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sábado, 22 de febrero de 2020

Catequesis I: Tratado de Los fenómenos místicos extraordinarios.


Santa Catalina de Siena es una mística dominica, que vivió en el siglo XIV. En 1347, el día de Pentecostés, recibió los estigmas. Confió este secreto en 1375 a Raimondo di Capua, su confesor. Nadie vio nunca esas heridas porque eran –parece-- invisibles. Habría sido ella quien pidió la gracia de llevarlas escondidas.

Uno de los aspectos de la Mística que más interés ha despertado en todos los campos del saber ha sido indudablemente el relativo a los fenómenos extraordinarios que suelen presentarse casi siempre en la vida de los grandes místicos experimentaron. En torno a estos fenómenos maravillosos ha aparecido en los últimos años una abundantísima literatura de muy diversa tendencia y orientación. 

Los racionalistas han lanzado sus mejores máquinas de guerra contra este aspecto tan sorprendente de lo sobrenatural, han tratado de abrir brecha en las explicaciones de los teólogos católicos negando el carácter sobrehumano de los fenómenos narrados en las Sagradas Escrituras explicándolo todo por causas físico psíquicas, con frecuencia patológicas y siempre puramente naturales. 

Es, pues, de sumo interés y de palpitante actualidad examinar este problema a la luz de los grandes principios de la Teología católica tradicional y de los últimos hallazgos y descubrimientos de las ciencias experimentales modernas. He aquí lo que nos proponemos hacer, aunque sea a grandes rasgos, en esta última parte de nuestra del presente tratado y estudio.

Es elemental en filosofía que solamente hemos alcanzado el conocimiento científico de una cosa cuando logramos señalar sus causas. (No en vano lo define la ciencia). Mientras no se sale del campo de lo particular y de los fenómenos místicos, sin embargo, no hemos entrado todavía en el campo de la ciencia:», Es preciso remontarse por la vía del análisis de lo particular a lo universal, de los efectos a las causas, de lo que es posterior a lo que es anterior.

 Ahora bien; los fenómenos extraordinarios de la Mística cuya investigación científica vamos a emprender, únicamente pueden ser atribuidos a alguna de estas tres causas: referentes a las manifestaciones sobrenaturales, preternaturales o una puramente natural.

Es imposible la producción de un fenómeno real o aparentemente místico que no pueda ser clasificado en alguno de estos apartados, puesto que ellos recogen, en toda su universalidad, el conjunto de todas las causas posibles. Si el fenómeno procede de Dios, pertenecerá al grupo de las causas sobrenaturales; si del demonio, al de las preternaturales, y si de la imaginación del paciente o de alguno de los agentes que constituyen el mundo físico exterior, al de las puramente naturales.

No hay ni puede haber otro género de causas, ya que los ángeles buenos no son sino fieles mandatarios de Dios, y, por lo mismo, su acción no constituye una causalidad específicamente distinta de las que acabamos de señalar.

Es preciso e  indispensable para nuestro estudio, señalar de antemano los caracteres de estos tres mundos: el divino, el diabólico y el humano. Ello constituirá el capítulo primero de esta parte de nuestro tratado, dejando para el segundo el examen directo de los fenómenos místicos. Pero antes consideramos oportuno recordar algunas nociones previas sobre los conceptos de «natural», «sobrenatural» y «preternatural». Con ello quedan perfiladas las líneas fundamentales de nuestro estudio, que para mayor claridad, vamos a recoger en forma de breve esquema:

1-Nociones Previas :
+Fenómenos Naturales 
(Manifestaciones de Dios en la Naturaleza).
+FenómenosSobrenaturales (Manifestaciones Divinas).
+FenómenoPreternaturales (Manifestaciones angélicas o Diabólicas).
+Explicación y Conclusión de los Hechos y Causas.

La noción de Manifestaciones de Dios en la «naturaleza».
La palabra naturaleza puede tomarse en diversos sentidos. He aquí los principales: En cuanto significa o expresa la esencia de una cosa concreta, ejemplo naturaleza del oro, de un animal, del hombre, etc.), en un sentido individual y universal. En cuanto significa el conjunto de todas las cosas del universo, mutuamente dependientes entre sí según leyes determinadas en sentido colectivo.

En cuanto significado la esencia o naturaleza de una cosa como principio radical de las operaciones y pasiones que le convienen en sentido dinámico y en un continuo movimiento y transformación. En este sentido habla Santo Tomás cuando dice: En el primer y tercer sentidos la palabra natural puede aplicarse analógicamente a la naturaleza divina y a las naturalezas creadas. Lo natural. —Según los principios anteriores, lo «natural» para cualquier ser será todo aquello que le conviene según su naturaleza: «Y puede convenirle de alguna de estas seis maneras:

1) Constitutiva- (del latín: Constitutive): Y aquí entran todos los elementos que constituyen su esencia;( el cuerpo y el alma racional en el hombre).
2)  Emanativa - (del latín Emanative): O sea, las fuerzas, energías y potencias que emanan naturalmente de la esencia del Alma;( el entendimiento y la voluntad y la memoria en el hombre).
3) Operativa –(del latín Operative): Todo lo que la naturaleza puede producir por sus propias fuerzas u operaciones;( los actos de entender y de amar en los seres racionales).
4)  Pasiva –(del latín Passive): Todos los fenómenos que otros agentes naturales y Físicos que le pueden naturalmente (causar, frío, calor...).
5) Requisitoria–(del latín Exigitive): Todo lo que esa naturaleza exige para su propia perfección natural; (el concurso divino necesario para que pueda obrar cualquier causa segunda en su propia esfera).
6) Merecida o Merito–(del latín Meritorie): O sea, el derecho al premio natural proporcionado. Se refiere únicamente a las acciones morales y libres en el orden puramente natural o ético.

Nociones de Lo sobrenatural:  —De los principios que acabamos de sentar se deduce que «sobrenatural» será aquello que de alguna manera exceda, rebase o trascienda lo puramente natural en cualquiera de sus acepciones. Según esto: Para la naturaleza individual como colectivamente considerada, todo aquello que rebasa y trasciende las leyes de la misma naturaleza. Y «sobrenatural» a todo aquello que está fuera y por encima de su esencia natural.

Para la naturaleza humana desde el punto de vista dinámico, todo lo que está fuera y por encima de sus exigencias y operaciones naturales se mueve en las esferas de lo sobrenatural no puede ser exigido por la naturaleza, pero puede perfeccionarla, si se le concede gratuitamente por Dios. «Es porque lo sobrenatural no es contradictorio con nuestra naturaleza humana, sino muy conveniente a la naturaleza; no ciertamente según sus fuerzas, exigencias, etc., sino según su potencia obediencia o elevable a la visión Beatifica de Dios en su Esencia.

De manera que sobrenatural no significa «contranatural»,sino que trasciende la naturaleza humana, esto es, que está sobre lo natural. Lo contranatural es aquello que va contra la inclinación de alguna naturaleza.  Es lo mismo que violento. Lo sobrenatural, en cambio, no va de ningún modo contra la inclinación de la naturaleza, sino que únicamente la supera. No es de ningún modo violento para ella, porque—como explica Santo Tomás:

Dios no hace violencia a las criaturas cuando obra en ellas, según su principal inclinación, que es la de obedecer a su Creador,al cual están más connaturalmente sometidas en el cuerpo al alma su Divina voluntad. 


No debe confundirse tampoco lo sobrenatural con lo libre, o lo artificioso, o lo fortuito, aunque estas tres cosas se distingan de algún modo de lo natural, en cuanto que la naturaleza está siempre determinada a las acciones libres, en cambio—lo mismo que la obra artificiosa no están determinadas por la naturaleza, sino que necesitan una nueva determinación, que se hace por la deliberación y libre albedrio. Y lo casual y fortuito o el azar tampoco está determinado por la naturaleza, ni es causado por la deliberación, sino que se produce en la naturaleza por accidente, como dicen los filósofos. Pero es claro que, ninguna de estas tres cosas rebasa la esfera de lo puramente natural; y en este sentido distan infinitamente de lo sobrenatural, que rebasa y trasciende todo el orden de la naturaleza con todas sus exigencias y combinaciones posibles.

División de lo sobrenatural: Vamos a recordar únicamente las dos principales divisiones que nos interesan aquí. En cuanto a lo Sobrenatural absoluto y relativo. Ante todo, es menester distinguir cuidadosamente lo sobrenatural absoluto, de lo sobrenatural relativo, Se entiende por sobrenatural absoluto, o simplemente, todo aquello que excede la proporción de toda naturaleza creada o creable, o sea, lo que supera las fuerzas y exigencias de cualquier creatura. Este sobrenatural absoluto se subdivide, como veremos en seguida, en sobrenatural y sustancial (que es el de los misterios estrictamente dichos, el de la gracia y la gloria) y sobrenatural de estos medios (que son el propios y característico de los milagros).

 Lo Sobrenatural relativo, o calificado, es aquello que excede únicamente la proporción de alguna naturaleza creada, pero no la de toda naturaleza creada. Y así, por ejemplo, lo que es natural y específico en el hombre (entender, amar), sería sobrenatural para un perro, que carece de las facultades necesarias para hacer esos actos; lo que es puramente natural en un espíritu angélico. o en el demonio, podría ser sobrenatural para el hombre por exceder sus fuerzas humanas., los prodigios diabólicos, que tienen apariencias de milagro. A esta manifestación sobrenatural relativo se le suele llamar también, y más propiamente, «preternatural», como veremos en su lugar.

Lo Sobrenatural en sustancia y forma». —Según la doctrina de la Iglesia, hay, al menos, una doble sobrenaturalidad, a saber:

a) La del milagro estrictamente dicho, que excede las fuerzas eficientes y las exigencias de cualquier naturaleza creada, pero no las fuerzas cognoscitivas de la naturaleza racional.

b) La sobrenaturalidad de los misterios estrictamente tales y la de la gracia y la gloria, que excede no sólo las fuerzas eficientes y las exigencias, sino también las fuerzas cognoscitivas y apetitivas de cualquier naturaleza intelectual creada.

Para explicar esta distinción, los teólogos establecen comúnmente la división de lo sobrenatural en lo sustancialmente en el límite de la razón humana, Ejemplo de lo primero tenemos en el milagro de la resurrección de un muerto la resurrección a de su amigo Lázaro, en el que de la vida natural devuelve sobrenaturalmente a un cadáver. Ejemplo de lo segundo nos lo da un acto natural de una virtud ordenada por la caridad al premio de la vida eterna. que en este hecho nuestro Señor Jesucristo   por amor en la voluntad del Padre lo resucito (Jn 1,43).

Es muy fácil reducir esta división de lo sobrenatural a la división por las cuatro causas, tal como suelen hacerla los teólogos. Veamos cómo la expone de Santo Tomás:
«Hay que advertir que la sobrenaturalidad puede convenirle a alguna cosa por un triple principio, a saber, por: La causa eficiente, peor la causa final y por la causa formal:

1) Por la causa eficiente: Por parte de la causa eficiente se llama sobrenatural a alguna cosa cuando se hace de un modo sobrenatural, ya sea sobrenatural la cosa hecha, ya natural; como la resurrección de un muerto o la iluminación de un ciego son sobrenaturales en cuanto al modo, aunque la cosa realizada sea natural, a saber, en la vida del hombre.

2) Por la Causa final: Por parte de la causa final se llama sobrenatural a lo que se ordena al fin sobrenatural por un agente extrínseco y extrínseco; como el acto de la virtud de la templanza, o de cualquier otra virtud adquirida, si se ordenan por la caridad al mérito de la vida eterna, reciben en sí el modo sobrenatural de la ordenación a tal fin. De este mismo modo, la humanidad de Cristo tiene el modo sobrenatural de unión al Verbo, al que se ordena como a fin y término de la unión de lo Divino y lo Humano.

3) Por la Causa formal: Por parte de la causa formal se llama sobrenatural a alguna cosa cuando, por su propia razón formal especifica se refiere a un objeto sobrenatural; y solamente a ésta se la llama sobrenatural en cuanto a la substancia, esto es, en cuanto a la especie y a la naturaleza del acto, que se toma del objeto formal» Ejemplos:

+la Transformación del Agua en Vino + La multiplicación de los panes y los peces, +La resurrección de la muerte a la Vida, y+ la Transubstanciación de la especie del Pan y del Vino en el cuerpo y la Sangre de Cristo en la Eucaristía; nos hablan de las de las Causas Ciertas y verdaderas de La causa eficiente, la causa final y la causa formal y las manifestaciones sobrenaturales de un Milagro propiamente dicho.


El siguiente cuadro Sinóptico ilustra gráficamente de tal forma que permita la comprensión de los fenómenos místicos y sus diferentes operaciones y categorías según el padre Garrigou-Lagrange; en cuanto a la Causa la forma intrínsecas y extrínsecas y las razones los fines y causa eficiente de sus diversas manifestaciones.


Al estudiar las fuentes de los fenómenos aparentemente místicos, hemos de contentarnos con someras indicaciones. No podemos desarrollar ampliamente un tema que abarca casi toda la Teología de los ángeles y que rebasaría desorbitadamente los límites de nuestro estudio. Por lo tanto, en la segunda catequesis profundizaremos sobre la Doctrina de Teológica sobre la influencia Demoniaca en lo referente a las nociones preternaturales en los Fenómenos Místicos.

Son diversos y numerosos pasajes Bíblicos que narran desde el Antiguo testamento la manifestación y Teofanías de los Fenómenos Místicos y el poder del Espíritu de Dios delante del Pueblo de Israel en los Patriarcas, Sacerdotes, jueces Reyes y Profetas. En el Nuevo Testamento estos fenómenos se revelan con mayor plenitud en los Milagros realizados por Jesús, con el poder por obra y gracia del Espíritu a los Santos apóstoles en la nueva alianza y eterna por la promesa de Jesús hecha a sus discípulos:

(Jn 14. 12,16) "En verdad, en verdad os digo: el que crea en mí, hará él también las obras que yo hago, y hará mayores aún, porque yo voy al Padre. Y todo lo que pidáis en mi nombre, yo lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si me pedís algo en mi nombre, yo lo haré. Si me amáis, guardaréis mis mandamientos; y yo pediré al Padre y os dará otro Paráclito, para que esté con vosotros para siempre, el Espíritu de la verdad, a quien el mundo no puede recibir, porque no le ve ni le conoce. Pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros.

+++ Bendiciones

Fuentes  Bibliograficas: S.TH-, I - I I , i r i ; 11-11,171-178; Contra gentes III-154; VALLGORNERA, Mystica Theologia divi Thomae q.3 disp.5 (ed. Marietti, i o n ) ; BENEDICTO XIV, De servorum Dei beatificatione;
CARDENAL BONA, De discretione spirituum; SCARAMELLI, Directorio místico tr.4; Discernimiento de los espíritus; LÓPEZ EZQUERRA, Lucerna mystica; RIBET, La mystique divine tr.2-3 y 4 ;
FARGES, Les phenoménes mystiques; GARRIGOU-LAGRANGE, Perfection... c.5 a.5; Tres edades