigación científica vamos a emprender, únicamente pueden ser atribuidos a alguna de estas tres causas: referentes a las manifestaciones sobrenaturales, preternaturales o una puramente natural.
Es imposible la producción de un
fenómeno real o aparentemente místico que no pueda ser clasificado en alguno de
estos apartados, puesto que ellos recogen, en toda su universalidad, el
conjunto de todas las causas posibles. Si el fenómeno procede de Dios,
pertenecerá al grupo de las causas sobrenaturales; si del demonio, al de las
preternaturales, y si de la imaginación del paciente o de alguno de los agentes
que constituyen el mundo físico exterior, al de las puramente naturales.
No hay ni puede haber otro género
de causas, ya que los ángeles buenos no son sino fieles mandatarios de Dios, y,
por lo mismo, su acción no constituye una causalidad específicamente distinta
de las que acabamos de señalar.
Es preciso e indispensable para nuestro estudio, señalar de
antemano los caracteres de estos tres mundos: el divino, el diabólico y el
humano. Ello constituirá el capítulo primero de esta parte de nuestro tratado,
dejando para el segundo el examen directo de los fenómenos místicos. Pero antes
consideramos oportuno recordar algunas nociones previas sobre los conceptos de
«natural», «sobrenatural» y «preternatural». Con ello quedan perfiladas las
líneas fundamentales de nuestro estudio, que para mayor claridad, vamos a
recoger en forma de breve esquema:
+Fenómenos Naturales
(Manifestaciones de Dios en la Naturaleza).
+FenómenosSobrenaturales (Manifestaciones Divinas).
+FenómenoPreternaturales (Manifestaciones angélicas o Diabólicas).
+Explicación
y Conclusión de los Hechos y Causas.
La noción de Manifestaciones de
Dios en la «naturaleza».
La palabra naturaleza puede
tomarse en diversos sentidos. He aquí los principales: En cuanto significa o
expresa la esencia de una cosa concreta, ejemplo naturaleza del oro, de un
animal, del hombre, etc.), en un sentido individual y universal. En cuanto
significa el conjunto de todas las cosas del universo, mutuamente dependientes
entre sí según leyes determinadas en sentido colectivo.
En cuanto significado la esencia
o naturaleza de una cosa como principio radical de las operaciones y pasiones
que le convienen en sentido dinámico y en un continuo movimiento y transformación.
En este sentido habla Santo Tomás cuando dice: En el primer y tercer sentidos
la palabra natural puede aplicarse analógicamente a la naturaleza divina y a las naturalezas creadas. Lo natural. —Según
los principios anteriores, lo «natural» para cualquier ser será todo aquello
que le conviene según su naturaleza: «Y puede convenirle de alguna de estas
seis maneras:
1) Constitutiva- (del latín: Constitutive): Y aquí entran todos los
elementos que constituyen su esencia;( el cuerpo y el alma racional en el
hombre).
2) Emanativa - (del latín Emanative):
O sea, las fuerzas, energías y potencias que emanan naturalmente de la esencia
del Alma;( el entendimiento y la voluntad y la memoria en el hombre).
3)
Operativa –(del latín Operative):
Todo lo que la naturaleza puede producir por sus propias fuerzas u operaciones;(
los actos de entender y de amar en los seres racionales).
4)
Pasiva –(del latín Passive): Todos
los fenómenos que otros agentes naturales y Físicos que le pueden naturalmente (causar,
frío, calor...).
5) Requisitoria–(del latín Exigitive): Todo
lo que esa naturaleza exige para su propia perfección natural; (el concurso
divino necesario para que pueda obrar cualquier causa segunda en su propia
esfera).
6) Merecida o Merito–(del latín
Meritorie): O sea, el derecho al premio natural proporcionado. Se refiere
únicamente a las acciones morales y libres en el orden puramente natural o
ético.
Nociones
de Lo sobrenatural: —De los
principios que acabamos de sentar se deduce que «sobrenatural» será aquello que
de alguna manera exceda, rebase o trascienda lo puramente natural en cualquiera
de sus acepciones. Según esto: Para la naturaleza individual como
colectivamente considerada, todo aquello que rebasa y trasciende las leyes de
la misma naturaleza. Y «sobrenatural» a todo aquello que está fuera y por
encima de su esencia natural.
Para la naturaleza humana desde
el punto de vista dinámico, todo lo que está fuera y por encima de sus
exigencias y operaciones naturales se mueve en las esferas de lo sobrenatural
no puede ser exigido por la naturaleza, pero puede perfeccionarla, si se le
concede gratuitamente por Dios. «Es porque lo sobrenatural no es contradictorio
con nuestra naturaleza humana, sino muy conveniente a la naturaleza; no
ciertamente según sus fuerzas, exigencias, etc., sino según su potencia
obediencia o elevable a la visión Beatifica de Dios en su Esencia.
De manera que sobrenatural no
significa «contranatural»,sino que trasciende la naturaleza humana, esto es,
que está sobre lo natural. Lo contranatural es aquello que va contra la
inclinación de alguna naturaleza. Es lo
mismo que violento. Lo sobrenatural, en cambio, no va de ningún modo contra la
inclinación de la naturaleza, sino que únicamente la supera. No es de ningún
modo violento para ella, porque—como explica Santo Tomás:
Dios no hace violencia a las criaturas cuando obra en ellas, según su principal inclinación, que es la de obedecer a su Creador,al cual están más connaturalmente sometidas en el cuerpo al alma su Divina voluntad.
Dios no hace violencia a las criaturas cuando obra en ellas, según su principal inclinación, que es la de obedecer a su Creador,al cual están más connaturalmente sometidas en el cuerpo al alma su Divina voluntad.
No debe confundirse tampoco lo
sobrenatural con lo libre, o lo artificioso, o lo fortuito, aunque
estas tres cosas se distingan de algún modo de lo natural, en cuanto que la
naturaleza está siempre determinada a las acciones libres, en cambio—lo mismo que
la obra artificiosa no están determinadas por la naturaleza, sino que
necesitan una nueva determinación, que se hace por la deliberación y libre
albedrio. Y lo casual y fortuito o el azar tampoco está determinado por la
naturaleza, ni es causado por la deliberación, sino que se produce en la
naturaleza por accidente, como dicen los filósofos. Pero es claro que, ninguna de
estas tres cosas rebasa la esfera de lo puramente natural; y en este sentido
distan infinitamente de lo sobrenatural, que rebasa y trasciende todo el orden
de la naturaleza con todas sus exigencias y combinaciones posibles.
División
de lo sobrenatural: Vamos a recordar únicamente las dos principales
divisiones que nos interesan aquí. En cuanto a lo Sobrenatural absoluto y
relativo. Ante todo, es menester distinguir cuidadosamente lo sobrenatural absoluto,
de lo sobrenatural relativo, Se entiende por sobrenatural
absoluto, o simplemente, todo aquello que excede la proporción de toda
naturaleza creada o creable, o sea, lo que supera las fuerzas y exigencias de
cualquier creatura. Este sobrenatural absoluto se subdivide, como veremos en
seguida, en sobrenatural y sustancial (que es el de los misterios estrictamente
dichos, el de la gracia y la gloria) y sobrenatural de estos medios (que son el
propios y característico de los milagros).
Lo Sobrenatural relativo, o calificado, es
aquello que excede únicamente la proporción de alguna naturaleza creada, pero
no la de toda naturaleza creada. Y así, por ejemplo, lo que es natural y
específico en el hombre (entender, amar), sería sobrenatural para un perro, que
carece de las facultades necesarias para hacer esos actos; lo que es puramente
natural en un espíritu angélico. o en el demonio, podría ser sobrenatural para
el hombre por exceder sus fuerzas humanas., los prodigios diabólicos, que
tienen apariencias de milagro. A esta manifestación sobrenatural relativo se le
suele llamar también, y más propiamente, «preternatural», como veremos en su
lugar.
Lo Sobrenatural en sustancia y forma».
—Según la doctrina de la Iglesia, hay, al menos, una doble sobrenaturalidad, a
saber:
a)
La del milagro estrictamente dicho, que excede las fuerzas
eficientes y las exigencias de cualquier naturaleza creada, pero no las fuerzas
cognoscitivas de la naturaleza racional.
b)
La sobrenaturalidad de los misterios estrictamente tales y la de la gracia y la
gloria, que excede no sólo las fuerzas eficientes y las exigencias, sino también las fuerzas
cognoscitivas y apetitivas de
cualquier naturaleza intelectual creada.
Para explicar esta distinción,
los teólogos establecen comúnmente la división de lo sobrenatural en lo sustancialmente
en el límite de la razón humana, Ejemplo de lo primero tenemos en el milagro de
la resurrección de un muerto la resurrección a de su amigo Lázaro, en el que de
la vida natural devuelve sobrenaturalmente a un cadáver. Ejemplo de lo segundo
nos lo da un acto natural de una virtud ordenada por la caridad al premio de la
vida eterna. que en este hecho nuestro Señor Jesucristo por amor en la voluntad del Padre lo
resucito (Jn 1,43).
Es muy fácil reducir esta
división de lo sobrenatural a la división por las cuatro causas, tal como
suelen hacerla los teólogos. Veamos cómo la expone de Santo Tomás:
«Hay que advertir que la
sobrenaturalidad puede convenirle a alguna cosa por un triple principio, a saber,
por: La causa eficiente, peor la causa final y por la causa formal:
1)
Por la causa eficiente: Por parte de la causa eficiente se llama
sobrenatural a alguna cosa cuando se hace de un modo sobrenatural, ya sea
sobrenatural la cosa hecha, ya natural; como la resurrección de un muerto o la
iluminación de un ciego son sobrenaturales en cuanto al modo, aunque la cosa realizada
sea natural, a saber, en la vida del hombre.
2)
Por la Causa final: Por parte de la causa final se llama sobrenatural
a lo que se ordena al fin sobrenatural por un agente extrínseco y extrínseco;
como el acto de la virtud de la templanza, o de cualquier otra virtud
adquirida, si se ordenan por la caridad al mérito de la vida eterna, reciben en
sí el modo sobrenatural de la ordenación a tal fin. De este
mismo modo, la humanidad de Cristo tiene el modo sobrenatural de unión al
Verbo, al que se ordena como a fin y término de la unión de lo Divino y lo
Humano.
3)
Por la Causa formal: Por parte de la causa formal se llama sobrenatural
a alguna cosa cuando, por su propia razón formal especifica se refiere a un
objeto sobrenatural; y solamente a ésta se la llama sobrenatural en cuanto a la
substancia, esto es, en cuanto a la especie y a la naturaleza del acto, que se
toma del objeto formal» Ejemplos:
+la Transformación del Agua en Vino
+ La multiplicación de los panes y los peces, +La resurrección de la muerte a
la Vida, y+ la Transubstanciación de la especie del Pan y del Vino en el cuerpo
y la Sangre de Cristo en la Eucaristía; nos hablan de las de las Causas Ciertas
y verdaderas de La causa eficiente, la causa final y la causa formal y las
manifestaciones sobrenaturales de un Milagro propiamente dicho.
El siguiente cuadro Sinóptico
ilustra gráficamente de tal forma que permita la comprensión de los fenómenos místicos
y sus diferentes operaciones y categorías según el padre Garrigou-Lagrange; en
cuanto a la Causa la forma intrínsecas y extrínsecas y las razones los fines y causa
eficiente de sus diversas manifestaciones.
Al estudiar las fuentes de los fenómenos
aparentemente místicos, hemos de contentarnos con someras indicaciones. No
podemos desarrollar ampliamente un tema que abarca casi toda la Teología de los
ángeles y que rebasaría desorbitadamente los límites de nuestro estudio. Por lo tanto, en la segunda catequesis
profundizaremos sobre la Doctrina de Teológica sobre la influencia Demoniaca en
lo referente a las nociones preternaturales en los Fenómenos Místicos.
Son diversos y numerosos pasajes Bíblicos
que narran desde el Antiguo testamento la manifestación y Teofanías de los
Fenómenos Místicos y el poder del Espíritu de Dios delante del Pueblo de Israel
en los Patriarcas, Sacerdotes, jueces Reyes y Profetas. En el Nuevo Testamento
estos fenómenos se revelan con mayor plenitud en
los Milagros realizados por Jesús, con el poder por obra y gracia del Espíritu
a los Santos apóstoles en la nueva alianza y eterna por la promesa de Jesús
hecha a sus discípulos:
(Jn 14. 12,16) "En verdad,
en verdad os digo: el que crea en mí, hará él también las obras que yo hago, y
hará mayores aún, porque yo voy al Padre. Y todo lo que pidáis en mi nombre, yo
lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si me pedís algo en mi
nombre, yo lo haré. Si me amáis, guardaréis mis mandamientos; y yo pediré al
Padre y os dará otro Paráclito, para que esté con vosotros para siempre, el
Espíritu de la verdad, a quien el mundo no puede recibir, porque no le ve ni le
conoce. Pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros.
+++
Bendiciones
Fuentes Bibliograficas: S.TH-, I - I I , i r i ;
11-11,171-178; Contra gentes III-154; VALLGORNERA, Mystica Theologia divi
Thomae q.3 disp.5 (ed. Marietti, i o n ) ; BENEDICTO XIV, De servorum Dei
beatificatione;
CARDENAL BONA, De discretione
spirituum; SCARAMELLI, Directorio místico tr.4; Discernimiento de los
espíritus; LÓPEZ EZQUERRA, Lucerna mystica; RIBET, La mystique divine tr.2-3 y
4 ;
FARGES, Les phenoménes mystiques;
GARRIGOU-LAGRANGE, Perfection... c.5 a.5; Tres edades