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sábado, 22 de diciembre de 2018

Meditación del Adviento y La Natividad


En cuanto a ti, Belén Efratá,la menor entre los clanes de Judá, de ti sacaré al que ha de ser el gobernador de Israel; sus orígenes son antiguos, desde tiempos remotos.(Miq 5:1). 

Los cristianos no celebramos fechas, celebramos hechos. Nosotros nos alegramos y celebramos el hecho de Aquel que no cabe en el universo quiso nacer de una virgen en este pequeño planeta del inmenso universo para reconciliar al hombre con su Creador. 

Tengamos presente siempre que lo importante de una celebración fijada por la Iglesia no es la fecha en sí misma, lo relevante es el acontecimiento que celebramos en esa fecha. En el caso de las celebraciones tradicionales del nacimiento de Jesús, estas comienzan entre la noche del 24 y la madrugada del 25 de diciembre (Nochebuena y Navidad). Los enemigos de Jesús y de la Iglesia critican estas celebraciones y hay quienes quisieran desaparecerlas del mapa mundial de festividades. Quieren borrar a Jesús de cualquier manera sustituyéndolo en muchos lugares del mundo por la figura de “Santa Claus”, prohibiendo además la celebración de su nacimiento en muchas partes del mundo, obligando a muchos creyentes a hacer solo alusiones “neutras” a dichas fiestas para evitar ser penalizados. 

Vivir el tiempo de adviento y la Navidad es un hecho que trasciende más allá del bullicio y de las “Luces”, que deslumbran a muchos y confunden y embotan sus mentes con el afán de comprar los regalos la Navidad la han convertido en una fiesta mundana que está bajo el poder y ataque tremendo del Maligno en estos últimos tiempos. Santa Claus ha tomado el lugar del Niño Jesús y el centro comercial ha tomado el lugar del templo. 

El Maravilloso tiempo de adviento y navidad es el momento indicado para encontrar el camino de una verdadera conversión, Celebrar la Navidad es realmente nacer de nuevo en la Fe, la Esperanza y la Caridad, en Espíritu y en Verdad. Para que toda Colina de nuestro orgullo sea abajada y todos los valles de sombra, muerte y soberbia de nuestra Alma se han colmados de gracia y humildad. 

La Voz que grita en el desierto árido y seco del corazón de cada hombre, que está sumergido en el odio y la desesperanza, sin amor e indiferencia absoluta por Dios y por su prójimo; se alza y contrapone la Voz de Dios que es la Palabra misma, en boca de sus Santos Profetas que anunciaron, proclamaron la promesa de la venida del Mecías. En la Plenitud de los tiempos la promesa de este sagrado Misterio preparado durante siglos tuvo su cumplimiento en la encarnación de la Bienaventurada Virgen María y en el nacimiento de su adorado Niño Jesús, el Hijo de Dios, Altísimo por quien se Vive. 

El Enmanuel, el Dios con nosotros, que mora y habita en medio de nosotros y en nosotros, El Eterno Yhave, El Santo de los Santos, que no podía ser ni siquiera pronunciado y nombrado se hizo hombre y su Palabra que existía desde el principio y era la luz verdadera de la vida, brilló en las tinieblas e Ilumina hoy al mundo, pero los hijos e hijas del hombre no la reconocen y no la reciben (Cf Jn 1, 9,11). Más el que recibe y adora la palabra hecha luz y profesia, será llamado Hijo de Dios; en su caminar errante en este mundo, lampara es su Palabra que guía el Sendero, al encuentro para adorar y contemplar el Dios encarnado. Del esplendor de su alumbramiento estalla la gloria, el Gozo, la alabanza y alegría en el cielo y en la tierra. <<Nos ha nacido un Salvador>>. 

En La fuente de la Vida que es Jesús, nace una nueva creación, una nueva alianza y eterna: << Lo digo y lo hago, Oráculo del Señor>>. El verbo, la palabra hecha carne inaugura un tiempo nuevo, el tiempo de las promesas ya llego ya está aquí, la esperanza y fidelidad de los Justos durante Siglos, la Gracia el Don, en se unen en un solo Acto de amor, que es consumado en el Vientre de la Virgen María, Es La unión sin confusión entre lo Divino y lo Humano sin separación, sin mancha, sin defecto. 

El Nacimiento del Hijo de Dios y su resplandor brilla y colma de gracia y verdad a todos los desterrados hijos de Eva, Por que el Sol que no conoce ocaso es Verdadero Dios y Verdadero Hombre. El hombre que yacía en sombras de muerte que ocultaba y escondía su rostro ante Dios viene a adorar y a contemplar al que ha venido a Salvar y Visitar a su Pueblo. La promesa hecha por Dios a Abraham y a la Casa de David, nos recuerda la Santa Alianza y la misericordia, la Paz y la Justicia que Jesús Vino a traer al Mundo por los Méritos de sus sufrimientos de su encarnación, pasión, muerte y resurrección y ascensión a los Cielos. 

San Buenaventura, Doctor de la Iglesia nos enseña que en los sagrados Misterios de la encarnación de Jesús; El Hijo de Dios, Vino de los estados Superiores a los estados inferiores para llevarnos a los estados Superiores, es decir bajo del Cielo, se abajo, se anonado y se “Vacío” de sí mismo, no hizo alarde de su categoría de Dios paso, como un hombre cualquiera, entrego su vida por el perdón de nuestros pecados para llevarnos al Cielo.


La adoración de los sagrados Misterios de la Encarnación de acuerdo al magnifico tratado de San Buenaventura, lo podemos conocer por los Frutos de la Vida pasión y muerte de nuestro señor Jesucristo para la salvación de los Hombres; se revelan al Contemplarlos en en las Sagradas escrituras o en un humilde pesebre.

Los misterios de su origen y el esplendor su condición humana y Divinidad, se manifiestan en la sublimidad de su poder escondido en la plenitud de su bondad y humanidad, Jesús es engendrado por Dios y no es creado y toda la escritura del Antiguo y Nuevo testamento nos hablan de la Venida del Mecías, enviado del cielo y nacido de María. La humildad de Jesús se revela y manifiesta en su (Kenosis) que traducido del griego significa<< se vacío de sí mismo>>; se despojó de su Gloria y Majestad y se sometió a la Ley.

Ahora bien, con la venida de Jesús y el reino de Dios y su justicia, todo lo visible e invisible es recreado de nuevo . Jesús es la fuente de la vida y la fuente de la sabiduría que ilumina a los ángeles y bienaventurados, la fuente de la vida, es la fuente de todo bien así en el cielo, como en la tierra. todo existe por El, con y El y en El. Nada subsiste si no por el hijo porque todo fue sometido sobre sus pies. porque Dios Padre es por quien son creadas todas las cosas, El Hijo es por el cual fueron creadas todas las cosas y en el Espíritu santo es por quien existen todas las cosas.

La obra de la Santísima Trinidad Padre, Hijo y Espíritu Santo se revela y manifiesta a los hombres de buena voluntad que aman y glorifican al Señor su Dios. Toda la verdad bondad belleza, Radianza y Armonía dimanan al contemplar la vida oculta de nuestro señor Jesucristo desde su nacimiento, en la desnudez en un pesebre Belén; hasta su muerte desnudo en la Cruz en las afueras de Jerusalén, estos hechos  revelan que solo en la simplicidad suprema y sacrificio perfecto; se alcanza en la mayor pobreza y humildad; El Rey del universo sea hace pobre, para que por su pobreza los “pobres lleguen a ser Ricos” y alcancen la vida eterna.

Todos los caminos que conducen para contemplar la gloria de Dios son Misericordia y verdad, la Misericordia al enviarnos su hijo como al Salvador para la remisión de nuestros pecados y la Justicia en el juicio Final. ¿A que se parece el Reino de los Cielos? (Mateo 18,23,35), “El Reino de los Cielos se parece a un rey que quiso hacer rendir cuentas a sus Servidores “. La misericordia y la justicia no se contradicen, van de la mano, estos atributos de Dios se cumplen en la misericordia, al perdonar nuestras deudas y pecados y en su Justicia al castigar al ingrato en su segunda Venida. .! Maranatha! , Sí, vengo pronto.» ¡Amén! ¡Ven, Señor Jesús! .(Cf.Apo 22,20).

Hermanos, los invito a meditar este bello Salmo y a ofrendar a nuestro Salvador: El oro de nuestra Fe, el Incienso de nuestra oración y adoración y la mirra de nuestro arrepentimiento más profundo por haberle ofendido.

Salmo 84 ,10,14

Voy a escuchar lo que dice el Señor:
«Dios anuncia la paz
a su pueblo y a sus amigos
y a los que se convierten de corazón».

La salvación está ya cerca de sus fieles,
y la gloria habitará en nuestra tierra;
la misericordia y la fidelidad se encuentran,
la justicia y la paz se besan;

la fidelidad brota de la tierra,
y la justicia mira desde el cielo;
el Señor nos dará la lluvia,
y nuestra tierra dará su fruto.

La justicia marchará ante él,
la salvación seguirá sus pasos.


+++ Bendiciones, Feliz Navidad….


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