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sábado, 10 de marzo de 2018

Segunda Reflexión de Cuaresma La Transfiguración



Mateo 17, 1,9
"Seis días después, toma Jesús consigo a Pedro, a Santiago y a su hermano Juan, y los lleva aparte, a un monte alto. Y se transfiguró delante de ellos: su rostro se puso brillante como el sol y sus vestidos se volvieron blancos como la luz. En esto, se les aparecieron Moisés y Elías que conversaban con él. Tomando Pedro la palabra, dijo a Jesús: «Señor, bueno es estarnos aquí. Si quieres, haré aquí tres tiendas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías.» 

Todavía estaba hablando, cuando una nube luminosa los cubrió con su sombra y de la nube salía una voz que decía: «Este es mi Hijo amado, en quien me complazco; escuchadle.» 

Al oír esto los discípulos cayeron rostro en tierra llenos de miedo. Más Jesús, acercándose a ellos, los tocó y dijo: «Levantaos, no tengáis miedo.» Ellos alzaron sus ojos y ya no vieron a nadie más que a Jesús solo. Y cuando bajaban del monte, Jesús les ordenó: 

«No contéis a nadie la visión hasta que el Hijo del hombre haya resucitado de entre los muertos.»".

Cuando nos acercamos al cuerpo del Señor nuestro primer asombro debería ser el de haber sido atraídos por él ; Es el padre el que nos ha seducido( Jn 6,44), y en nuestra pobre fe el Padre nos revela a Jesús como la única Realidad. 

Así nos adentramos en la nube de la contemplación como Pedro, Juan y Santiago, ellos. << De pronto se vieron sorprendidos por el resplandor de la transfiguración del Señor y no vieron más a su alrededor que a Jesús solo con ellos>> (Mc 9,8): Jesús Solo, es como decir todo...

En el cuerpo transfigurado del Verbo, << todo subsiste…. Dios quiso hacer residir en él la plenitud>> ( Col 1,17.19). Se derrama la alegría la  del padre en su Hijo y sobre los hombres. En él todo ser es amado, es amado de modo único. 

En él está la vida de toda la Creación , la transfiguración del Señor a los ojos de nuestra fe, mana la Fuente de Luz que abre un espacio nuevo sin horizonte, donde todo es llenado por el resplandor de su cuerpo+++ Es La luz del Triple Resplandor de la Trinidad Santa pura e indivisible+++; si pudiéramos entender este Misterio, si supiéramos reconocer y abrir nuestro ojos; el Espíritu Santo luminaria nuestro Corazón , purificaría nuestra Mirada con su Luz silenciosa nos haría pasar de nuestras Visiones carnales al conocimiento puro de la fe.

El Espíritu Santo mana del cuerpo de cristo como Luz en la plenitud de los tiempos nos participa y nos transfigura, en primer Lugar, iluminando los ojos de nuestro Corazón, Más aún que los discípulos de Emaús; esta luz Vivificante nos alcanza en lo más profundo de nuestra condición Mortal más allá de los umbrales de la muerte.


Prefiguración de la transfiguración en la Zarza Ardiente 




Moisés vislumbro este Misterio en la Teofanía ( Ex 3, 1-6).y El Santo Nombre de Dios comenzó hacer balbuceado y pronunciado no mediante un curso de Teología ni en un éxtasis fuera de la Carne, si no por medio de un Signo muy sencillo: Una Zarza en llamas., Una Zarza de las que hay millares en las colinas semidesérticas y una zarza que arde no es algo raro entorno a los campamentos. Lo asombroso es que no se consume; Moisés se dice interiormente<< Voy a dar un rodeo para ver este extraño espectáculo y por qué no se consume la zarza>>. Y he aquí la revelación conmovedora . Se acercaba para ver y oye a Alguien. Quería saber el por qué de una cosa, y es llamado por su Nombre; a través de este signo, ve y contempla el Misterio del Dios Vivo se entrega y arde en su corazón la visión y la compasión Divina.

El fuego Santo de Yahvé, el impronunciable, no destruye la creatura ni la zarza, pero si penetra con su fuego y con su luz todo lo que Existe, el Hombre formado de Barro es su tierra Santa, pero la Luz del eterno Dios nos quema sin consumirnos, y esta luz solo puede ser captada por un corazón humilde que descalza sus pies ante la Luz de la Vida…

“Tanto el fuego que se revela como el corazón del hombre que lo recibe se convierte en luz, Don acogida ,Gracia y verdad.”

En la Plenitud de los Tiempos la luz vino al Mundo por aquel que hablo a Moisés, toma su cuerpo el Verbo y habita entre nosotros, la Virgen lo ha concebido y dado a Luz por obra y Gracia del espíritu Santo.. <<Cristo se transfigura no asumiendo lo que no era si no asumiendo lo que era, Verdadero Dios y Verdadero Hombre>>. La manifestación de su gloria en el monte de Tabor a sus discípulos les abre los ojos y de hombres Ciegos pasan a ser Videntes. Como en la zarza toda su humanidad es ungida; el Verbo “deja ver” en su cuerpo la Luz de su Divinidad, no solo para hacer Saber y conocer , si no para hacer vivir, para salvar, se revela para darse y se da para transformarnos a nosotros en El.

El manar de su transfiguración aparece como Misterio por que Jesús les ordenó: “No contéis a nadie la visión hasta que el Hijo del hombre haya resucitado de entre los muertos.»". A través esta advertencia dicha a sus Discípulos los preparaba para la hora de la Pascua: su Pasión Muerte y Resurrección.

En cuanto a los tres Discípulos ante este Magnífico acontecimiento son inundados durante unos segundos de los que se les concederá recibir comprender y vivir, el tiempo de las promesas se ha cumplido, son Testigos Directos del Misterio Escondido en de la Antigua Alianza y Revelada en una Nueva Alianza y Eterna en las Sagradas Escrituras. Aquel que ven hablar Con Moisés y el Profeta Elías, pueden dejar la gruta del Sinaí sin velarse el Rostro contemplan la Fuente de la Luz en el Cuerpo del Verbo.<<Aquel que está allí no es solamente Dios con los hombres , si no Dios hecho Hombre>>: 

Nada puede pasar de Dios al Hombre. Ni del hombre a Dios si no por su cuerpo, tocan, ven, escuchan al verbo de Vida (1 Jn1,1). 

Ya no hay distancia entre la Materia y la Divinidad en el cuerpo de Cristo, nuestra carne está en comunión con el Príncipe de la Vida sin Confusión sin separación, la Transfiguración nos hace vislumbrar, el pleno Desarrollo de lo que el Verbo inaguro en su encarnación y manifestó a partir de su Bautismo y en sus milagros, el cuerpo de Jesús es Sacramento de Vida…. de Dios a los Hombres.

El cuerpo de Jesús no es simplemente el Signo de la presencia de Dios en la zarza del Sinaí es Sacramento , esta Ungido con la Naturaleza Divina en la unidad personal del Hijo, la humanidad de Jesús es Filial, el Padre se derrama de Amor por el Hijo y en Él se Complace, por lo tanto si Jesús se transfigura es porque el padre hace Resplandecer su Amor y Alegría. 

La irradiación de Luz de Jesús en su cuerpo es la Comunión e inhabitación de Amor en las tres divinas personas que se comunican en la Unidad, en todas las Maravillas y obras de Dios y de manera Singular en la transfiguración, esta contenido un profundo significado que el espíritu Santo Revela, porque Dios es su Autor y el Espíritu Santo es el Artífice es quien lo inspira.

La Iluminación en el Tabor fue vivida por los Discípulos en la medida de su fe lo mismo ocurre con nosotros; el Espíritu Santo transforma todo lo que toca pero, su Luz y poder será tanto más transformante en cuanto más humilde y más pobre y despojada sea ofrecida nuestra fe. Para volver a la fuente de luz  en nosotros , el Espíritu Santo nos enseña antes que nada a encontrar el camino del corazón, allí donde él se derrama en nosotros y en donde la oración se hace luz y vida.

El señor se apropia entonces de nuestra realidades materiales y carnales agua– pan, vino, aceite, hombre y mujer, corazón contrito- se le asocia su cuerpo y nos hace participar su luz vivificante, son en realidad los Sacramentos, (Materia , Forma y Palabra). Acciones deificantes del cuerpo de cristo en nuestra ,humanidad. Es el sacramento en Realidad un signo de Comunión de Dios y los Hombres. 

La invocación al padre sobre las Especies del pan y del Vino (Epiclesis),para que envié su Espíritu Santo y transforme sobre aquello que le ofrecemos es en Realidad el Cuerpo la Sangre y la Divinidad de Jesús transfigurado; porque, las apariencias permanecen mientras estamos en este mundo de muerte, pero la realidad ha llegado a ser otra, ha llegado la plenitud de Cristo. Al comer y beber el cuerpo y la Sangre de Cristo en el Santísimo Sacramento de la Eucaristía , <<nuestro cuerpo de Miseria se Conforma con él en cuerpo de gloria del Señor>( Flp 3,21). 

Ninguna puerta cerrada puede impedir que al señor Resucitado derrame su Espíritu para Convertir los Corazones y transfigurarlos en su Cuerpo de Gloria. Sin embargo , la tragedia es que el Verbo, el Pan Vivo bajado del cielo, viene a los Hombres, El con su Luz , su Vida , su Espíritu, está en medio de nosotros en la Realidad de su Cuerpo, como Alguien a quien no le conocemos (Jn 1,9, ss. y 1,26).

He aquí pues, que el cuerpo de Cristo es el Sacramento de la Salvación de los Hombres y la Gloria de Dios, como lo confirma la Didache, 10 , Que venga tu Gracia y pase este Mundo.


+++ Bendiciones

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