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domingo, 20 de agosto de 2017

Misericordia y Justicia Divina


¿Cristo, que es Dios inmutable, dejará de ser justo y pasará a ser sólo misericordioso?; 
Para responder estas preguntas, conviene recordar lo que nos enseña las Sagradas Escrituras y la doctrina católica perenne, sobre el verdadero sentido de la justicia y la misericordia divinas veamos a continuación  el documento Anexo que sustenta  la verdad de la Misericordia y Justicia de Dios

¿Es Dios solamente Misericordioso?

En la actualidad existen dos marcadas tendencias de interpretar las Sagradas Escrituras:

La primera; es quedarse en el Antiguo Testamento y afirmar que Dios sólo impartía justicia y castigo. Un Dios Todopoderoso que hace temblar el Sinaí (Ex 19, 18), que abre la tierra para exterminar los rebeldes (Num 16, 1 -35), un Dios de venganzas (Sl 94, 1) que hiere de muerte a Uzá por haber tocado con su mano el Arca de la Alianza cuando ésta se resbaló (2 Sam 6, 1-9).

La segunda; y en sentido contrario, algunos solamente se detienen en el Nuevo Testamento y enmarcan a Dios en su misericordia, bondad, longanimidad... y sólo se acuerdan de las bellas páginas del Evangelio en que Jesús curó leprosos,  ciegos, paralíticos y perdonó a los pecadores... y por supuesto siempre tienen a mano la más extraordinaria parábola de Jesús: el hijo prodigo. Pero el hecho de que nos agraden más estos recuerdos no justifican una visualización de Dios en una dimensión apenas: justiciero en el Antiguo Testamento y misericordioso en el Nuevo.

Sí, en el Antiguo Testamento también están relatados pasajes de bondad, misericordia y perdón. Del mismo modo, en el Nuevo están descritas escenas de justicia y hasta mismo de santa cólera y castigo Divino, ¡no nos olvidemos de los diálogos y reprensiones de Jesús con los fariseos, ni, sobre todo, de las expulsiones de los mercaderes del Templo! “No podemos dividir, ni describir” a Dios, haciéndolo del tamaño de nuestra pequeñez. Él es justicia y misericordia y en Él estos atributos no pueden estar disociados o separados.

Es muy agradable y, sobre todo, nos causa amor y admiración, pasear por las páginas del Evangelio y encontrar a aquel Jesús que “pasó haciendo el bien” (Hch 10, 38), curando a todos, perdonando los pecados, multiplicando los panes, resucitando a los muertos y bendiciendo a los niños. Pero, en contraposición, una verdad se olvida en nuestros días, e incluso llega a ser odiada por muchos que quieren arrancarla de las conciencias: en unidad inseparable del Jesús misericordioso, está el justo, el severo, el íntegro y radical, que no tolera las abominaciones ni los errores de los obstinados. Ambos son el mismo Jesús... con ambas obras Jesús es bueno, Jesús es la Bondad y la Justicia misma.

¿Cristo, que es Dios inmutable, dejará de ser justo y pasará a ser sólo
misericordioso?; 

Para responder estas preguntas, conviene recordar lo que nos enseñalan  las  Sagradas Escrituras y la doctrina católica perenne, sobre el verdadero sentido de la justicia y la misericordia divinas veamos a continuación el documento Anexo que sustenta la verdad de la Misericordia y Justicia de Dios.

 Catecismo de la Iglesia Católica:
 + Acoger la misericordia de Dios supone que reconozcamos nuestras culpas, arrepintiéndonos de nuestros pecados. Dios mismo, con su Palabra y su Espíritu, descubre nuestros pecados, sitúa nuestra conciencia en la verdad sobre sí misma y nos concede la esperanza del perdón. (CIC 391).

+    La fe nos da la certeza de que Dios no permitiría el mal si no hiciera salir el bien del mal mismo. Esto Dios lo ha realizado ya admirablemente con ocasión de la muerte y resurrección de Cristo: en efecto, del mayor mal moral, la muerte de su Hijo, Dios ha sacado el mayor de los bienes, la glorificación de Cristo y nuestra redención. (CIC 58).

Santo tomas de Aquino Suma Teológica : (Santo Tomás de Aquino. Suma
Teológica I, q. 21, a. 3)

En todo lo que Dios hace es necesario que esté presente la justicia Es necesario que en todas las obras de Dios se encuentre misericordia y verdad. La Misericordia, si se toma como destierro de algún defecto; pues no todo defecto puede ser llamado misericordia, sino sólo los defectos de la naturaleza racional, a la que le corresponde ser feliz; ya que la miseria se opone a la felicidad.

La razón de esto se debe a que, lo debido por la justicia divina o se da a Dios o se da a las criaturas; y nada de esto puede ser omitido en el obrar de Dios. Pues Dios no puede hacer nada que no responda a lo dictado por su sabiduría y bondad, según el modo en que algo es debido a Dios, como ya dijimos. De forma parecida también, lo que hace en las cosas creadas lo hace con el conveniente orden y proporción; y en esto consiste la razón de justicia. Por lo tanto, es necesario que en todo lo que Dios hace haya justicia. (Santo Tomás de Aquino. (Santo Tomás de Aquino. Suma Teológica I, q. 21, a. 3).

En Dios, la misericordia es querer desterrar la miseria ajena la misericordia hay que atribuirla a Dios en grado sumo. Pero como efecto, no como pasión. Para demostrarlo, hay que tener presente que misericordioso es como decir que alguien tiene miseria en el corazón, en el sentido de que le entristece la miseria ajena como si fuera propia. Por eso quiere desterrar la miseria ajena como si fuera propia. Este es el efecto de la misericordia. Entristecerse por la miseria ajena no lo hace Dios; pero sí, y en grado sumo, desterrar la miseria ajena, siempre que por miseria entendamos cualquier defecto. Y los defectos no desaparecen si no es por la perfección de alguna bondad. Y como ya se demostró (q.6, a.4), el origen primero de la bondad es Dios. Pero hay que tener presente que otorgar perfecciones a las cosas pertenece a la bondad divina y a la justicia, liberalidad y misericordia. (Santo Tomás de Aquino. Suma Teológica I, q. 21, a. 3).

+ La justicia y la misericordia están tan unidas que la una sostiene a la otra

La justicia y la misericordia están tan unidas que la una sostiene a la otra: La justicia sin misericordia es crueldad y la misericordia sin justicia es disipación. (Glosa citada por Santo Tomás de Aquino. Catena Aurea in Mt 5, 7)

+En el servicio del hombre a Dios se incluye la justicia: La definición de la justicia antes dicha es correcta si se la entiende bien [“La justicia es la constante y perpetua voluntad de dar a cada uno su derecho”]. [...] El acto de la justicia, referido a la propia materia y al sujeto, se expresa cuando se dice que da su derecho a cada uno; porque, como dice Isidoro en el libro Etymol., llamase justo porque guarda el derecho. [...] Así como en el amor de Dios se incluye el amor al prójimo, como se ha dicho anteriormente (II-II 25,1), así también, en el servicio del hombre a Dios, se incluye que dé a cada uno lo que debe. (Santo Tomás de Aquino. Suma Teológica II-
II, q. 58, a. 1)

+La justicia ordena el hombre en relación al otro y a la comunidad:

La justicia, como se ha dicho ordena al hombre con relación a otro. Esto puede ser de dos maneras: primera, a otro considerado individualmente; segunda, a otro en común, es decir, en cuanto que el que sirve a una comunidad sirve a todos los hombres que en ella se contienen. A ambos modos puede referirse la justicia, según su propia naturaleza. Sin embargo, es evidente que todos los que integran alguna comunidad se relacionan con la misma, del mismo modo que las partes con el todo; y como la parte, en cuanto tal, es del todo, de ahí se sigue también que cualquier bien de la parte es ordenable al bien del todo. Según esto, pues, el bien de cada virtud, ora ordene al hombre hacia sí mismo, ora lo ordene hacia otras personas singulares, es susceptible de ser referido al bien común, al que ordena la justicia. Y así el acto de cualquier virtud puede pertenecer a la justicia, en cuanto que ésta ordena al hombre al bien común. Y en este sentido se llama a la justicia virtud general. (Santo Tomás de Aquino. Suma Teológica II-II, q. 58, a. 5).

+ La misericordia es la compasión ante la miseria de otro: La misericordia es la compasión que experimenta nuestro corazón ante la miseria de otro, sentimiento que nos compele, en realidad, a socorrer, si podemos. La palabra misericordia significa, efectivamente, tener el corazón compasivo por la miseria de otro. Pues bien, la miseria se opone a la felicidad, y es esencia de la bienaventuranza o felicidad tener lo que se desea, ya que, en expresión de San Agustín, en XIII De Trin., es bienaventurado el que posee lo que quiere y nada malo quiere. La miseria, empero, consiste en sufrir lo que no se quiere. (Santo Tomás de Aquino. Suma Teológica II-II, q. 30, a. 1)

+ El efecto de la misericordia es querer desterrar la miseria ajena como si fuera propia:

Hay que tener presente que misericordioso es como decir que alguien tiene miseria en el corazón, en el sentido de que le entristece la miseria ajena como si fuera propia. Por eso quiere desterrar la miseria ajena como si fuera propia. Este es el efecto de la misericordia. (Santo Tomás de Aquino. Suma Teológica I, q. 21, a. 3).

+La misericordia es un movimiento intelectivo cuando siente repulsión:

Por el infortunio ajeno La misericordia entraña dolor por la miseria ajena. Pero a este dolor se le puede denominar, por una parte, movimiento del apetito sensitivo, en cuyo caso la misericordia es pasión, no virtud. Se le puede denominar también movimiento del apetito intelectivo, en cuanto siente repulsión por el infortunio ajeno. Tal afección puede ser regida por la razón, y, regida por la razón, puede quedar encauzado, a su vez, el movimiento del apetito inferior. Por eso escribe San Agustín en IX De civ. Dei: Este movimiento del alma —es decir, la misericordia— sirve a la razón cuando de tal modo se practica la misericordia que queda a salvo la justicia, sea socorriendo al indigente, sea perdonando al arrepentido. Y dado que la esencia de la virtud está en regular los movimientos del alma por la razón, como queda expuesto (I-II 56,), hay que afirmar que la misericordia es virtud. (Santo Tomás de Aquino. Suma Teológica II-II, q. 30, a. 3).

Según Benedicto XVI, En Dios la justicia y la misericordia coinciden; Justicia y misericordia, justicia y caridad, ejes de la doctrina social de la Iglesia, son dos realidades diferentes sólo para nosotros los hombres, que distinguimos atentamente un acto justo de un acto de amor. Justo, para nosotros, es “lo que se debe al otro”, mientras que misericordioso es lo que se dona por bondad. Y una cosa parece excluir a la otra. Pero para Dios no es así: en él justicia y caridad coinciden; no hay acción justa que no sea también acto de misericordia y de perdón y, al mismo tiempo, no hay una acción misericordiosa que no sea perfectamente justa. ¡Qué lejana está la lógica de Dios de la nuestra! ¡Y qué diferente es nuestro modo de actuar del
suyo! (Benedicto XVI. Discurso en el Centro Penitenciario Romano Rebibbia, 18 de diciembre de 2011).

En La Parábola Del Hombre Rico y de el Pobre Lázaro Muestra Que La Iniquidad Terrena Es Vencida Por La Justicia Divina : Hoy el Evangelio de San Lucas presenta la parábola del hombre rico y del pobre Lázaro. La narración muestra cómo la iniquidad terrena es vencida por la justicia divina: después de la muerte, Lázaro es acogido “en el seno de Abraham”, es decir, en la bienaventuranza eterna, mientras que  el rico acaba “en el infierno, en medio de los tormentos”. Se trata de una nueva situación inapelable y definitiva, por lo cual es necesario arrepentirse durante la vida; hacerlo después de la muerte no sirve para nada. (Benedicto XVI. Ángelus, 30 de septiembre de 2007).

+Dios es aquel que proclama la justicia con fuerza :

La justicia humana y la divina son muy diferentes. Ciertamente, los hombres no pueden aplicar la justicia divina, pero al menos deben apuntar a ella, tratar de captar el espíritu profundo que la anima, para que ilumine también la justicia humana [...]. Dios, en efecto, es Aquel que proclama la justicia con fuerza, pero que, al mismo tiempo, cura las heridas con el bálsamo de la misericordia. La parábola del Evangelio de San Mateo (20, 1-16) sobre los trabajadores llamados a jornal a la viña nos da a entender en qué consiste esta diferencia entre la justicia humana y la divina, porque hace explícita la delicada relación entre justicia y misericordia. La parábola describe a un agricultor que asume trabajadores en su viña. Lo hace, sin embargo, en diversas horas del día, de manera que alguno trabaja todo el día y algún otro sólo una hora. En el momento del pago del salario, el amo suscita estupor y provoca una discusión entre los jornaleros.

La cuestión tiene que ver con la generosidad —considerada por los presentes como injusticia del amo de la viña, el cual decide dar la misma paga tanto a los trabajadores de la mañana como a los últimos de la tarde. Desde el punto de vista humano, esta decisión es una auténtica injusticia, pero desde el punto de vista de Dios es un acto de bondad, porque la justicia divina da cada uno lo suyo y, además, incluye la misericordia y el perdón. (Benedicto XVI. Discurso en el Centro Penitenciario Romano Rebibbia, 18 de diciembre de 2011).

+Para eliminar la injusticia es necesario que no haya en el corazón humano la convivencia con el mal: 

El evangelista Marcos refiere las siguientes palabras de Jesús, que se sitúan en el debate de
aquel tiempo sobre lo que es puro y lo que es impuro: “Nada hay fuera del hombre que, entrando en él, pueda contaminarle; sino lo que sale del hombre, eso es lo que contamina al hombre... Lo que sale del hombre, eso es lo que contamina al hombre. Porque de dentro, del corazón de los hombres, salen las intenciones malas” (Mc 7, 15. 20-21). 

Más allá de la cuestión inmediata relativa a los alimentos, podemos ver en la reacción de los fariseos una tentación permanente del hombre: la de identificar el origen del mal en una causa exterior. Muchas de las ideologías modernas tienen, si nos fijamos bien, este presupuesto: dado que la injusticia viene “de fuera”, para que reine la justicia es suficiente con eliminar las causas exteriores que impiden su puesta en práctica. Esta manera de pensar ―advierte Jesús― es ingenua y miope. La injusticia, fruto del mal, no tiene raíces exclusivamente externas; tiene su origen en el corazón humano, donde se encuentra el germen de una misteriosa convivencia
con el mal. (Benedicto XVI. Mensaje para la Cuaresma 2010, 30 de octubre de 2009).


+La virtud de la justicia es aceptar la voluntad de Dios y tener equidad con el prójimo
En el corazón de la sabiduría de Israel encontramos un vínculo profundo entre la fe en el Dios que “levanta del polvo al desvalido” (Sal 113,7) y la justicia para con el prójimo. Lo expresa bien la misma palabra que en hebreo indica la virtud de la justicia: sedaqad. En efecto, sedaqad ,significa, por una parte, aceptación plena de la voluntad del Dios de Israel; por otra, equidad con el prójimo (cf. Ex 20,12-17). (Benedicto XVI. Mensaje para la Cuaresma de 2010, 30 de octubre de 2009),


Misericordia , Justicia y Castigo de Dios Antiguo testamento :
Exterminio operado por Dios en la época de Noé : (Gen 6, 5-8; 7, 11-12.18-24). <<Al ver el Señor que la maldad del hombre crecía sobre la tierra y que todos los pensamientos de su corazón tienden siempre y únicamente al mal, el Señor se arrepintió de haber creado al hombre en la tierra y le pesó de corazón. Dijo, pues, el Señor: “Voy a borrar de la superficie de la tierra al hombre que he hecho, junto con los cuadrúpedos, reptiles y aves del cielo, pues me pesa haberlos hecho”.>>

<< Así fueron exterminados todos los seres de la superficie del suelo, desde los hombres hasta los ganados, los reptiles y las aves del cielo; todos fueron exterminados de la tierra. Solo quedó Noé y los que estaban con él en el arca con vida. >>

+Dios envía azufre y fuego desde el cielo : (Gen 18, 24.32; 19, 24-26)
El Señor contestó: “Si encuentro en la ciudad de Sodoma cincuenta inocentes, perdonaré a toda la ciudad en atención a ellos”. [...] Abrahán continuó:

“Que no se enfade mi Señor si hablo una vez más: ¿Y si se encuentran diez?”Contestó el Señor: “En atención a los diez, no la destruiré. [...] El Señor hizo llover sobre Sodoma y Gomorra azufre y fuego desde el cielo. Arrasó aquellas ciudades y toda la vega; los habitantes de las ciudades y la vegetación del suelo. La mujer de Lot miró atrás, y se convirtió en estatua de sal.

+ A los que murmuran y desacreditan las palabras de Dios, Él les envía su castigo. (Num 14, 13.19-23) Moisés replicó al Señor: [...] “Perdona, pues, la culpa de este pueblo, por tu gran piedad, igual que lo has soportado desde Egipto hasta aquí”. El Señor respondió: “Le perdono, como me lo pides. Pero, ¡por mi vida y por la gloria del Señor que llena toda la tierra!, ninguno de los hombres que vieron mi gloria y los signos que hice en Egipto y en el desierto, y me han puesto a prueba diez veces ya, y no han escuchado mi voz; ninguno de ellos verá la tierra que prometí con juramento a sus padres. Nadie de los que me han rechazado la verá.

+ “En este desierto caerán vuestros cadáveres, los de todos los que habéis murmurado contra mí” ;(Num 14, 26-37)

<<El Señor dijo a Moisés y Aarón: ¿Hasta cuándo seguirá esta comunidad malvada murmurando contra mí? He oído a los hijos de Israel murmurar de mí. Diles: “¡Por mi vida!, oráculo del Señor, que os haré lo que me habéis dicho a la cara: en este desierto caerán vuestros cadáveres, los de todos los que fuisteis censados, de veinte años para arriba, los que habéis murmurado contra mí. No entraréis en la tierra en la que juré estableceros. Solo exceptúo a Josué hijo de Nun y a Caleb hijo de Jefuné. A vuestros niños, de los que dijisteis que caerían cautivos, los haré entrar y conocerán la tierra que vosotros habéis despreciado. Vuestros cadáveres caerán en este desierto y vuestros hijos serán nómadas cuarenta años por el desierto, y cargarán con vuestra infidelidad, hasta que se consuman vuestros cadáveres en el desierto. Según el número de los días que empleasteis en explorar la tierra, cuarenta días, cargaréis con vuestra culpa cuarenta años, un año por cada día. Para que sepáis lo que es desobedecerme”. Yo, el Señor, juro que haré esto a la comunidad que se ha amotinado contra mí: en este desierto se consumirán y en él morirán”. Los hombres que había enviado Moisés a explorar la tierra, los que al volver habían incitado a toda la comunidad a murmurar contra él, tratando de desacreditar la tierra, y que, al volver desacreditaron la tierra, cayeron fulminados ante del Señor.

+Ante la insolencia, Dios hace que algunos se vayan vivos a la morada de
los muertos :(Num 16, 12.23-35).

Moisés dijo: “En esto conoceréis que es el Señor quien me ha enviado para hacer todas estas obras y que no es ocurrencia mía: si estos hombres mueren como muere cualquier mortal, según el destino común a todo hombre, es que el Señor no me ha enviado; pero si el Señor obra algo portentoso, si la tierra abre su boca y los traga con todo lo que les pertenece, y bajan vivos al Abismo, sabréis que esos hombres han despreciado al Señor”. Y sucedió que, nada más terminar de decir estas palabras, se abrió el suelo debajo de ellos; la tierra abrió su boca y se los tragó, con todas sus familias, así como a toda la gente de Coré, con todas sus posesiones. Bajaron vivos al Abismo con todo lo que tenían. La tierra los cubrió y desaparecieron de la asamblea. A sus gritos huyeron todos los israelitas que estaban a su alrededor, pues se decían: “No vaya a tragarnos l tierra”. Salía luego del Señor fuego que devoró a los doscientos cincuenta hombres que habían ofrecido el incienso.

+El Señor castiga quien lo odia : (Dt 7, 9-10).

Reconoce, pues, que el Señor, tu Dios, es Dios; él es el Dios fiel que mantiene su alianza y su
favor con los que lo aman y observan sus preceptos, por mil generaciones. Pero castiga en su propia persona a quien lo odia, acabando con él. No se hace esperar; a quien lo odia, lo castiga en su propia persona. Observa, pues, el precepto, los mandatos y decretos que te mando hoy que cumplas.


+Por obrar mal el pueblo judío estuvo bajo la opresión de los filisteos durante cuarenta años :(Jue 13, 1). Los hijos de Israel volvieron a obrar mal a los ojos del Señor y el Señor los entregó en manos de los filisteos durante cuarenta años.

+ También en el castigo Dios es justo y misericordioso : (1 Sam 2, 12.17.22.27-35; 3, 12-13; 4, 14.17s)

<< Los hijos de Elí eran unos desalmados, que no reconocían al Señor. [...] El pecado de aquellos jóvenes era muy grande ante el Señor, pues trataban con  desprecio la población del Señor. [...] Elí era muy anciano. [...] Un hombre de Dios se presentó a Elí, y le dijo: “Así dice el Señor: Yo me manifesté a los antepasados de tu padre, cuando vivían en Egipto sometidos a la casa del faraón. Lo escogí entre todas las tribus de Israel para que fuera mi sacerdote, subiera al altar a ofrecer incienso y llevara el efod en mi presencia. Concedí a la casa de tu padre todos los sacrificios de los hijos de Israel. ¿Por qué pisoteáis el sacrificio y la ofrenda que prescribí en mi Morada, y temes a tus hijos más que a mí, cebándolos con las primicias de toda ofrenda de mi pueblo Israel? Por ello —oráculo del Señor, Dios de Israel—, aunque había prometido que tu casa y la casa de tu padre caminarían en mi presencia para siempre, ahora lejos de mí tal cosa —oráculo del Señor—, pues honro a los que me honran, pero los que se burlan de mí son despreciados. He aquí que vienen días en que cortaré tu brazo y el de la casa de tu padre, de modo que en tu casa nadie llegará a ser anciano. Y verás un rival en el Templo, llevando a cabo la prosperidad de Israel, mientras en tu casa nadie llegará a ser anciano. Pero mantendré a uno de los tuyos junto a mi altar hasta que se agoten tus ojos y se consuma tu vida. Pero todos los retoños de tu casa morirán en edad viril. 

Te servirá de señal lo que les va a ocurrir a tus dos hijos, Jofní y Pinjás: los dos morirán el mismo día [...] “Ese día cumpliré respecto a Elí cuanto predije de su casa, de comienzo a fin. Le anuncié que iba a castigar para siempre su casa, por el pecado de no haber reñido a sus hijos, sabiendo que despreciaban a Dios. Por ello, he jurado a la casa de Elí que el pecado de su casa no será expiado jamás ni con sacrificio ni con ofrenda” [...] Elí oyó el griterío y preguntó: “¿Qué significa ese alboroto?” El hombre se acercó apresuradamente a Elí y le dio la noticia. El mensajero le respondió: “Israel ha huido ante los filisteos, y además ha habido una gran mortandad entre el pueblo. También murieron tus dos hijos Jofní y Pinjás, e incluso el Arca de
Dios fue apresada”. En cuanto mencionó el Arca de Dios, Elí cayó de su sitial hacia atrás contra un lado de la puerta, se partió la nuca y murió, porque el hombre era anciano y pesado.

+ Había juzgado a Israel cuarenta años. Hambre y desolación como respuesta
de Dios a los que se habían apartado de Él :

Acab, hijo de Omrí, inició su reinado en Israel el año treinta y ocho de Asá, rey de Judá.
[...] Acab, hijo de Omrí, hizo el mal a los ojos del Señor, más aún que todos los que le precedieron. No le bastó seguir los pecados de Jeroboán, hijo de Nebat, sino que, además, tomó por mujer a Jezabel, hija de Itobaal, rey de los sidonios, y se puso a servir a Baal, postrándose ante él. [...] Elías, el tesbita, de Tisbé de Galaad, dijo a Ajab: “Vive el Señor, Dios de Israel, ante quien sirvo, que no habrá en estos años rocío ni lluvia si no es por la palabra de mi boca. [...] Pasado mucho tiempo, al tercer año llegó la palabra del Señor a Elías, diciendo: “Vete, preséntate ante Ajab, pues voy a conceder lluvia sobre la superficie de la tierra”. (1 Re 16, 29-31; 17, 1; 18, 1).

+Cae fuego del cielo y consume a los enviados del rey que creía en los falsos dioses :

Entonces envió un jefe con sus cincuenta hombres, que subieron a donde estaba Elías y lo
encontraron sentado en lo alto de la montaña. El jefe de los cincuenta le dijo: “Hombre de
Dios, el rey ha ordenado: ‘Desciende’”. Respondió Elías: “Si efectivamente soy un hombre de Dios, descienda fuego del cielo y te consuma a ti y a tus cincuenta hombres”. Y descendió un fuego del cielo que lo consumió junto a sus cincuenta hombres. El rey volvió a enviar otro jefe de cincuenta hombres, quien subió de nuevo diciendo: “Hombre de Dios, así dice el rey: ‘¡Desciende sin demora!’” Pero Elías le respondió: “Si efectivamente soy un hombre de Dios, descienda fuego del cielo y te consuma a ti y a tus cincuenta hombres”. Y descendió un fuego del cielo que lo devoró junto a sus cincuenta hombres. 

El rey envió un tercer jefe de cincuenta con sus cincuenta hombres. Subió el tercer jefe de cincuenta, pero, al llegar, cayó de rodillas ante Elías y le suplicaba diciendo: “Hombre de Dios, te ruego que respetes mi vida y la de estos cincuenta servidores tuyos. Mira que ya descendió un fuego del cielo y devoró a los dos jefes de cincuenta anteriores y a los cincuenta hombres de cada uno. Pero ahora, respeta mi vida”. El Ángel del Señor dijo a Elías: “Desciende con él, no tengas miedo ante él”. Entonces se levantó y descendió con él a donde estaba el rey. Le dijo: “Así dice el Señor: Por haber enviado mensajeros a consultar a Baal Zebub, el dios de Ecrón, como si en Israel no hubiera Dios a quien consultar, para que envíes a consultar a Baal Zebub, el dios de Ecrón, por eso, no bajarás jamás de la cama a la que has subido. Morirás sin remedio”. Y murió conforme a la palabra del Señor que Elías había pronunciado. (2 Re 1, 9-17).

+La mano de Dios en la maldición dada por un profeta :

Más adelante [Eliseo] subió de allí a Betel y, según subía por el camino, unos cuantos muchachos salieron de la ciudad y se burlaban de él diciendo: “¡Sube, calvo; sube, calvo!” Él se volvió, se les quedó mirando y los maldijo en el nombre del Señor. Entonces salieron dos osos del bosque y despedazaron a cuarenta y dos de aquellos muchachos. De allí se fue al monte Carmelo, de donde regresó a Samaría. (2 Re 2, 23-24).

+Las duras, pero santas, palabras de Jesús a los fariseos :

¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que os parecéis a los sepulcros blanqueados! Por fuera tienen buena apariencia, pero por dentro están llenos de huesos de muertos y de podredumbre; lo mismo vosotros: por fuera parecéis justos, pero por dentro estáis repletos de hipocresía y crueldad. ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que edificáis sepulcros a los profetas y ornamentáis los mausoleos de los justos, diciendo: “Si hubiéramos vivido en tiempo de nuestros padres, no habríamos sido cómplices suyos en el asesinato de los profetas”! Con esto atestiguáis en vuestra contra, que sois hijos de los que asesinaron a los profetas. ¡Colmad también vosotros la medida de vuestros padres! ¡Serpientes, raza de víboras! ¿Cómo escaparéis del juicio de la gehenna? Mirad, yo os envío profetas y sabios y escribas. A unos los mataréis y crucificaréis, a otros los azotaréis en vuestras sinagogas y los perseguiréis de ciudad en ciudad. Así recaerá sobre vosotros toda la sangre inocente derramada sobre la tierra, desde
la sangre de Abel el justo hasta la sangre de Zacarías, hijo de , estas cosas caerán sobre esta
generación. (Mt 23, 21-36).

+ Jesus predice la destrucción de Jerusalém, la ciudad infiel... : Al acercarse y ver la ciudad, lloró sobre ella, mientras decía: “¡Si reconocieras tú también en este día lo que conduce a la paz! Pero ahora está escondido a tus ojos. Pues vendrán días sobre ti en que tus enemigos te rodearán de trincheras, te sitiarán, apretarán el cerco de todos lados, te arrasarán con tus hijos dentro, y no dejarán piedra sobre piedra. Porque no reconociste el tiempo de tu visita”. (Lc 19, 41-44).

+ ... y azota a los vendedores y animales del templo :

Se acercaba la Pascua de los judíos y Jesús subió a Jerusalén. Y encontró en el templo a los
vendedores de bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas sentados; y, haciendo un azote de cordeles, los echó a todos del templo, ovejas y bueyes; y a los cambistas les esparció las monedas y les volcó las mesas; y a los que vendían palomas les dijo: “Quitad esto de aquí: no convirtáis en un mercado la casa de mi Padre”. Sus discípulos se acordaron de lo que está escrito: “El celo de tu casa me devora”. (Jn 2, 13- 17).

La recompensa de Ananías y Safira por engañar a los Apóstoles fue una
muerte fulminante :

Pero un hombre llamado Ananías, de acuerdo con Safira, su mujer, vendió una propiedad y se quedó con una parte del precio, sabiéndolo su mujer; después llevó el resto y lo puso a los pies de los Apóstoles. Pero Pedro le dijo:

“Ananías, ¿cómo es que Satanás se ha adueñado de tu corazón para que mientas al Espíritu Santo y retengas parte del precio de la propiedad? ¿Es que no la podías retener cuando la tenías? Y, una vez vendida, ¿no eras dueño legítimo del precio? ¿Por qué has puesto en tu corazón esta decisión? No has engañado a hombres, sino a Dios”. Al oír Ananías estas palabras, se desplomó y expiró. Y se extendió un gran temor entre todos los que lo oían contar. Aparecieron unos jóvenes que lo envolvieron en lienzos y lo llevaron a enterrar. Aconteció unas tres horas más tarde que entró su mujer sin saber lo que había sucedido, y Pedro le preguntó: “Dime si habéis vendido la propiedad por tanto”. Ella respondió: “Sí, por tanto”. Entonces Pedro le dijo: “¿Por qué os habéis puesto de acuerdo para tentar al Espíritu del Señor? Mira, los pies de los que acaban de enterrar a tu marido están a la puerta y también te van a llevar a ti”. Enseguida se desplomó a sus pies y expiró. Los jóvenes entraron, la encontraron muerta y la llevaron a enterrar junto a su marido. Y se extendió un gran temor en toda la Iglesia y entre todos los que lo oían contar. (Hch 5, 1 -10).

 + En  Salamina, Pablo ciega un falso profeta :

Llegados a Salamina, anunciaron la palabra de Dios en las sinagogas de los judíos, llevando
también a Juan, que los ayudaba. Después de atravesar toda la isla hasta Pafos, encontraron a un mago, un falso profeta judío, llamado Barjesús, que estaba con el procónsul Sergio Paulo, hombre prudente. Este mandó llamar a Bernabé y Saulo y deseaba oír la palabra de Dios, pero se les oponía Elimas, el mago (pues esto es lo que significa su nombre), intentando apartar de la fe al procónsul. Entonces Saulo, que también se llama Pablo, lleno de Espíritu Santo, se quedó mirándolo y le dijo: “Hombre rebosante de todo tipo de mentira y maldad, hijo del diablo, enemigo de toda justicia, ¿cuándo vas a dejar de oponerte a los rectos caminos del Señor? Ahora, mira, va a caer sobre ti la mano del Señor y vas a quedar ciego, sin ver el sol, durante algún tiempo”. Al instante cayó sobre él oscuridad y tinieblas e iba de un sitio para otro buscando quién lo llevase de la mano. Entonces el procónsul, viendo lo sucedido, creyó, impresionado por la doctrina del Señor. (Hch 13, 5-12).

+ No basta decir que se adhiere a Cristo, es necesario obrar como Él :

No todo el que me dice “Señor, Señor” entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Aquel día muchos dirán: “Señor, Señor, ¿no hemos profetizado en tu nombre y en tu nombre hemos echado demonios, y no hemos hecho en tu nombre muchos milagros?” Entonces yo les declararé: “Nunca os he conocido. Alejaos de mí, los que obráis la iniquidad”. (Mt 7, 21-23).

+Escuchemos los enviados de Dios y mantengámonos en la gracia :

Cuidado con rechazar al que habla, pues si aquellos no escaparon por haber rechazado al que transmitía los oráculos en la tierra, cuánto menos nosotros, si nos apartamos del que habla desde el cielo. [...] Por eso, nosotros, que recibimos un reino inconmovible, hemos de mantener esta gracia; y, mediante ella, ofrecer a Dios un culto que le sea grato, con respeto y reverencia, porque nuestro Dios es fuego devorador. (Heb 12, 25-29).

+Reconciliarse con Dios es una necesidad para la salvación:

Por eso, nosotros actuamos como enviados de Cristo, y es como si Dios mismo exhortara por medio de nosotros. En nombre de Cristo os pedimos que os reconciliéis con Dios.Al que no conocía el pecado, lo hizo pecado en favor nuestro, para que nosotros llegáramos a ser justicia de Dios en él. Pues dice: “En el tiempo favorable te escuché, en el día de la salvación te ayudé”. (2 Cor 5, 20; 6, 2)

+ Los malhechores no entrarán en el Reino de Dios... :

¿No sabéis que ningún malhechor heredará el reino de Dios? No os hagáis ilusiones: los inmorales, idólatras, adúlteros, lujuriosos, invertidos, ladrones, codiciosos, borrachos, difamadores o estafadores no heredarán el reino de Dios. Así erais algunos antes. Pero fuisteis lavados, santificados, justificados en el nombre del Señor Jesucristo y en el Espíritu de nuestro Dios. (1 Cor 6, 9-10).

+ tampoco los que se dán a la fornicación, a la impureza, o al afán de dinero heredaran el Reino de Cristo : Tened entendido que nadie que se da a la fornicación, a la impureza, o al afán de dinero, que es una idolatría, tendrá herencia en el reino de Cristo y de Dios. (Ef 5, 5).

+ La pena de los que no creen es el fuego eterno

Aunque lo habéis conocido todo de una vez para siempre, quiero recordaros, sin embargo,
que el Señor habiendo salvado al pueblo de la tierra de Egipto, después exterminó a los que no creyeron; y que a los ángeles que no se mantuvieron en su rango sino que abandonaron su propia morada los tiene guardados para el juicio del gran Día, atados en las tinieblas con cadenas perpetuas. También Sodoma y Gomorra, con las ciudades circunvecinas, por haberse prostituido como aquellas y por haber practicado vicios contra naturaleza, quedan ahí como muestra, padeciendo la pena de un fuego eterno. (Jds 5-7).

+ Vivid según Jesucristo en el amor a Dios :

En cambio vosotros, queridos míos, acordaos de las predicciones de los Apóstoles de Nuestro Señor Jesucristo; pues os decían que en el tiempo final habrá gente burlona que actuará conforme a los propios deseos de impiedad. Son estos los que crean discordias, animales que no tienen espíritu. En cambio, vosotros, queridos míos, basándoos en vuestra santísima fe y orando movidos por el Espíritu Santo, manteneos en el amor de Dios, aguardando la misericordia de Nuestro Señor Jesucristo para la vida eterna. Tened compasión con los que titubean, a unos salvadlos arrancándolos del fuego, a otros mostradles compasión, pero con cautela,
aborreciendo hasta el vestido que esté manchado por el vicio. (Jds 17-22).

+El Padre ha puesto todo juicio en manos de su Hijo:

Porque el Padre no juzga a nadie: él ha puesto todo juicio en manos de su Hijo, para que todos honren al Hijo como honran al Padre. Les aseguro que la hora se acerca, y ya ha llegado, en que los muertos oirán la voz del Hijo de Dios; y los que la oigan, vivirán. Así como el Padre dispone de la Vida, del mismo modo ha concedido a su Hijo disponer de ella, y le dio autoridad para juzgar porque él es el Hijo del hombre. No se asombren: se acerca la hora en que todos los que están en las tumbas oirán su voz y saldrán de ellas: los que hayan hecho el bien, resucitarán para la vida; los que hayan hecho el mal, resucitarán para el juicio. (Jn 5, 22.25-29).

+ Vivid según Jesucristo en el amor a Dios:
El Hijo del hombre enviará a sus ángeles y arrancarán de su reino todos los escándalos y a todos los que obran iniquidad, y los arrojarán al horno de fuego; allí será el llanto y el rechinar de dientes. Entonces dirá a los de su izquierda: “Apartaos de mí, malditos, id al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles”. (Mt 13, 41-42.25, 41).

+ El Señor no deja impune el delito:

“Señor, lento a la ira y rico en piedad, que perdona la culpa y el delito, pero no lo deja impune, que castiga la culpa de los padres en los hijos, hasta la tercera y cuarta generación”. (Num 14, 18).

+ El Señor corrige a los que Él ama :

Hijo mío, no rechaces la reprensión del Señor, no te enfades cuando él te corrija, porque el Señor corrige a los que ama, como un padre al hijo preferido. (Prov 3, 11-12).

+ No castigar a los hijos es odiarlos :
Quien no usa la vara odia a su hijo, quien lo ama lo corrige a tiempo. (Prov 13, 24)

+Quién es corregido en esta vida se libra del infierno :

No escatimes castigos al joven, no va a morir porque lo azotes; si lo azotas con la
vara, librarás su vida del abismo. (Prov 23, 13-14).

+Los que no son castigados son hijos bastardos y no legítimos :

No escatimes castigos al joven, no va a morir porque lo azotes; si lo azotas con la vara, librarás su vida del Abismo y habéis olvidado la exhortación paternal que os dieron: “Hijo mío, no rechaces la corrección del Señor, ni te desanimes por su reprensión; porque el Señor reprende a los que ama y castiga a sus hijos preferidos.” Soportáis la prueba para vuestra corrección, porque Dios os trata como a hijos, pues ¿qué padre no corrige a sus hijos? Si os eximen de la corrección, que es patrimonio de todos, es que sois bastardos y no hijos. Ciertamente tuvimos por educadores a nuestros padres carnales y los respetábamos; ¿con cuánta más razón nos sujetaremos al Padre de nuestro espíritu, y así viviremos? (Heb 12, 5-9).

+ El castigo imputado a Moisés fue no entrar en la tierra prometida :

Aquel mismo día el Señor dijo a Moisés: “Sube a esa montaña de los Abarín, al monte Nebo, que está en la tierra de Moab, frente a Jericó, y contempla la tierra de Canaán que yo voy a dar en propiedad a los hijos de Israel. Después morirás en el monte y te reunirás con los tuyos, lo mismo que tu hermano Aarón murió en el monte Hor y se reunió con los suyos. Por haberme sido infieles en medio de los hijos de Israel, en la fuente de Meribá, en Cadés, en el desierto de Sin, y por no haber reconocido mi santidad en medio de los hijos de Israel, por eso verás de lejos la tierra, pero no entrarás en la tierra que voy a dar a los hijos de Israel”. (Dt 32, 48-52).

+Dios castiga al rey David por despreciar su palabra :

Entonces Natán dijo a David: “Tú eres ese hombre. Así dice el Señor, Dios de Israel: “Yo te ungí rey de Israel y te libré de la mano de Saúl. Te entregué la casa de tu señor, puse a sus mujeres en tus brazos, y te di la casa de Israel y de Judá. Y, por si fuera poco, te añadiré mucho más. ¿Por qué has despreciado la palabra del Señor, haciendo lo que le desagrada? Hiciste morir a espada a Urías el hitita, y te apropiaste de su mujer como esposa tuya, después de haberlo matado por la espada de los amonitas. Pues bien, la espada no se apartará de tu casa jamás, por haberme despreciado y haber tomado como esposa a la mujer de Urías, el hitita”. Así dice el Señor: “Yo voy a traer la desgracia sobre ti, desde tu propia casa. Cogeré a tus mujeres ante tus ojos y las entregaré a otro, que se acostará con ellas a la luz misma del sol. Tú has obrado a escondidas. Yo, en cambio, haré esto a la vista de todo Israel y a la luz del sol”. David respondió a Natán: “He pecado contra el Señor”. Y Natán le dijo: “También el Señor ha perdonado tu pecado. No morirás. Ahora bien, por haber despreciado al Señor con esa acción, el hijo que te va a nacer morirá sin remedio”. (2 Sam 12, 7-14).

+ Por no creer en el Hijo de Dios, muchos morirán en su propio pecado:

De nuevo les dijo: “Yo me voy y me buscaréis, y moriréis por vuestro pecado. Donde yo voy
no podéis venir vosotros”. Y los judíos comentaban: “¿Será que va a suicidarse, y por eso dice: ‘Donde yo voy no podéis venir vosotros’?” Y él les dijo: “Vosotros sois de aquí abajo, yo soy de allá arriba: vosotros sois de este mundo, yo no soy de este mundo. Con razón os he dicho que moriréis en vuestros pecados: pues, si no creéis que ‘Yo soy’, moriréis en vuestros pecados”. (Jn 8, 21-24).

+ Cristo crucificado es escándalo y necedad para muchos :

Pues los judíos exigen signos, los griegos buscan sabiduría; pero nosotros predicamos a Cristo crucificado: escándalo para los judíos, necedad para los gentiles; pero para los llamados —judíos o griegos—, un Cristo que es fuerza de Dios y sabiduría de Dios. Pues lo necio de Dios es más sabio que los hombres; y lo débil de Dios es más fuerte que los hombres. (1 Cor 1, 22-25).

+Cristo es piedra angular para los creyentes y piedra de escándalo para los incrédulos :

Para vosotros, pues, los creyentes, ella es el honor, pero para los incrédulos la piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular, y también piedra de choque y roca de estrellarse; y ellos chocan al despreciar la palabra. A eso precisamente estaban expuestos. (1 Pe 2, 7-8).


+++ Bendiciones..



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