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jueves, 31 de mayo de 2018

Meditación Solemnidad del Corpus Cristhi



Mi carne es verdadera Comida y mi Sangre es Verdadera Bebida ( Jn 6,55)

He aquí el cuerpo de Cristo, Sacramento de la Salvación de los hombres y de la Gloria de Dios

En el cuerpo de Cristo<<  todo Subsiste >>. Dios tuvo a bien hacer  y residir en El  toda  Plenitud (Col 1,19). En el cuerpo de cristo Verdadero Dios y verdadero Hombre, se derrama el amor del padre sobre todos los hombres; en El todo ser es amado de modo único. En Jesucristo, está la vida de todas las criaturas, El Es nuestra Vida y nuestra Resurrección. 

Es en la Comunión con el cuerpo de cristo que somos salvados. Toda duda de esta comunión es aclarada a la luz del evangelio de Juan ante la incredulidad de los discípulos frente a las mismas palabras dichas por nuestro Señor Jesús :<< Mi carne es verdadera Comida y mi Sangre es Verdadera Bebida, el que come mi carne y bebe mi sangre permanece en mí y yo en el >> ( Jn 6.55,56). Muchos de los que le” seguían” al oírle lo dejaron y dijeron: << es duro este lenguaje de entender ¿quién puede escucharlo?>>. Es evidente que por su falta de fe,  Jesús los exhorta y les advierte por ultimo a sus discípulos << ¿Vosotros también queréis marcharos?. Pedro confiesa delante del Señor cuando todos los discípulos son interpelados por sus palabras y humildemente realiza esta confesión de Fe, que hoy deberíamos profesar y promulgar ¿A quién iremos Señor?; solo Tú tienes palabras de vida eterna (Cf Jn 6,68). 

Hoy estas palabras de Jesús se cumplen ante el drama que divide y separa a  todos aquellos que no creen en la presencia Real de su Cuerpo, su Sangre, su Alma y divinidad como fuente y culmen de la Vida cristiana, en el Sacramento de la Eucaristía. 

Es en el cuerpo de Jesucristo Resucitado y glorificado que todo es restaurado y todos los hombres somos reconciliados<<su cuerpo ha dado muerte al odio>>(Ef.2,14).Es por su cruz, su resurrección y ascensión a los cielos que Jesús se ha hecho sacramento de comunión y salvación; así en el Cielo como en la Tierra. No hay más que un solo cuerpo de comunión donde confluyen, el Don y la acogida, que es la obra y gracia del Espíritu Santo; que se derrama sobre nuestra condición mortal y nos hace participes de la unión sin confusión del amor del Padre del Hijo y del Espíritu Santo. Llamados por Jesús y salvados por pura gracia, nuestro cuerpo de Barro es conformado con su cuerpo de Gloria (Flp 3,21).

Al recibir el augusto Sacramento de la Eucaristía, emana de nuestros corazones la Luz pura santa e indivisible de la Santísima trinidad; que es la misma pasión del Padre por el Hijo y el amor del Espíritu Santo, que abre los ojos de nuestra Fe y son iluminadas las tinieblas de nuestro Corazón por el resplandor y comunión con el Cuerpo de nuestro Señor Jesucristo.

En la comunión con el Cuerpo de Cristo, con su Alma, Sangre y divinidad es purificada nuestra mirada con una Luz silenciosa que nos hace pasar de nuestras visiones carnales, al conocimiento puro de la fe. El espíritu Santo nos hace participes de esta Luz vivificante que alcanza nuestras tinieblas en los baluartes de nuestra condición mortal.

Hermanos, hemos recibido << El poder para llegar a ser Hijos de Dios>> (Jn 1,12), por pura gracia se nos ha concedido creer en su Nombre y en sus Palabras. En la Consumación y final de los tiempos, Jesús ha Vencido al mundo y el mundo y los hombres no le reconocieron. Él está en medio de nosotros, en la realidad de su cuerpo humilde, escondido en las apariencias del Pan y del Vino como alguien a quien no le conocemos (Jn 1, 9; 1, 26).

¿Dónde está Vuestra fe?; les recriminaba Jesús a sus discípulos y hoy también nos hace la misma pregunta, somos hombres de poca fe, ¿por qué quedan sobrecogidos y dudan nuestros sentidos al contemplar el Misterio del Pan vivo bajado del Cielo?* 

+La Fe y las apariencias:

Aquel que está escondido en todos los Sagrarios del mundo, en las apariencias de la materia. Memorial de Dios hecho Hombre, en medio de los hombres; la verdad es, que nada puede pasar de Dios al hombre, ni del hombre a Dios si no atraves de su cuerpo; por esta comunión con El, y por el cuerpo de Cristo, es que nos hacemos adoradores del Padre en Espíritu y en Verdad. Por lo tanto, al adorar y contemplar este Misterio se  nos revela en la medida y luz de nuestra fe.


Solo el camino de la conversión nos abre el camino de la adoración. Es el Espíritu Santo el que nos Revela al Señor y solo por esta gracia es iluminada nuestra razón y nuestro corazón; conforme a la promesa de Jesús que el Espíritu Santo es quien nos da el auxilio eficaz : <<Él os introducirá en toda Verdad y os hará comprender todo cuanto Yo os hubiere dicho>> ( Jn 16, 13; 14,26).

Ya decía el profeta (Isaías 53, 1; 6, 8,10): << ¿Quién creyó en nuestra noticia? , ¿A quién le fue revelado? "Y oí la voz del Señor, que decía: ¿A quién enviaré? ¿Quién irá por nosotros? Y respondí Aquí estoy yo, mándame a mí. Él me dijo: Vete y dile a este pueblo, Escuchad bien, pero sin comprender; mirad, pero sin ver. Embota el corazón de este pueblo, endurece su oído, ciega sus ojos, de suerte que no vea con sus ojos, ni oiga con sus oídos, ni entienda con su corazón, ni se convierta, ni se cure.">>.

Hay quienes oyen, pero no reciben y no aceptan las palabras de Dios en su corazón y  se apartan de la verdad; ante esta actitud, es necesario anteponer la Fe para comprender y “Ver” el Milagro y prodigio más grande que se revela ante la mirada del creyente, que inflama su corazón. Es en la comunión con el cuerpo de Jesucristo que somos  Sanados y Salvados.

Lo esencial es invisible a nuestros ojos :

En un fenómeno natural como el movimiento y orbita de la tierra sobre el sol ,se percibe que es este el que se mueve, cuando en realidad es la tierra la que rota y gira en torno al Sol. Podemos preguntarnos y entonces ¿Cómo nos engañan los sentidos?.  En Realidad los sentidos no nos engañan, ellos captan lo que existe en realidad. El engaño y/o falsedad esta en las deducciones que los “Sentidos” hagan de la información procesada por la Razón.

Podríamos dudar tambien desde el punto de la materia y la Forma Eucaristica percibida por nuestros sentidos ¿cómo podríamos distinguir entre una Hostia consagrada entre varias que no lo están? .O a su vez, a simple vista. ¿Quién puede distinguir entre una pieza de hierro imantada y la otra no? 

La Fe en las palabras de Jesús, es la certeza que nos levanta por encima de la Razón. ¿Quién veía la Divinidad de Jesús tras las apariencias exteriores como un hombre más entre los hombres?;  a quien sus contemporáneos observaban y decían afirmaciones tales como: ¿no es Este el hijo del carpintero? ; ¿Quién es Este que hasta el mar y el viento le obedecen?

Santo Tomas de Aquino en la Suma Teológica III q 77 a 8c, nos ilustra y aclara  :

“Visus gustus, tactus in te fallitur; sed auditi solo tuto creditur .” Es decir : [ “ La vista, el gusto, el tacto en ti te engañan; se cree con seguridad tan solo por el oído”].

Es Verdad que los Milagros son obras sensibles; cuando el Señor decía al paralitico que le presentaban en un camilla “Hijo tus pecados te son perdonados “(Mc 2,5), sus palabras obraban la maravilla de purificar el Alma del pecado. Sin embargo, el prodigio del perdón de los pecados que se había realizado ; los sentidos no lo captaban , pero el milagro no dejaba de ser real , lo que vieron, fue cuando el enfermo que yacía en la camilla se levantó y tomo su camilla y salió delante de todos ( Mc 2,12). 

Este fue ciertamente un hecho sensible en que se ocurrió el Milagro para las dos obras – la del perdón de los pecados y la curación de su cuerpo-, obras ambas maravillosas y reales que daban testimonio de Poder y las Palabras de Jesucristo; ¿entonces seria cristiano rechazar la primera obra del perdón que no “se puede ver externamente” y aceptar solo la segunda obra que se ve con los sentidos corporales?

Podríamos deducir que a la Luz de este evangelio que:

+cuando aceptamos el testimonio de los sentidos, somos enseñados por los sentidos, +cuando nos guiamos por el razonamiento, somos adoctrinados por la Razón, +cuando aceptamos las palabras y el testimonio de Dios; entonces es la fe la que nos guía y somos adoctrinados por Dios; tal como Jesús lo prometió en Cafarnaúm: << Esta escrito en los profetas: Serán todos enseñados por Dios. Todo el que escucha al padre y aprende, viene a mí. >> (Jn 6,45). Por lo tanto eevidente que  en la escucha de la Palabra de Dios  es iluminado nuestro  entendiminento y es recibido el Don de la fe.

El Señor Jesucristo Vivo y resucitado: << Cuando se revela se esconde y cuando se esconde se revela >>. En verdad esta afirmación se cumple cuando Jesucristo se les apareció a los discípulos camino de Emaús (Luc 24.13,35). El Señor resucitado se les revela como un peregrino en el camino, pero no le reconocieron, pues sus ojos estaban incapacitados para reconocerlo. Durante el camino el Señor les explicaba las Escrituras; "oian  pero no comprendían"; al final del camino al caer la tarde cuando estos le rogaron que los acompañara, solo en este momento al partir el Pan, Jesucristo “<< se deja ver >>” y le reconocieron, Fueron tardos y necios en entender  las palabras de Jesus y lo que estaba escrito por Moisés y los Profetas y que había de cumplirse.

Así mismo somos nosotros, como los discípulos de Emaús: Necios, tardos e insensatos de corazón para entender el Misterio de la Eucaristía. Al ser instruidos y habitados por la palabra de Dios arden nuestros corazones; porque sus palabras iluminan nuestro entendimiento, para poder Adorarlo y contemplarlo oculto y escondido en las especies humildes del pan y del Vino.

El Misterio de la Eucaristia es la sabiduría de Dios desplegada a su Iglesia es en verdad << la  Insondable riqueza de cristo para esclarecer como lo ha dispensado; el Misterio escondido desde los siglos en Dios creador del universo; para que la sabiduría de Dios se manifieste a los principados y a las potestades en los cielos, mediante su Iglesia>> (Ef. 3, 8,10). 

La comunión con el cuerpo de Jesucristo, Vivo y Resucitado, es acción de gracias, en aquel cuyo poder actúa en nosotros y es capaz de transformar nuestros corazones mucho más, de lo que podemos ver, pedir o concebir; a Él la Gloria en la iglesia y en cristo Jesús por todas las generaciones y todos los tiempos, Amen. (Ef 3. 20,21).


+++Bendiciones


viernes, 25 de mayo de 2018

San Francisco de Sales. El Combate Espiritual


Militia est vita hominis super terram [La vida del hombre en la Tierra es milicia] (Job 7,1).


Vamos a reflexionar sobre el combate espiritual de la fe, para tal fin tomaremos algunos elementos de un maestro por excelencia como es San Francisco de Sales. Sus enseñanzas en materia son de actualidad apremiante y nos ayudarán en gran medida en la búsqueda permanente del camino de la ascética y la perfección para alcanzar la santidad.

Esta es la situación dramática del mundo que «todo entero yace en poder del maligno» (1ª Jn.5, 19; cf. 1ª Pe.5, 8) hace de la vida del hombre un combate (Catecismo de la Iglesia Católica 409). Todo hombre nace soldado, aunque no todo soldado emplee su armamento. En efecto, todos los hombres nacen soldados, porque, como dice la Escritura, nuestra vida es contienda, y es así como debemos entenderla por encima de todo. Desde el momento en que se ve la luz natural al nacer se es soldado. Más tarde, con el bautismo, se adquiere la luz de la Gracia y se nace por segunda vez, en esta ocasión a la vida sobrenatural, convirtiéndose en soldado para defenderla. No sólo eso; la Iglesia tiene un sacramento particular por el que confirma al hombre como soldado en toda la extensión de la palabra, es el sacramento de la Confirmación.

Si no hay batalla, no hay cristiandad. Si no hay batalla, no hay verdadera Iglesia de Dios, no hay verdadera Iglesia Católica. El Concilio Vaticano Segundo enseña: «A través de toda la historia humana existe una dura batalla contra el poder de las tinieblas, que, iniciada en los orígenes del mundo, durará, como dice el Señor, hasta el día final. Enzarzado en esta pelea, el hombre ha de luchar continuamente para acatar el bien, y sólo a costa de grandes esfuerzos, con la ayuda de la gracia de Dios, es capaz de establecer la unidad en sí mismo» (Gaudium et spes, 37). 

La Palabra de Dios nos enseña: «Lucha la buena lucha de la fe; echa mano de la vida eterna, para la cual fuiste llamado» (1 Tim. 6,12). La vida cristiana es ciertamente contienda. San Pablo, escribió que luchamos contra las fuerzas de las tinieblas: «Para nosotros la lucha no es contra sangre y carne, sino contra los principados, contra las potestades, contra los poderes mundanos de estas tinieblas, contra los espíritus de la maldad en lo celestial» (Ef. 6,12).


+ Del Mérito y las Imperfecciones del  Combate Espiritual:


San Francisco de Sales afirmaba :<< Lo que le da valor y merito a nuestras obras de la Fe; es el Amor de Dios, no es la cantidad de las obras que hagamos, es el amor y el cuidado que pongamos en ellas. Tampoco es importante lo que las obras nos cuesten, es el Amor de Dios que hay en ellas camino a la perfección. Hay que estar atentos en no hacer mucho, si no hacer el Bien; no es en la multiplicidad de trabajos y obras de las cosas que hagamos; si no en la perfección, bondad, verdad y caridad que hay en ellas>>.

Todo el bien que hagamos es por amor a Dios y todo el Mal que evitemos es por amor a él, porque sin caridad nada somos nos enseña San Pablo. El amor de Dios lo encontramos en las cosas ordinarias y pequeñas; aceptar con amor nuestras imperfecciones, aflicciones y sufrimientos temporales en la que diariamente somos probados hayan gracia delante de Dios.

María Magdalena cuando fue a Buscar al Señor, no le reconoció y lo confundió con el Hortelano, lo reconoció cuando escucho la de Voz nuestro Señor Jesucristo y la llamo por su nombre: <<¿ Mujer a quién buscas, por qué lloras?>>( Jn 20. 13 ss.). Fijar la mirada en Jesús nos “hace ver” nuestra pequeñez e imperfección he aquí que al contemplar a Jesús le “reconozco” y me conozco a sí mismo. San Agustín exclamaba Señor: <<Que te conozca, y me conozca, a ti único Señor y Verdadero>>.

Solo el Amor de Dios llena todo”vacío”e imperfección del hombre Natural, para llevarlo a gozar y experimentar lo sobrenatural, es decir sólo con y en el Amor de Dios alcanzamos la Virtud, la perfección y santidad. La aceptación de la voluntad de Dios es el camino que nos traza para alcanzar la Santidad, es dejarlo obrar en nuestras vidas. 

La gloriosa libertad de los Hijos de Dios la encontramos en dejarnos conducir por el Espíritu de Libertad, porque donde esta Dios, hay Libertad;(2 Co 3, 17) donde hay caridad y amor, ahí está el Señor en medio de nosotros. Alcanzar la libertad espiritual es ante todo combatir y crucificar la carne de todo los “apegos”, pasiones desordenadas que esclavizan el cuerpo, el Alma y el Espíritu.La esclavitud del pecado nos hace cautivos al vaivén de los “estados de “animo”, en repetidas ocasiones cosas pequeñas y contrariedades, consigo mismos o con el prójimo, nos quitan la Paz. Solo Dios conoce nuestros corazones, solo Dios sabe quiénes somos:

<<No hay nada tan engañoso y sin remedio como el corazón del hombre, ¿quién lo conoce? Yo Yahvé que sondeo sus entrañas y lo examino todo, para dar a cada cual según su conducta>>. (Jeremías 17.9,10).

Soportar con paciencia y mansedumbre las injurias y calumnias nos ayudan en el camino de la Santidad y el Combate Espiritual, debemos, pues, alzarnos y desterrar toda ira, cólera, animosidad y contienda. Interpela Dios a Caín:«¿Por qué andas irritado y porqué se ha abatido tu rostro?», y el mismo Dios le responde con otra pregunta: ¿no es cierto que si obras bien, podrás alzarlo? Mas, si no obras bien a la puerta, está el pecado acechando como una fiera que te codicia a quien puedes dominar (Gen 4., 6,7). Por lo tanto, solo así, lograremos la templanza sobre nuestros actos y no seremos arrastrados por las emociones y pasiones y alcanzaremos el Dominio propio sobre las apetencias e inclinaciones que es lo que hace imperturbable el Espíritu de los Santos.

+De las penitencias Sacrificios y actos de piedad:

Aunque es vital y necesario en el camino Ascético del combate espiritual la práctica del Ayuno, la asidua oración y meditación de las Sagradas escrituras constantemente para adiestrarnos en la batalla contra nuestra concupiscencia, tentaciones y ataques del Maligno. Al demonio no le inquieta la austeridad y el Sacrificio en sí mismo. En realidad lo que lo vence, derrota y ahuyenta; es la obediencia, la humildad, el amor, el abandono y confianza en la voluntad y providencia de Dios.

Es innegable experimentar la ausencia de Dios en el combate espiritual, en donde somos probados en los estados interiores del Alma manifestándose exteriormente en la tibieza y Aridez espiritual producto de nuestras imperfecciones al no encontrar consuelo alguno. Es así, como nos adentramos en desiertos Espirituales o en las noches oscuras del alma o de los sentidos, como las describía San Juan de la Cruz.

El abandono en la providencia y voluntad de Dios, la Negación de sí mismos y el llevar con amor nuestras Cruces es el único Camino para alcanzar la perfección y Santidad  «de la Cruz a la Luz» . Las pruebas temporales no nos privan de la presencia de Dios,  lo importante es estar con el Señor aunque no «sintamos» experimentemos su presencia.

En la Muerte de nuestro señor Jesús en la Cruz la Tierra entera quedo sumergida en Tinieblas (Mc 15, 33); pero la Luz del mundo alumbra todas las tinieblas. Adorar y contemplar al Señor al pie de la Cruz en las tinieblas de nuestra alma; el estar muy cerca de Jesucristo rasga el Velo de nuestro Corazón y todo es llenado y colmado del Suave olor de su perfume, de su presencia y su luz.

San Francisco de Sales en su tratado «Introducción a la Vida Devota», nos enseña como la inquietud o turbación del Alma es la fuente y raíz de donde nacen muchas tentaciones y es la causa del mal que se encuentra en nosotros. Discernir los movimientos interiores y exteriores de la naturaleza de nuestras inclinaciones, hacia bien o hacia el mal, y los diferentes estados del Alma con sus facultades y potencias como son: La Voluntad, la Razón y la Memoria. Según San Agustín. Conocer estas áreas de nuestro interior y las operaciones vitales donde tienden cada una de estas potencias que se integran en nuestro ser; nos permite ejercitar el Dominio de nuestra naturaleza, del Cuerpo el Alma y el Espíritu.

El Gobierno de nuestros actos debe ser en orden descendente, pues en la esfera más superior del ser humano se encuentra nuestro Espíritu que debe ejercer su Señorío, sobre el Alma y el Alma sobre el Cuerpo. Sin embargo, San Pablo nos enseña que la carne codicia contra el espíritu y el Espíritu codicia contra la Carne (Gal 5,17). Queda de manifiesto que las apetencias e inclinaciones del cuerpo son contrarias a las del Alma y el espíritu.

Mediante el dominio,subordinación y gobierno del espíritu sobre: la inteligencia, la voluntad,la Memoria,  la afectividad, las Pasiones, vicios y defectos; alcanzamos la sanación interior, la santidad y perfección  en el combate espiritual. La recepción de los Sacramentos son fuente inagotable de sanidad y la vida de oración  son el Camino Ascético de los que han alcanzado la iluminación y la unión con Dios, el Gobierno y dominio de si mismos y de sus conciencias. Los santos movidos por la gracia lograron:

+La Renuncia de sus propias pasiones, concupiscencias e inclinaciones  negándose a sí mismos y cargando con su cruz y sufrimientos.

+Rechazaron sus propios Defectos, vicios y pecados y los vencieron alcanzando virtudes contrarias a sus deseos movidos por la gracia Divina.

+Alcanzaron el dominio propio y la habitación del Espíritu Santo en todo su Ser, Es decir el Dominio del Espíritu Santo sobre su Alma sus facultades y potencias (La Razón, voluntad, memoria), sobre su cuerpo y sus pasiones.


+++ Bendiciones


lunes, 7 de mayo de 2018

Pentecostés El Advenimiento de una Nueva Iglesia



(Joel 3. 1,5)
Sucederá en los últimos días, dice Dios: Derramaré mi Espíritu sobre toda carne, y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas; vuestros jóvenes verán visiones y vuestros ancianos soñarán sueños.

Y yo sobre mis siervos y sobre mis siervas derramaré mi Espíritu.

Haré prodigios arriba en el cielo y señales abajo en la tierra.

El sol se convertirá en tinieblas, y la luna en sangre, antes de que llegue el Día grande del Señor.

Y todo el que invoque el nombre del Señor se salvará. 

La manifestación del Espíritu Santo el Día de Pentecostés (Hch2.1,13), es en realidad la comunión de la Santísima Trinidad con la Iglesia. La pascua de Jesús es convertida en Liturgia por tanto, es una celebración eterna que hace la voluntad el Padre, así en en la tierra como en el cielo….

El Rio y la Fuente donde se originó la vida no se han apartado de nuestro tiempo, con la Ascensión del Señor a los cielos; al contrario, se derraman la Luz y la Vida en toda su plenitud sobre toda carne (Hch. 2,17; Joel 3,15).

¿Qué sucede entonces al llegar el Día del Pentecostés ?

Los Apostoles y la Santísima Virgen se encuentran en un mismo lugar y un nuevo día comienza, un nuevo principio, nace una nueva iglesia y el amor del Espíritu Santo que procede del Padre y del Hijo lo transforma todo. <<Hace todas las cosas nuevas>>. La fuente de vida y la Luz de la Vida manan del trono de Dios en el Cenáculo de nuestros Corazones. El espíritu Santo con El Padre y El Hijo reciben una misma adoración y gloria.

El magnífico Día de Pentecostés despunta un nuevo amanecer, una nueva aurora y bella primavera; para la humanidad las Promesas del Padre y del Hijo se han cumplido, los Tiempos de una Nueva Alianza y Eterna han dado su Fruto, La Resurrección de Jesucristo nos conduce al resplandor de un nuevo día que no conoce ocaso.

El espíritu Santo se derrama sobre toda carne, la celebración y el Gozo Pascual se hace Vida en nosotros presentes en un solo cuerpo, nace la Iglesia apostólica que es Desposada en la Comunión con el Espíritu Santo. Es el mismo Espíritu del Señor Resucitado que conduce y guía a su Iglesia, es la fuente visible de luz en Lenguas de Fuego presente en el cuerpo místico de Jesucristo resucitado; Sacramento de Vida que todo Hombre puede ver tocar y alimentarse para alcanzar la vida Eterna, es la Eucaristía fuente y culmen de toda adoración y gloria.

La Bienaventurada Virgen María guardaba en el silencio y en su corazón las maravillas y la manifestación de este grandioso Día esperado durante Siglos, María como Madre de todos los hombres espera contra toda esperanza, ofrece su corazón traspasado por el sufrimiento al contemplar la ignominiosa muerte de su amado Hijo, en la Cruz, para que todos las hijos e hijas de los hombres participacen de las primicias del Espíritu y puedan entrar en la alegría y el Gozo Pascual del señor Vivo y resucitado.<< Hoy es el Día en que Actuó el Señor sea nuestra alegría y nuestro gozo , aleluya, aleluya, aleluya >>.(Salmo 117).

En la mañana del Pentecostés se encontraban reunidos los discípulos en una habitación Alta<< todos con un mismo corazón asiduos en la oración junto con María >>. Los apóstoles hombres sencillos y humildes que lo dejaron todo por Jesús, pero cobardes porque lo abandonaron y lo negaron. También junto con María fueron preparados durante meses, han visto, escuchado y tocado al verbo de la vida, llamados por pura gracia, han sido instruidos, perdonados y purificados misericordiosamente , pero sus corazones como los nuestros,<< Lentos para creer y tardos para escuchar>> no han entendido las enseñanzas y palabras de su Maestro antes de su ascensión a los cielos les promete :<< cuando el Espíritu Santo venga sobre vosotros , Recibiréis una fuerza que os hará ser mis testigos ,en Jerusalén en toda Judea y Samaria, y hasta los confines de la tierra>>. (Hch 1,8).

La partida del Señor los deja turbados y tristes, pero los une su Fe , toda su obediencia y esperanza porque están habitados por sus Palabras depositada en sus corazones humildes; estos Hombres son iluminados por la Fe, la Esperanza y el Amor de Jesucristo dados por pura gracia. Entonces en la espera el Día señalado de repente son colmados y llenos del Poder y la Fuerza del Espíritu Santo. Ya no son solo un grupo de creyentes si no una Iglesia, ya no son pescadores si no Teólogos, son Testigos directos enviados y guiados por un mismo Espíritu, un poder, un tesoro extraordinario habitara de ahora en adelante y por siempre en vasos de barro para que se vea claramente la fuerza de Dios y no de nosotros (Cf 2 Co 4,7). Llenos del espíritu Santo en apariencia son solo Hombres elegidos en medio de su pueblo, pero, en realidad han sido transformados y hecho participes de la naturaleza Divina porque la Vida del Espíritu penetra su Naturaleza Humana ( 2 Pe 1,4). El Espíritu Santo engendra nuevos Hijos en la Luz; el cuerpo Místico de Jesús su Santo Espíritu, no solo derrama su Luz; esta en medio de ellos habita y mora en sus Corazones.

Hermanos, la Iglesia no nace por un grupo hombres y mujeres creyentes que un buen día se reunieron, decidieron y se pusieron de acuerdo en profesar una misma Fe, al contrario, es El Espíritu de Jesucristo << el Autor y consumador de nuestra Fe>> (Ap 12,2). Es Jesucristo quien Suscita la fe en el Corazón de sus discípulos y los hace uno con El; entonces en nuestro tiempo también se derrama su Espíritu lleno de gracia y de verdad para que Adoremos con todo nuestro corazón, al Padre, al Hijo y al espíritu Santo en la Unidad de las tres Divinas personas.

El Misterio en los últimos Tiempos:

Desde el Principio, en la Plenitud y en la Consumación de los tiempos, la Sangre, el Agua y el Espíritu Santo, dan testimonio del advenimiento de nuestro Señor Jesucristo. En el Final de los Tiempos; se cumplirá la espera de la Segunda Venida de nuestro Señor ; su Sangre derramada y La sangre derramada en toda la Tierra desde el Justo Abel y la de todos los mártires y Santos de Dios, clama y sube como un grito al Altar de Dios<<No cubras tierra mi Sangre y que nada pare mis gritos pues tengo en el cielo mi testigo>>. El misterio de la segunda venida de nuestro señor Jesucristo esta sellado hasta que no sea abierto el Séptimo y ultimo Sello de la Historia del hombre (Ap. 8,1). Pues solo el Padre sabe el día y la hora.

La sangre que derramo Jesús en el Calvario se derramo por Amor y no por fatalidad El espíritu y la luz que ha sido derramado en nuestros corazones es por la obra Gracia del Espíritu Santo y en el amor del Padre y del Hijo. Jesucristo Hoy viene y llama a cada hombre por su nombre y sale a su encuentro y con la Fuerza y Poder de su Santo Espíritu, lo llena todo, lo transforma todo, e ilumina a todo hombre con su Luz ; pero <<la luz Vino y el mundo no la conoció vino a los suyos, más los suyos no la recibieron.( Cf Jn 10,11).

La palabra verdadera por la que todo fue hecho no es escuchada somos sordos ciegos y mudos ¡ Clamemos que venga pues el espíritu Santo desde los cuatro puntos cardinales¡ :


¡Ven espíritu Fuego de Dios! , abre nuestros oídos, ¡Ven Espíritu de Dios!, Sopla e ilumina nuestra razón y nuestro corazón, ¡Ven espíritu Divino! llama ardiente que no se consume; purifica nuestro entendimiento aparta toda tiniebla para nacer de nuevo del Agua y del Espíritu.

Desata nuestra mudez, porque si no las piedras hablaran de ti, desata las lenguas que por la soberbia de los hombres confundiste y dispersaste en la torre de Babel por el mundo.

Dadnos lenguas Nuevas para que entonemos un solo coro de Alabanza y adoración. Devuélvenos la unidad perdida a todos los hombres de pueblo raza o Nación.

¡Ven Espíritu Santo de Dios¡, haz reposar sobre nosotros: Espíritu de Sabiduría e inteligencia, Espíritu de consejo y fortaleza, Espíritu de Ciencia y Temor de Dios, ¡Ven Espíritu Santo ¡ derrama tus Dones y Carismas,devuélvenos el Gozo y la Alegría.

Es justo y necesario que vengas y restaures el mundo caido que yace en tinieblas y en sombras de muerte. Padre de todos los hombres, no ceses de enviar tu Santo Espíritu en estos últimos tiempos sobre la Faz de la tierra. Amen. 

Aleluya, Aleluya, Aleluya

+++ Bendiciones