≪ Yo, Yahvé, soy quien castiga ≫ Ezequiel 7, 9
Recientemente publique una reflexión en este Blog sobre la Misericordia y Justicia Divina con el firme propósito de dilucidar algunas posturas erradas tomadas por algunos Sacerdotes, Laicos y religiosos que de manera superficial afirman y reducen la Omnipotencia de Dios y su Misericordia olvidándose de su Justicia; es muy común que se tomen dos marcadas tendencias equivocadas en la interpretación de las Sagradas Escrituras.
La primera; es quedarse en el Antiguo Testamento y afirmar que Dios sólo impartía justicia y castigo. Un Dios Todopoderoso que hace temblar el Sinaí (Ex 19, 18), que abre la tierra para exterminar los rebeldes (Núm. 16, 1 -35), un Dios de venganzas (Sl 94, 1) que hiere de muerte a Uzá por haber tocado con su mano el Arca de la Alianza cuando ésta se resbaló (2 Sam 6, 1-9).
La segunda y en sentido contrario, algunos solamente se detienen en el Nuevo Testamento y enmarcan a Dios en su misericordia, bondad, longanimidad… y sólo se acuerdan de las bellas páginas del Evangelio en que Jesús curó leprosos, ciegos, paralíticos y perdonó a los pecadores… y por supuesto siempre tienen a mano la más extraordinaria parábola de Jesús: el hijo prodigo. Pero el hecho de que nos agraden más estos recuerdos no justifican una visualización de Dios en una dimensión apenas: justiciero en el Antiguo Testamento y misericordioso en el Nuevo.
¿ Dios inmutable, dejará de ser Justo y pasará a ser sólo misericordioso? ;Para responder estas preguntas, conviene recordar lo que nos enseña las Sagradas Escrituras,la doctrina católica perenne, sobre el verdadero sentido del Castigo la justicia y Misericordia divinas ; veamos a continuación el documento Anexo que sustenta la verdad de la Misericordia y Justicia de Dios.
1- Antecedentes
¡Dios perdona, pero también castiga¡ El perdón es a la Misericordia lo que el castigo es a la Justicia (Adrián Ferreira)
A continuación entenderemos cómo funciona el castigo de Dios a la luz de la Teología Dogmática, disciplina que estudia todo lo relativo a dogmas de fe Todas las fuentes aquí consultadas tienen aprobación nihil obstat, esto quiere decir que no hay nada contrario a la fe o la moral. Cito textualmente la profundización que realizo Adrián Ferreira en su Magnífico Libro Dios perdona pero también castiga en donde nos ilustra :
Comencemos ante todo, por reconocer en que consiste nuestra esperanza y nuestra debilidad como hombres:
≪ Cuando Dios se revela y llama al hombre, este no puede responder plenamente al amor divino por sus propias fuerzas. Debe esperar que Dios le dé la capacidad de devolverle el amor y de obrar conforme a los mandamientos de la caridad. La esperanza es aguardar confiadamente la bendición divina y la bienaventurada visión de Dios; es también el temor de ofender el amor de Dios y de provocar su castigo ≫ Catecismo § 2090
No se niega el hecho de que Dios sea Misericordioso y pueda perdonar, pero no podemos olvidar que también es Justo y puede castigar. En ningún momento deja de ser misericordioso ni justo. Por ejemplo, Dios no perdona a todos, sino solamente a quienes se arrepienten y tienen propósito de enmienda precisamente porque así lo exige su justicia, aun ejerciendo su misericordia Es justo.
(Cf. Sabiduría 12,22).
≪ Escribe un sabio autor que más almas envía al infierno la misericordia que la justicia de Dios, porque los pecadores, confiando temerariamente en aquella, no dejan de pecar, y se pierden. El Señor es Dios de misericordia, quien lo niega? Y, sin embargo, ! a cuantas almas manda Dios cada día a penas eternas! >> Es, en verdad, misericordioso, pero también es justo; y por ello se ve obligado a castigar a quien le ofende. Usa de misericordia con los que le temen (Sal., 102, 11-13) ≫ San Alfonso María de Ligorio (Doctor de la Iglesia), Preparación para la muerte, Consideración XXIII, punto II.
2 . Del Castigo y pena :
El castigo : es simplemente la pena que se impone a quien ha cometido un delito o falta. [1]
≪ Pena: Es la privación de un bien que una criatura racional sufre involuntariamente por una culpa propia. La pena es, pues, un mal (≪malum poenae≫) que se deriva de otro mal (≪malum culpae≫).
Aunque el mal, como defecto del bien, sigue naturalmente la suerte de todo ser finito, sin embargo sabemos por la Revelación que Dios había creado al hombre en un estado tal que, si él no hubiera pecado, no habría sufrido mal ninguno Como consecuencia de la culpa original, el mal invadió el mundo bajo la forma de pecado y de pena.
+De la pena concomitante : esta primera se deriva naturalmente de la culpa y la acompaña, como ejemplo., el remordimiento o la pérdida de la honra; la segunda la impone el juez (Dios o el hombre) en relación con la culpabilidad,
+De La pena infligida ; puede ser, además, medicinal o vindicativa, según que el juez la imponga para inducir al reo de la contumacia al arrepentimiento o para restablecer el orden violado.
+ En el terreno teológico, la pena infligida por Dios a quien muere obstinado en la culpa grave se divide en pena, de daño (perdida de Dios) y pena de sentido (sufrimiento positivo impuesto por Dios) ≫ Pietro Parente, Diccionario de Teología Dogmática, Editorial Litúrgica Española, Barcelona 1955, Pag. 281-282 (Con aprobación Nihil Obstat).
Esperemos que no nos toque ninguna pena eterna; sino más bien, las
penas temporales. Las penas propias del purgatorio son la dilación de la
gloria y la pena de sentido.
+Castigos en la Tierra :
En cuanto a las penas en la tierra hay muchas formas en las cuales se presenta, dependiendo si son impuestas por nosotros mismos, por Dios, por la Iglesia o por el prójimo. En tiempos recientes teólogos como Roberto de Mattei o Inos Biffi han discutido si es posible que un desastre natural donde se ven involucrados culpables e inocentes en un mismo evento, puede considerarse castigo de Dios. No se obtuvo una verdad concluyente sobre el tema, pero revelaciones privadas como la de Nuestra Señora de Akita indica que si puede ocurrir un castigo de ese tipo (Aparición del 13de octubre de 1973).« En todo pecado hay una culpa que le hace merecer al pecador dos penalidades: una pena ontológica (se emborrachó, y al día siguiente se sintió enfermo), y una pena jurídica (se emborrachó, y al día siguiente perdió su empleo).
Los cristianos al pecar contraemos muchas culpas, nos atraemos muchas penalidades ontológicas, y nos hacemos deudores de no pocas penas jurídicas o castigos, que nos vendrán impuestas por Dios, por el confesor, por el prójimo o por nosotros mismos » P. José María Iraburu – P. José Rivera (en proceso de beatificación) , Síntesis de espiritualidad Católica, Penitencia
Zacarías quedó mudo por no dar crédito al arcángel Gabriel
« El ángel le respondió: «Yo soy Gabriel, el que está delante de Dios, y he sido enviado para hablarte y anunciarte esta buena nueva. Mira, te vas a quedar mudo y no podrás hablar hasta el día en que sucedan estas cosas, porque no diste crédito a mis palabras, las cuales se cumplirán a su tiempo.» Lucas 1,19-20
Enfermos y muertos a causa de comulgar indebidamente « Pues quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propio castigo. Por eso hay entre vosotros muchos enfermos y muchos débiles, y mueren no pocos. Si nos juzgásemos a nosotros mismos, no seríamos castigados. Mas, al ser castigados, somos corregidos por el Señor, para que no seamos condenados con el mundo » 1 Corintios 11,29-32
Salvo una revelación particular como la que tuvo el Padre Pío, no es posible saber si un evento particular se trata o no de un castigo. “Una joven venía desde Benevento para pedir una gracia para su marido que se había quedado totalmente ciego. Padre Pio dijo que la única esperanza para la salvación de su marido era que estuviera ciego, como castigo por haber golpeado a su padre. La pobre mujer se lo hizo saber a su marido. El primero estaba renuente, y luego revelo que cuando tenía 16 años de edad, él había severamente golpeado a su padre con una barra de hierro” Mortimer Carty, f. C. (1973). Padre Pio the stigmatist. Tan Books. (página 28-29).
La Iglesia también puede imponer penas, un ejemplo muy palpable de castigo dentro de la Iglesia, es la excomunión, que puede ser de dos tipos:
+Pena latae sententiae ; donde no es necesaria la declaración formal de la Iglesia o ferendae sententiae (excomunión impuesta). « La Iglesia tiene derecho originario y propio a castigar con sanciones penales a los fieles que cometen delitos » Código Derecho Canónico 1311
+Pena ferendae sententiae ; es generalmente, de manera que sólo obliga al reo desde que le ha sido impuesta; pero es latae sententiae, de modo que incurre ipso facto en ella quien comete el delito, cuando la ley o el precepto lo establecen así expresamente » Código Derecho Canónico 1314
« § 1. El apóstata de la fe, el hereje o el cismático incurren en excomunión es latae sententiae, quedando firme lo prescrito en el c. 194 § 1, 2; el clérigo puede ser castigado además con las penas enumeradas en el c. 1336 § 1, 1 , 2 y 3 » Código Derecho Canónico 1364.
+Castigos en el infierno :
En el infierno existe la pena de daño (pérdida de Dios) y pena de sentido(sufrimiento positivo impuesto por Dios). El infierno es principalmente un estado de eterna desdicha, pero además ha de ser o es un lugar[2] para los condenados luego de la resurrección (cf. Juan 5,28 -29), al poseer estos, un cuerpo físico (cf. Romanos 8, 11) de hecho se arroja “el alma y el cuerpo a la Gehena” (cf. Mateo 10,28; Judit 16,17)
[2] «Lugar: Espacio “ ocupado o que puede ser ocupado por un cuerpo cualquiera» DRAE 14« El infierno es un lugar y estado de eterna desdicha en que se hallan las almas de los réprobos. La existencia del infierno fue impugnada por diversas sectas, que suponían la total aniquilación de los impíos después de su muerte o del juicio universal. También la negaron todos los adversarios de la inmortalidad personal (materialismo)» Ludwig Ott, Manual de Teología Dogmática, Editorial Herder, Barcelona 1966, p 703-704 (Con aprobación Nihil Obstat).
“Canon 9. Si alguno dice o piensa que el castigo de los demonios o de los hombres impíos es temporal, y que en algún momento tendrá fin, o que se dará la restauración (y reintegración) de los demonios o de los hombres impíos, sea anatema.” Sínodo de Constantinopla - Condenación de Orígenes (Dz 411)
+De la Pena y el daño :
« Estos sufrirán como castigo la perdición eterna, alejados de la presencia del Señor y de la gloria de su poder » (2 Tesalonicenses 1,9)
+De la Pena de sentido :
« El Diablo, que los había seducido, será arrojado al estanque de azufre ardiente donde están también la Bestia y el falso profeta. Allí serán torturados día y noche por los siglos de los siglos » ( Apocalipsis20,10).
« ¡Ay de las naciones que se levantan contra mi pueblo! El Señor todopoderoso los castigará en el día del Juicio: pondrá en su carne fuego y gusanos, y gemirán de dolor eternamente » Judit 16,17
+De las Penas desiguales
« Los concilios unionistas de Lyón y Florencia declararon que las almas de los condenados son afligidas con penas desiguales («poenis tamen disparibus puniendas») ; Dz 464, 693. Probablemente esta ; 15 fase no se refiere únicamente a la diferencia específica entre el castigo del solo pecado original (pena de daño) y el castigo por pecados personales (pena de daño y de sentido), sino que también quiere darnos a entender la diferencia gradual que hay entre los castigos que se dan por los distintos pecados personales.
Jesús amenaza a los habitantes de Corozaín y Betsaida asegurando que por su impenitencia han de tener un castigo mucho más severo que los habitantes de Tiro y Sidón ; Mt 11, 22. Los escribas tendrán un juicio más severo; Lc 20, 47.
San Agustín nos enseña : «La desdicha será más soportable a unos condenados que a otros» (Enchir. III). La justicia exige que la magnitud del castigo corresponda a la gravedad de la culpa » Ludwig Ott, Manual de Teología Dogmática, Editorial Herder, Barcelona 1966, p 707 (con Aprobación Nihil Obstat).
+++Bendiciones