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miércoles, 26 de diciembre de 2018

Jesucristo Rey, El Príncipe de la Paz


Porque un Niño nos ha nacido, un Hijo nos ha sido dado, que lleva el imperio sobre sus hombros. Se llamará Maravilloso, consejero, Dios poderoso, Padre de la eternidad, Príncipe de la paz (Isaías, 9,6).

La Navidad es la salida de Dios de su trono de los Cielos; Navidad es la llegada de Dios a la tierra a buscarnos y traernos la Paz. Para comprender el significado profundo de la Paz en el sentido espiritual, es necesario estudiar la raíz de esta palabra en sus diferentes transliteraciones en el lenguaje: hebreo, griego y el latín.

La "Paz" y Su Terminología en la Biblia

El tema bíblico de la paz es muy rico y muy complejo, mientras que la terminología que lo expresa es más bien pobre, aunque cubre un área semántica muy vasta y diferenciada. El mismo nombre hebreo shalom asume en los textos un alcance que trasciende en varios aspectos, sobre todo en los aspectos religiosos, el de los nombres correspondientes en las literaturas clásicas. Las versiones bíblicas, al asumir estos otros vocablos, cargan la noción de "paz" de nuevos matices, ampliamente presentes en nuestras lenguas; veamos pues a continuación sus significados:

En Hebrero: שָׁלוים shalóm: seguro, (figurativamente), bien, feliz, amistoso; también significa bienestar, salud, prosperidad, paz: amigo, bien, bueno, completo, dichoso, pacíficamente, pacífico, pasto delicado, paz, propicio, prosperidad, salvo, victorioso.

En griego (airén,). εἰρηνεύω (eirēneuō): Vivir en paz, comportarse de una manera que promueva la armonía, tiempo en que no hay guerra.

En latín pax, pacís: Paz; gracia, benevolencia (implorada de los dioses); pace tea, con tu permiso; pacificar, someter.

La Paz, Felicidad Perfecta:
La primera observación que se ha de hacer en este sentido, que está basado en tres aspectos de la paz, es que los tres nombres y significados de shalóm, airén y pax, considerados en su sentido etimológico original, ponen de relieve tres aspectos de la realidad "paz", que, ya presentes en el AT hebreo, explicitados sucesivamente en la versión griega y en el NT y recogidos luego por la reflexión eclesial cristiana, iluminan desde tres puntos de vista característicos, connaturales, respectivamente, a la mentalidad hebrea, griega y latina, de acuerdo a la realidad a la que se refieren y la totalidad íntegra del bienestar objetivo y subjetivo (shalóm), la condición propia del estado y del tiempo en que no hay guerra (eiréné) y la certeza basada en los acuerdos estipulados y aceptados (pax).

Se trata de una observación que, en el estudio comparativo de las versiones bíblicas antiguas, se demuestra que puede aplicarse con fruto a la profundización de numerosos temas pensemos en: [ / "ley", / "justicia", / "santidad", "penitencia" /Reconciliación]. El hombre ansía la paz desde lo más profundo de su ser. Pero a veces ignora la naturaleza del bien que tan ansiosamente anhela, y los caminos que sigue para alcanzarlo no son siempre los caminos de Dios. Por eso debe aprender de la historia sagrada en qué consiste la búsqueda de la verdadera paz y oír proclamar por Dios en Jesucristo el don de esta verdadera paz.

 Para apreciar en su pleno valor la realidad designada por la palabra paz, hay que percibir el significado latente en la expresión semítica de paz y aún en su concepción más espiritual, contenida en la Biblia desde el Libro del Génesis hasta el Apocalipsis.

En el AT. La alianza antes de referirse a las relaciones de los hombres con Dios, pertenece a la experiencia social de los hombres. Éstos se ligan entre sí con pactos y contratos. Acuerdos entre grupos o individuos iguales que quieren prestarse ayuda: son las alianzas de paz (Gen 14,13; 21,22ss; 26,28; 31,43ss; 1Re 5,26; 15,19).  las alianzas de hermanos (Am 1,9), los pactos de amistad (1 Sa 23,18), e incluso el matrimonio (Mal 2,14). Tratados desiguales, en que el poderoso promete su protección al débil, mientras que éste se compromete a servirle: el antiguo Oriente practicaba corrientemente estos pactos de vasallaje, y la historia bíblica ofrece diversos ejemplos de ellos (Jos 9,11-15; 1Sa 11,1; 2Sa 3,12 ss.).

 En estos casos el inferior puede solicitar la alianza; pero el poderoso la otorga según su beneplácito y dicta sus condiciones (cf. Ez 17,13s). “La conclusión del pacto se hace según un ritual consagrado por el uso. Las partes se comprometen con juramento. Se cortan animales en dos y se pasa por entre los trozos pronunciando imprecaciones contra los eventuales transgresores” (cf. Gen 34,18). Finalmente, se establece un memorial: se planta un árbol o se erige una piedra, que en adelante serán los testigos del pacto. (Gen 21,33; 31,48ss). Tal es la experiencia fundamental, a partir de la cual Israel se representó sus relaciones con Dios.

1. Paz y bienestar. La palabra hebrea shalóm se deriva de una raíz que, según sus empleos, designa el hecho de hallarse intacto, completo (Job 9,4), por ejemplo, acabar una casa (1Re 9,25), o el acto de restablecer las cosas en su prístino estado, en su integridad, por ejemplo, "apaciguar" a un acreedor (Éx 21,34), cumplir un voto (Sal 50,14). Por tanto, la paz bíblica no es sólo el "pacto" que permite una vida tranquila, ni el "tiempo de paz" por oposición al "tiempo de guerra" (Ecl 3,8; Ap 6,4); designa el bienestar de la existencia cotidiana, el estado del hombre que vive en armonía con la naturaleza, consigo mismo, con Dios; concretamente, es: *bendición, *reposo, *gloria, *riqueza, *salvación, *vida.

2. Paz y felicidad. "Tener buena salud" y "estar en paz" son dos expresiones paralelas (Sal 38,4); para preguntar cómo está uno, si se halla bien, se dice: "¿Está en paz?" (2Sa 18,32; Gén 43,27); Abraham, que murió en una vejez dichosa y saciado de días (Gén 25,8), partió en paz (Gén 15,15; cf. Lc 2,29). En sentido más alto la paz es la seguridad. Israel no tiene ya que temer a enemigos gracias a Josué, el vencedor (Jos 21,44; 23,1), a David (2Sa 7,1), a Salomón (1Re 5, 4; Eclo 47,13).  Finalmente, la paz es concordia en una vida fraterna: mi familia, mi amigo, es "el hombre de mi paz" (Sal 41,10; Jer 20,10); es confianza mutua, con frecuencia sancionada por una alianza (Núm 25,12; Eclo 45,24) o por un tratado de buena vecindad (Jos 9,15; Jue 4,17; 1Re 5,26; Lc 14,32; Hch 12,20).

3. Paz y "salud". Todos estos bienes, materiales y espirituales, están comprendidos en el saludo, en el deseo de paz (el salamalec de los árabes) con el que en el AT y en el NT se saluda, se dice "buenos días" o "adiós) ya en la conversación (Gén 26,29; 2Sa 18,29), ya por carta (Dan 3, 98; Flm 3). Ahora bien, si se debe desear la paz o informarse sobre las disposiciones pacíficas del visitante (2Re 9,18), es que la paz es un estado que se ha de conquistar o defender; es victoria sobre algún enemigo. Gedeón o Ajab esperan regresar en paz, es decir, vencedores de la guerra (Jue 8,9; 1Re 22,27s); asimismo se desea el éxito de una exploración (Jue 18,5s), el triunfo sobre la esterilidad de Ana (1Sa 1,17), la curación de las heridas (Jer 6.14; Is 57,18s); finalmente, se ofrecen "sacrificios pacíficos" (salutaris hostia), que significan la comunión entre Dios y el hombre (Lev 3,1).

 El Príncipe de la paz: Dios prometió la salvación eterna, la bienaventuranza y la compañía de los ángeles sin fin, la herencia imperecedera, la gloria y la Paz eterna, y como la consecuencia de Resurrección, la ausencia total del miedo a la muerte.

Pero no bastó a Dios indicarnos el camino. Por medio de su Hijo quiso que Él mismo fuera el camino, para que, bajo su dirección, tú caminaras por él, por tanto, el Hijo de Dios tenía que venir a los hombres, tenía que hacerse hombre, y en su condición de hombre tenía que morir, resucitar, subir al Cielo, sentarse a la derecha del Padre, y cumplir todas las promesas en favor de las naciones.

Bajo las apariencias de Jesús como un niño cualquiera, oculta los destellos de su Divinidad, pero es el mismo Dios que creó cielos y tierra con su poder, el mismo que entre truenos y relámpagos dio su Ley a Moisés en el Monte Sinaí, el mismo Dios que castigó con las formidables plagas al faraón de Egipto y a su pueblo, el mismo Dios que partió en dos el Mar Rojo y luego lo unió para aplastar en sus aguas a los perseguidores de Israel.

Este Dios sublime de majestad increíble es el mismo Niño de Belén, y en Navidad comienza su aventura de buscarme por los caminos del mal por los que me he extraviado hasta hallarme, cargarme sobre sus hombros y llevarme al seguro redil o aprisco del Reino de los Cielos, por eso la Navidad es la primera y más bella página de mi historia particular en el camino de la salvación.

El pueblo que andaba en tinieblas vio una gran luz; sobre los habitantes de la tierra de sombras de muerte resplandeció una luz. De este modo ha querido Dios hacer brillar a los ojos de los hombres la gloria del real Niño que ha nacido hoy; así ha dispuesto de cuando en cuando, a través de los siglos, esos ilustres aniversarios de la Natividad que da gloria a Dios y paz a los hombres. Los siglos venideros podrán decir cómo se reserva aún el Altísimo derecho de glorificar en este día su nombre y el de su Emmanuel.

Nombres magníficos, que designan al Mesías a la par que encierran la más alta Teología. Él es la irradiación de su gloria y la impronta de su substancia, y quien sostiene todas las cosas con la palabra de su poder. Dios poderoso: Cf. el nombre de Cristo en el Apocalipsis: Rey de los reyes y Señor de los señores. (Apo 19,26) Príncipe de la paz, puesto que Cristo ha establecido una nueva Alianza entre Dios y los hombres. (Col 2,13 ss.).

 El profeta Miqueas (5, 5), contemporáneo de Isaías, dice del Mesías:  «Éste será la paz», es decir, la paz encarnada y personificada, no solamente un príncipe pacífico que se abstiene de la guerra. Paz es sinónimo de seguridad y tranquilidad, y, por decirlo así, el conjunto de todo lo que la humanidad caída necesita para librarse de los males. Para los profetas la paz es la característica del Reinado de Cristo.

La Paz, es un Don de Dios: El don de la paz requiere la supresión del pecado y por tanto un castigo previo. Jeremías acusa: "Curan superficialmente la llaga de mi pueblo diciendo: ¡Paz! ¡Paz! Y, sin embargo, no hay paz" (Jer 6,14). en pleno estado de pecado osan proclamar una paz durable (Jer 14,13). Ezequiel clama: ¡Basta de revoques! La pared tiene que caer (Ez 13,15s).

Si la paz es fruto y signo de la justicia, ¿cómo, pues, están en paz los impíos (Sal 73,3)? La respuesta a esta pregunta acuciante se dará a lo largo de la historia sagrada: “Para que seáis hijos de vuestro Padre celestial, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y llover sobre justos e injustos.” (Mat 5:45). La paz, concebida en primer lugar como felicidad terrenal, aparece como un bien cada vez más espiritual por razón de su fuente celestial.

La esperanza de los profetas y de los sabios se hace realidad concedida en Jesucristo, pues el pecado es vencido en él y por él; pero en tanto que no muera el pecado en todo hombre, en tanto que no venga el Señor el último día, la paz sigue siendo un bien venidero; el mensaje profético conserva, pues, su valor: "el fruto de la justicia se siembra en la paz por los que practican la paz" (Sant 3,18; cf. Is 32,17). Tal es el mensaje que proclama el NT, de Lucas a Juan, pasando por Pablo.

En la boca del Rey pacífico los votos de paz terrena se convierten en un anuncio de salvación: como buen judío, dice Jesús: "¡Vete en paz!", pero con esta palabra devuelve la salud a la hemorroísa (Lc 8,48 p), perdona los pecados a la pecadora arrepentida (Lc 7,50), marcando así su victoria sobre el poder de la enfermedad y del pecado. Como él, los discípulos ofrecen a las ciudades, junto con su saludo de paz, la salvación en Jesús (Lc 10,5-9).

Sin embargo, Aquel que vino a establecer la paz entre Dios y la humanidad caída, dijo más tarde: No creáis que he venido a traer la paz sobre la tierra. No he venido a traer paz, sino espada. Pero esta salvación viene a trastornar la paz de este mundo: "¿Pensáis que he venido a traer la paz a la tierra? No, sino la división" (Lc 12.51).

La verdad es como una espada. No puede transigir con las conveniencias del mundo. Por eso los verdaderos discípulos de Jesucristo serán siempre perseguidos. El Señor no envía a sus elegidos para las glorias del mundo sino para las persecuciones, tal como Él mismo ha sido enviado por su Padre.

Al venir Jesucristo sobre la tierra y confiarle Dios su misión, la finalidad era la salvación de los Pueblos de todos los siglos. El Divino Maestro lo dijo: Yo estaré con vosotros hasta la consumación de los siglos. ¿Qué era el mundo al momento de nacer Jesucristo? Todas las naciones y pueblos, eran víctimas del error, la impiedad y la inmoralidad del paganismo. En una palabra: el género humano era víctima del pecado y por él se hallaba perdido.

Esta capacidad y este poder, único entre las creaturas, Jesús-Hombre lo posee en sí mismo. Toma en sí mismo la totalidad del pecado del género humano y lo repara; y le da al hombre la capacidad de adorar dignamente, de reparar dignamente, de dar gracias y pedir dignamente. La justicia queda satisfecha y el mundo salvo. Los pueblos se prosternan ante el Rey de los Pueblos Y de la gran luz sobrenatural que comenzó a resplandecer en Belén muy pocos rayos brillan aún sobre las leyes, las costumbres, las instituciones y la cultura. Mientras tanto crece sorprendentemente el número de los que se rehúsan con obstinación a oír la palabra de Dios.

La liturgia tradicional de la Iglesia está llena de referencias a la paz:

En el Supremo Discurso de Nuestro Señor Jesucristo, la noche del Jueves Santo, Él les dijo a sus apóstoles: Os dejo la paz, mi paz os doy ;no os la doy como la da el mundo. No se turbe vuestro corazón ni se acobarde (Jan 14,127). A la tarde de ese mismo día, el primero de la semana, y estando, por miedo a los judíos, cerradas las puertas donde se encontraban los discípulos, vino Jesús y, de pie en medio de ellos, les dijo: ¡Paz a vosotros!

 En el Rito Romano tradicional, justo antes del Agnus Dei, el celebrante dice, mientras cruza tres veces el cáliz con la Hostia (quebrantada), «Que la paz + del Señor + esté siempre + contigo». Luego, deja caer un pequeño pedazo de la Hostia en el Cáliz, que une las dos especies, como en una especie de resurrección mística, ora por la paz en el Agnus Dei (Cordero de Dios … concédenos la paz), ofreciendo inmediatamente esta oración como una de las tres oraciones preparatorias de la Santa Comunión: Señor Jesucristo, que dijiste a los apóstoles «Mi paz os dejo, mi paz os doy no mires nuestros pecados sino la fe de tu Iglesia y conforme a tu Palabra concédenos paz y la unidad Tú, que vives y reinas por los siglos de los siglos, amén».

Ese Niño, que adoramos reverentes y causa la admiración misteriosa a los que no lo conocen sino de nombre, es, sí, el Príncipe de la Paz, que trajo a la tierra, en la suavidad de su persona, todo el bien, todo el amor capaz de tornar felices al universo entero.

Pero esa Paz está condicionada a una sola cosa: los hombres y las naciones deben someterse a su Ley y a su Evangelio. He ahí la Paz que el Señor Niño vino a traer a la Tierra. Paz para cuya implantación deben abrazar todos naciones e individuos con su docilidad a la Ley Divina. Sólo estos –los hombres de real buena voluntad– gozarán de la Paz que la Navidad trajo a los hombres en la Tierra. Fuera de esto, toda admiración por el Niño Dios, no pasa de ser una impiedad, más o menos consciente, más o menos inconsciente. Y para los impíos no existe la paz; porque ellos no entran en el descanso que Dios concede a los Justos. Ojalá que las desgracias que los años acumulan sobre pueblos y naciones los conviertan al Dios único y verdadero y la unidad de la Fe torne perenne realidad las alegrías de la Santa Navidad.

¿Quién podrá pues salvar al mundo de los males actuales? Solamente Jesucristo, por la aplicación de los méritos de su Nacimiento, Pasión y Muerte y resurrección; tanto a las naciones como a los individuos. Sólo cuando se haya quitado la causa de todo mal que es el pecado. Cuando hayan sido sometidas a él todas las cosas, entonces también el Hijo se someterá a Aquel que ha sometido a él todas las cosas, para que Dios sea todo en todos.(1Co 15:28) ; podremos vivir la paz estable, perfecta y duradera: paz en la familia que es la primera célula de la sociedad: paz en la patria, entre las naciones, en el mundo entero: paz en la sociedad civil y paz en la Iglesia para que los dos poderes, el civil y el religioso, conduzcan a los hombres a la prosperidad temporal y a la felicidad eterna.

Que la Reina de la Paz, a quien invocamos en las letanías lauretanas, inspire pensamientos de paz a los que gobiernan, y haga que la justicia y la caridad florezcan en las almas, en las familias y en la sociedad, según la alabanza al Niño de la multitud del ejército del Cielo.

¡Gloria Dios en las alturas, y en la tierra paz entre hombres de la buena voluntad!!


+++ Bendiciones

sábado, 22 de diciembre de 2018

Meditación del Adviento y La Natividad


En cuanto a ti, Belén Efratá,la menor entre los clanes de Judá, de ti sacaré al que ha de ser el gobernador de Israel; sus orígenes son antiguos, desde tiempos remotos.(Miq 5:1). 

Los cristianos no celebramos fechas, celebramos hechos. Nosotros nos alegramos y celebramos el hecho de Aquel que no cabe en el universo quiso nacer de una virgen en este pequeño planeta del inmenso universo para reconciliar al hombre con su Creador. 

Tengamos presente siempre que lo importante de una celebración fijada por la Iglesia no es la fecha en sí misma, lo relevante es el acontecimiento que celebramos en esa fecha. En el caso de las celebraciones tradicionales del nacimiento de Jesús, estas comienzan entre la noche del 24 y la madrugada del 25 de diciembre (Nochebuena y Navidad). Los enemigos de Jesús y de la Iglesia critican estas celebraciones y hay quienes quisieran desaparecerlas del mapa mundial de festividades. Quieren borrar a Jesús de cualquier manera sustituyéndolo en muchos lugares del mundo por la figura de “Santa Claus”, prohibiendo además la celebración de su nacimiento en muchas partes del mundo, obligando a muchos creyentes a hacer solo alusiones “neutras” a dichas fiestas para evitar ser penalizados. 

Vivir el tiempo de adviento y la Navidad es un hecho que trasciende más allá del bullicio y de las “Luces”, que deslumbran a muchos y confunden y embotan sus mentes con el afán de comprar los regalos la Navidad la han convertido en una fiesta mundana que está bajo el poder y ataque tremendo del Maligno en estos últimos tiempos. Santa Claus ha tomado el lugar del Niño Jesús y el centro comercial ha tomado el lugar del templo. 

El Maravilloso tiempo de adviento y navidad es el momento indicado para encontrar el camino de una verdadera conversión, Celebrar la Navidad es realmente nacer de nuevo en la Fe, la Esperanza y la Caridad, en Espíritu y en Verdad. Para que toda Colina de nuestro orgullo sea abajada y todos los valles de sombra, muerte y soberbia de nuestra Alma se han colmados de gracia y humildad. 

La Voz que grita en el desierto árido y seco del corazón de cada hombre, que está sumergido en el odio y la desesperanza, sin amor e indiferencia absoluta por Dios y por su prójimo; se alza y contrapone la Voz de Dios que es la Palabra misma, en boca de sus Santos Profetas que anunciaron, proclamaron la promesa de la venida del Mecías. En la Plenitud de los tiempos la promesa de este sagrado Misterio preparado durante siglos tuvo su cumplimiento en la encarnación de la Bienaventurada Virgen María y en el nacimiento de su adorado Niño Jesús, el Hijo de Dios, Altísimo por quien se Vive. 

El Enmanuel, el Dios con nosotros, que mora y habita en medio de nosotros y en nosotros, El Eterno Yhave, El Santo de los Santos, que no podía ser ni siquiera pronunciado y nombrado se hizo hombre y su Palabra que existía desde el principio y era la luz verdadera de la vida, brilló en las tinieblas e Ilumina hoy al mundo, pero los hijos e hijas del hombre no la reconocen y no la reciben (Cf Jn 1, 9,11). Más el que recibe y adora la palabra hecha luz y profesia, será llamado Hijo de Dios; en su caminar errante en este mundo, lampara es su Palabra que guía el Sendero, al encuentro para adorar y contemplar el Dios encarnado. Del esplendor de su alumbramiento estalla la gloria, el Gozo, la alabanza y alegría en el cielo y en la tierra. <<Nos ha nacido un Salvador>>. 

En La fuente de la Vida que es Jesús, nace una nueva creación, una nueva alianza y eterna: << Lo digo y lo hago, Oráculo del Señor>>. El verbo, la palabra hecha carne inaugura un tiempo nuevo, el tiempo de las promesas ya llego ya está aquí, la esperanza y fidelidad de los Justos durante Siglos, la Gracia el Don, en se unen en un solo Acto de amor, que es consumado en el Vientre de la Virgen María, Es La unión sin confusión entre lo Divino y lo Humano sin separación, sin mancha, sin defecto. 

El Nacimiento del Hijo de Dios y su resplandor brilla y colma de gracia y verdad a todos los desterrados hijos de Eva, Por que el Sol que no conoce ocaso es Verdadero Dios y Verdadero Hombre. El hombre que yacía en sombras de muerte que ocultaba y escondía su rostro ante Dios viene a adorar y a contemplar al que ha venido a Salvar y Visitar a su Pueblo. La promesa hecha por Dios a Abraham y a la Casa de David, nos recuerda la Santa Alianza y la misericordia, la Paz y la Justicia que Jesús Vino a traer al Mundo por los Méritos de sus sufrimientos de su encarnación, pasión, muerte y resurrección y ascensión a los Cielos. 

San Buenaventura, Doctor de la Iglesia nos enseña que en los sagrados Misterios de la encarnación de Jesús; El Hijo de Dios, Vino de los estados Superiores a los estados inferiores para llevarnos a los estados Superiores, es decir bajo del Cielo, se abajo, se anonado y se “Vacío” de sí mismo, no hizo alarde de su categoría de Dios paso, como un hombre cualquiera, entrego su vida por el perdón de nuestros pecados para llevarnos al Cielo.


La adoración de los sagrados Misterios de la Encarnación de acuerdo al magnifico tratado de San Buenaventura, lo podemos conocer por los Frutos de la Vida pasión y muerte de nuestro señor Jesucristo para la salvación de los Hombres; se revelan al Contemplarlos en en las Sagradas escrituras o en un humilde pesebre.

Los misterios de su origen y el esplendor su condición humana y Divinidad, se manifiestan en la sublimidad de su poder escondido en la plenitud de su bondad y humanidad, Jesús es engendrado por Dios y no es creado y toda la escritura del Antiguo y Nuevo testamento nos hablan de la Venida del Mecías, enviado del cielo y nacido de María. La humildad de Jesús se revela y manifiesta en su (Kenosis) que traducido del griego significa<< se vacío de sí mismo>>; se despojó de su Gloria y Majestad y se sometió a la Ley.

Ahora bien, con la venida de Jesús y el reino de Dios y su justicia, todo lo visible e invisible es recreado de nuevo . Jesús es la fuente de la vida y la fuente de la sabiduría que ilumina a los ángeles y bienaventurados, la fuente de la vida, es la fuente de todo bien así en el cielo, como en la tierra. todo existe por El, con y El y en El. Nada subsiste si no por el hijo porque todo fue sometido sobre sus pies. porque Dios Padre es por quien son creadas todas las cosas, El Hijo es por el cual fueron creadas todas las cosas y en el Espíritu santo es por quien existen todas las cosas.

La obra de la Santísima Trinidad Padre, Hijo y Espíritu Santo se revela y manifiesta a los hombres de buena voluntad que aman y glorifican al Señor su Dios. Toda la verdad bondad belleza, Radianza y Armonía dimanan al contemplar la vida oculta de nuestro señor Jesucristo desde su nacimiento, en la desnudez en un pesebre Belén; hasta su muerte desnudo en la Cruz en las afueras de Jerusalén, estos hechos  revelan que solo en la simplicidad suprema y sacrificio perfecto; se alcanza en la mayor pobreza y humildad; El Rey del universo sea hace pobre, para que por su pobreza los “pobres lleguen a ser Ricos” y alcancen la vida eterna.

Todos los caminos que conducen para contemplar la gloria de Dios son Misericordia y verdad, la Misericordia al enviarnos su hijo como al Salvador para la remisión de nuestros pecados y la Justicia en el juicio Final. ¿A que se parece el Reino de los Cielos? (Mateo 18,23,35), “El Reino de los Cielos se parece a un rey que quiso hacer rendir cuentas a sus Servidores “. La misericordia y la justicia no se contradicen, van de la mano, estos atributos de Dios se cumplen en la misericordia, al perdonar nuestras deudas y pecados y en su Justicia al castigar al ingrato en su segunda Venida. .! Maranatha! , Sí, vengo pronto.» ¡Amén! ¡Ven, Señor Jesús! .(Cf.Apo 22,20).

Hermanos, los invito a meditar este bello Salmo y a ofrendar a nuestro Salvador: El oro de nuestra Fe, el Incienso de nuestra oración y adoración y la mirra de nuestro arrepentimiento más profundo por haberle ofendido.

Salmo 84 ,10,14

Voy a escuchar lo que dice el Señor:
«Dios anuncia la paz
a su pueblo y a sus amigos
y a los que se convierten de corazón».

La salvación está ya cerca de sus fieles,
y la gloria habitará en nuestra tierra;
la misericordia y la fidelidad se encuentran,
la justicia y la paz se besan;

la fidelidad brota de la tierra,
y la justicia mira desde el cielo;
el Señor nos dará la lluvia,
y nuestra tierra dará su fruto.

La justicia marchará ante él,
la salvación seguirá sus pasos.


+++ Bendiciones, Feliz Navidad….


miércoles, 28 de noviembre de 2018

EL Verdadero Sentido del Sufrimiento


Si aceptamos de Dios el bien, ¿no aceptaremos el mal? (Job 2, 10).

“Quaerebam unde malum et non erat exitus" ("Buscaba el Origen del mal y no encontraba solución") dice San Agustín (Confesiones. 7,7.11).
San Agustín en su propia búsqueda dolorosa sólo encontró la salida en su conversión al Dios vivo y verdadero. Porque "el misterio de la iniquidad" (2Ts 2:7) sólo se esclarece a la luz del "misterio de la piedad" (1Ti 3:16). 

A la luz de las Sagradas Escrituras y el tesoro guardado por el Magisterio y la Doctrina de la iglesia católica; trataremos de profundizar cuál es el verdadero sentido del sufrimiento del mal moral y físico de la Humanidad a través de los tiempos. Dios es infinitamente bueno y todas sus obras son buenas. Sin embargo, nadie escapa a la experiencia del sufrimiento, de los males en la naturaleza que aparecen como ligados a los límites propios de las criaturas, y sobre todo a la cuestión del mal moral y físico. Entonces ¿de dónde viene el mal?

Para comprender este misterio, debemos recordar que, como consecuencia del pecado original, la naturaleza humana quedó debilitada en sus fuerzas, sometida a la ignorancia, al sufrimiento y al dominio de la muerte, e inclinada al pecado (inclinación llamada "concupiscencia"). En efecto, el bautismo, dando la vida a la gracia de Cristo, borra el pecado original y devuelve el hombre a Dios, pero las consecuencias para la naturaleza, debilitada e inclinada al mal, persisten en el hombre y lo llaman al combate espiritual.

El hombre del Antiguo Testamento, vive la enfermedad de cara a Dios. Ante Dios se lamenta, por su enfermedad (cf. Sal 38) y de él, que es el Señor de la vida y de la muerte, implora la curación (cf. Sal_6:3; Is 38). 

La enfermedad se convierte en camino de conversión (cf Sal_38:5; Sal_39:9.12) y el perdón de Dios inaugura la curación (cf Sal_32:5; Sal_107:20; Mar 2:5-12). Israel experimenta que la enfermedad, de una manera misteriosa, se vincula al pecado y al mal; y  la fidelidad a Dios, según su Ley, devuelve la vida: "Yo, el Señor, soy el que te sana" (Éxo15:26).

El profeta Isaías comprende que el sufrimiento puede tener también un sentido redentor por los pecados de los demás (cf Isa_53:11). Finalmente, Isaías anuncia que Dios hará venir un tiempo para Sion en que perdonará toda falta y curará toda enfermedad (cf Isa_33:24).

Sin embargo, "caminamos en la fe y no en la visión" (2Co_5:7), y conocemos a Dios "como en un espejo, de una manera confusa, e imperfecta" (1Co_13:12). Nuestra fe es vivida con frecuencia en la oscuridad y la fe puede ser puesta a prueba. El mundo en que vivimos parece con frecuencia muy lejos de lo que la fe nos asegura; las experiencias del mal y del sufrimiento, de las injusticias y de la muerte parecen contradecir la buena nueva, pueden estremecer la fe y llegar a ser para ella una tentación.

Volvernos y seguir el camino hacia los testigos de la fe: como nuestro Padre Abraham, que creyó, "esperando contra toda esperanza" (Rom_4:18); la Virgen María que, en "la peregrinación de la fe", llegó hasta la "noche de la fe", participando en el sufrimiento de su Hijo y en la noche de su sepulcro; y en tantos otros testigos de la fe: también nosotros, teniendo en torno nuestro tan gran nube de testigos, sacudamos todo lastre y el pecado que nos asedia, y corramos con Fortaleza a la prueba que se nos propone, fijos los ojos en Jesús, quien es el que inicia y consuma la fe" (Heb_12:1-2).

La enfermedad y el sufrimiento se han contado siempre entre los problemas más graves que aquejan la vida humana. En la enfermedad, el hombre experimenta su impotencia, sus límites y su finitud. Toda enfermedad puede enseñarnos a comprender la muerte.

Nuestro Papa Emérito Benedicto XVI, En su Mensaje urbi et orbi, 8 de abril de 2007. Hoy nos exhorta: << Sólo un Dios que nos ama hasta cargar con nuestras heridas y nuestro dolor, sobre todo el dolor inocente, es digno de fe.>>

El dolor, el mal, las injusticias, la muerte, especialmente cuando afectan a los inocentes —por ejemplo, los niños víctimas de la guerra y del terrorismo, de las enfermedades y del hambre—, ¿no someten quizás nuestra fe a dura prueba? No obstante, justo en estos casos, la incredulidad de Santo Tomás apóstol nos resulta paradójicamente útil y preciosa, porque nos ayuda a purificar toda concepción falsa de Dios y nos lleva a descubrir su rostro auténtico: el rostro de un Dios que, en Cristo, ha cargado con las llagas de la humanidad herida.

Tomás ha recibido del Señor y, a su vez, ha transmitido a la Iglesia el don de una fe probada por la pasión y muerte de Jesús, y confirmada por el encuentro con el resucitado. Una fe que estaba casi muerta y ha renacido gracias al contacto con las llagas de Cristo, con las heridas que el Resucitado no ha escondido, sino que ha mostrado y sigue indicándonos en las penas y los sufrimientos de cada ser humano. […] Estas llagas que Cristo ha contraído por nuestro amor nos ayudan a entender quién es Dios y a repetir también: “Señor mío y Dios mío”.

Igualmente, para el presente Estudio y reflexión en cuestión, San Juan Pablo II. Magistralmente enseña:
<<Los inocentes encuentran consuelo en la cruz de Cristo Desde que Cristo escogió la cruz y murió en el Gólgota>>, todos los que sufren, particularmente los que sufren sin culpa, pueden encontrarse con el rostro del “Santo que sufre”, y hallar en su pasión la verdad total sobre el sufrimiento, su sentido pleno, su importancia. A la luz de esta verdad, todos los que sufren pueden sentirse llamados a participar en la obra de la redención realizada por medio de la cruz.

Participar en la cruz de Cristo quiere decir creer en la potencia salvífica del sacrificio que todo creyente puede ofrecer junto al Redentor. Entonces el sufrimiento se libera de la sombra del absurdo, que parece recubrirlo, y adquiere una dimensión profunda (Juan Pablo II. Audiencia general, n. 6-7, 9 de noviembre de 1988).

<<Podemos tratar de limitar el sufrimiento, luchar contra él, pero no podemos suprimirlo>>: Benedicto XVI. afirma en su (Encíclica Spe salvi, n. 26, 30 de noviembre de 2007). El sufrimiento forma parte de la existencia humana. Es cierto que debemos hacer todo lo posible para superar el sufrimiento, pero extirparlo del mundo por completo no está en nuestras manos, simplemente porque no podemos desprendernos de nuestra limitación, y porque ninguno de nosotros es capaz de eliminar el poder del mal, de la culpa, que —lo vemos— es una fuente continua de sufrimiento. Esto sólo podría hacerlo Dios: y sólo un Dios que, haciéndose hombre, entrase personalmente en la historia y sufriese en ella. 

Nosotros sabemos que Dios existe y que, por tanto, su Hijo, el cordero de Dios, es el que “quita el pecado del mundo” (Jn 1, 29). Está presente en el mundo y es el único capaz de vencer el mal. Las llagas de Cristo nos hacen ver los males con esperanza, los enfermos y personas que sufren, a través de las llagas de Cristo es como nosotros podemos ver, con ojos de esperanza, todos los males que afligen a la humanidad. Al resucitar, el Señor no eliminó el sufrimiento ni el mal del mundo, sino que los venció de raíz. […] San Bernardo afirma: “Dios no puede padecer, pero puede compadecer”. Dios, es la Verdad y el Amor en persona, quiso sufrir por nosotros y con nosotros; se hizo hombre para poder compadecer con el hombre, de modo real, en carne y sangre.

+ ¿No es pues lógico aceptar los sufrimientos? :
<<Si aceptamos de Dios el bien, ¿no aceptaremos el mal? (Job 2, 10)>>. Tomar la cruz es obligación de quien quiere seguir a Jesús: <<Si alguno quiere venir en los de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame. (Mc 8, 34.).

San Pedro en su primera Carta dice: <<los sufrimientos de Cristo son fuente de alegría, no os extrañéis del fuego que ha prendido en medio de vosotros para probaros, como si os sucediera algo extraño, sino alegraos en la medida en que participáis en los sufrimientos de Cristo, para que también os alegréis alborozados en la revelación de su gloria>>. (1 Pd 4, 12-13).

San Pablo también lo confirma en la Carta a los Romanos: <<la gloria futura compensará todo dolor Estimo que los sufrimientos del tiempo presente no son comparables con la gloria que se ha de manifestar en nosotros>>. (Rm 8, 18).



La redención realizada por Cristo al precio de la pasión y muerte de cruz es un acontecimiento decisivo y determinante en la historia de la humanidad, no sólo porque cumple el supremo designio divino de justicia y misericordia, sino también porque revela a la conciencia del hombre un nuevo significado del sufrimiento […].

La cruz de Cristo ―la pasión― arroja una luz completamente nueva sobre este problema, dando otro sentido al sufrimiento humano en general. […] Todo sufrimiento humano, unido al de Cristo, completa “lo que falta a las tribulaciones de Cristo en la persona que sufre, en favor de su Cuerpo” (cf. Col 1, 24): el Cuerpo es la Iglesia como comunidad salvífica universal. (Juan Pablo II. Audiencia general, n. 1-2, 9 de noviembre de 1988).

+ Una Respuesta personal del hombre a Dios en el Sufrimiento:

A medida que el hombre toma su cruz, uniéndose espiritualmente a la cruz de Cristo, se revela ante él el sentido salvífico del sufrimiento. 

San Juan Pablo II. En su carta apostólica (Salvifici doloris); nos confirma en el verdadero Sentido del Sufrimiento como doctrina Segura e ilumina la oscuridad en que vivimos; los padecimientos y sufrimientos en este mundo. Reflexionemos algunos apartes de su Carta en mención:

<<El hombre no descubre este sentido a nivel humano, sino a nivel del sufrimiento de Cristo. Pero al mismo tiempo, de este nivel de Cristo aquel sentido salvífico del sufrimiento desciende al nivel humano y se hace, en cierto modo, su respuesta personal. Entonces el hombre encuentra en su sufrimiento la paz interior e incluso la alegría espiritual. (Juan Pablo II. Carta Apostólica Salvifici doloris, n. 26, 11 de febrero de 1984).>>.

De la Patrística como Fuente inagotable de Sabiduría que viene de Dios; San Juan Crisóstomo nos ilustra, que en el Sufrimiento encontramos el verdadero remedio contra el orgullo, fuerza de Dios en los hombres débiles. El sufrimiento en la vida presente es un remedio contra el orgullo y contra la vanagloria y la ambición. Gracias a el sufrimiento resplandece la fuerza de Dios en hombres débiles, que sin la gracia de Dios no podrían soportar sus aflicciones. Por él se manifiesta la paciencia de los justos perseguidos. Por él se ve impulsado el justo a desear la vida eterna. (San Juan Crisóstomo. Consolaciones ad Stagir, L. III, citado por Réginald Garrigou-Lagrange, La vida eterna y la profundidad del alma, cap. VI).

+No hay santidad sin cruz: Como Doctrina Segura en el Catecismo de la Iglesia Católica, n. 2015). Agrega una enseñanza Solida en cuestión: El camino de la perfección pasa por la cruz. No hay santidad sin renuncia y sin combate espiritual (cf. 2 Tm 4). El progreso espiritual implica la ascesis y la mortificación que conducen gradualmente a vivir en la paz y el gozo de las bienaventuranzas. 

Hermanos en cristo. La Cruz es el único sacrificio de Cristo "único mediador entre Dios y los hombres" (1Ti_2:5). Pero, porque en su Persona divina encarnada, "se ha unido en cierto modo con todo hombre él "ofrece a todos la posibilidad de que, en la forma de Dios sólo conocida, se asocien a este misterio pascual"(Gaudium Spes 22, 2,5). 

Jesús llama a sus discípulos a "tomar su cruz y a seguirle" ( Mat 16:24) porque él "sufrió por nosotros dejándonos ejemplo para que sigamos sus huellas"(1P 2, 21). Él quiere en efecto asociar a su sacrificio redentor a aquéllos mismos que son sus primeros beneficiarios (cf. Mar_10:39; Jua_21:18-19). Eso lo realiza en forma excelsa en su Madre, asociada más íntimamente que nadie al misterio de su sufrimiento redentor (cf. Luc2:35).

Fuera de la Cruz no hay otra escala por donde subir al cielo (Sta. Rosa de Lima).



+++ Bendiciones.


lunes, 19 de noviembre de 2018

Sanación Interior del Pecado Capital de La Pereza


El significado en latín del pecado capital de la Pereza: (acedia, accidia), es la negligencia, tedio o descuido en realizar las cosas a la que estamos obligados, repugnancia al trabajo, descuido tardanza en las acciones y movimientos. 

La religión cristiana, clasifica la pereza como un vicio capital ya que genera otros pecados, si bien antiguamente se la denominaba acedía o acidia, concepto más amplio que tenía que ver con la tristeza por el bien perdido o desgano por obrar el bien.

+La pereza está referido a la incapacidad de aceptar y hacerse cargo de la existencia de uno mismo. en la práctica de las virtudes cristianas, la observación de los preceptos divinos, de los deberes de cada uno, los ejercicios de piedad y de oración. 

+Concebir pues tristeza por tales cosas, abrigar voluntariamente, en el corazón, desgano, aversión y disgusto por ellas, es pecado capital. 

+Tomada en sentido estricto es pecado mortal en cuanto se opone directamente a la caridad que nos debemos a nosotros mismos y al amor que debemos a Dios. 

De esta manera, si deliberadamente y con pleno consentimiento de la voluntad, nos entristecemos o sentimos desgano de las cosas a las que estamos obligados a hacer; por ejemplo, la oración .al perdón de las injurias, a la privación de los placeres carnales, entre otras; la acedia es pecado grave porque se opone directamente a la caridad de Dios y de nosotros mismos. 

+A La Pereza la llaman el Demonio de la acedia. “La Pereza es la madre de todos los vicios “ 

La Pereza, es un veneno que paraliza todo impulso del Alma en la búsqueda de Dios de manera insensible es un sopor espiritual, este sopor invadió a los discípulos en el Huerto de los olivos. 

San Juan Clímaco: Escribió doctrina segura sobre la pereza y afirma: 

+Es la relajación del espíritu, vagancia del pensamiento, negligencia de la Accesis, odio a la profesión Monástica buscando las alabanzas del mundo. calumnia contra Dios al que acusa de ser duro y sin amor por los hombres, porque no hace lo que Dios le pide., No hace la oración de la liturgia, para Salmodiar esta siempre sin Fuerza, solo para el trabajo manual es infatigable, su corazón se pone duro como el hierro no es fraterno y le molesta la obediencia. La pereza no lo deja hacer lo que tiene que hacer, realiza primero trabajo liviano hace “muchas cosas “, pero el trabajo duro lo pospone y lo aplaza siempre. 

Benedicto xvi, siendo Cardenal y Prefecto para la doctrina de la fe escribe sobre la Pereza: 

El hombre de hoy no cree en la inmensidad y vocación de ser hijo de Dios, no cree que dios se ocupa de él, que lo conoce y que lo ama. Que lo mira y que está a su lado. El hombre contemporáneo padece de una pereza antropológica profunda. La acedia ha inoculado en su corazón una especie de odio hacia su propia grandeza que le lleva a pensar que él está demás en este mundo y que el favor más grande que le podría hacer al universo seria desaparecer. 

El flagelo del Suicidio de Ancianos y de Jóvenes. En Armenia/Quindio; la ciudad donde resido actualmente ocupa hoy uno de los primeros lugares. La acedia produce desesperación y una cultura de Muerte pandillas o tribus urbanas: (Satanismo, Emos, Góticos, darketos, punketos, Neo nazis) Etc. El hombre contemporáneo no se reconoce como hijo de Dios, la pereza desvirtúa al hombre con la realidad de las cosas y sus propias opciones personales. En el fondo Se repliega así mismo, toda su atención esta sobre sí mismo dejando a un lado las cosas, personas que se esfuman en su conciencia y pensamientos como meros pretextos relativos. 

“El perezoso se la pasa mirándose el ombligo”, afirma con mucha certeza, Ivan Gutiérrez en su libro Por que le pasan cosas Malas a la gente Buena afirma:“El que esta Desocupado el Diablo le pone oficio”. El perezoso en relaidad no asume compromisos de Servicio y se justifica así mismo, debido a variadas enfermedades que padece o a su “estado de ánimo” para no obrar el bien. Los frutos de su pereza son el aburrimiento, ansiedad y tristeza. 

La queja y el desamino es su modo de expresarse y de actuar, entonces esto lo empuja a un deseo desordenado de buscar otras cosas y ocuparse en miles de cosas sin satisfacción alguna recordando el pasado y vive de añoranzas. En el libro del Éxodo hay un ejemplo claro de esto (Mana –codornices –Agua); Protestas y quejas en: Meriba y en Masa a, aunque habían vistos mis obras. Añoraban las cebollas y Egipto. 

En Latín( Evagación Mentís) significa Fantasía - vagancia de recuerdos en la mente. El perezoso nunca está satisfecho siempre está buscando el cambio “nuevas cosas “o lugares. Si cambio de casa, si cambio de trabajo, si cambio de esposa, si cambio de ministerio, si cambio mi comunidad. Lo que tiene que cambiar es su corazón y de Actitud. 

Hermanos, el libro de los proverbios nos enseña: Para el desgraciado todos los Días son malos, el corazón contento tiene festín perpetuo. (Pro 15,15). San Pablo también lo confirma (Rom 14,17); El reino de Dios no es comida ni bebida, si no de Gozo y alegría en el espíritu. 

Para Santo Tomas de Aquino; La pereza o acedia es la tristeza o pérdida del bien divino por que El fruto de la pereza es el desarraigo la insatisfacción el divorcio la división la falta de fidelidad y compromiso y el amor a los bienes y gracias dados por Dios. 

La Ausencia de Dios y de su presencia produce un sopor espiritual y falta de gusto por la oración. <<Gustad y ved que bueno es el Señor Dichoso el que se acoge a él >> Examínate, Si la serpiente de la pereza asecha tu Alma es porque en tu vida si te inclinas rechazar la oración por las siguientes razones: 

+Al perezoso la Oración no le dice Nada. +La eucaristía no te Dice nada. +El grupo de oración no te sirve para nada +La visita al Santísimo no te dice nada. 

La pereza es un Narcótico que adormece el Alma y al final estas Seco y muerto. El Señor exhorta al perezoso (Apoca 3,1)  y dice : << Te conozco tienes nombre como de quien vive, pero estas muerto>>. 

 El perezoso es presa de sus estados de Ánimo y de acuerdo a la naturaleza cambiante en su forma de Ser todo lo ve de la siguiente manera y nada le satisface: 

En Primavera: Flores Juventud- alegría sin fruto alguno. 

En Invierno: Frio -lluvia, todo lo ve gris Soledad. 

En Otoño: Desolación- tristeza. 

En Verano: Sopor - desesperación, calor  y los Frutos no se toma el trabajo de cosecharlos. 

+La acedia es el disgusto por la acción (latín, Tedium operandi): Tedio por la Acción y el obrar por hacer, por actuar. 

El perezoso también puede ser hiperactivo hace muchas cosas, pero no hace lo que se debe hacer, lo importante lo esencial, está Ciego espiritualmente hablando, por que busca su propia comodidad y confort a causa de la distracción y dispersión de la mente y el Alma. Nuestro padre Abraham obedeció y Salió de su tienda y se puso de Camino Yhave le dice: <<Abraham sal de tu tienda, de la tierra de Ur de los Caldeos <<. Abraham obedeció sin ver la Tierra prometida. El peresozo no  cree no espera y pierde por ultimo su fe por que .<< Lo esencial es invisible a sus ojos>>.

El hombre que esta poseído por la pereza está dispuesto a hacer muchos cambios esto lo lleva a una dispersión e insatisfacción y busca siempre la diversión de muchos placeres: Comida- Bebida-Juego- adulterio. Etc… Sin embargo luego entra en aburrimiento y melancolía. 

El perezoso se niega afrontar la realidad de su vida interior y Exterior. Que lo introduce en una angustia Existencial,Jean Paul Sartre y la filosofía del Nadaísmo experimenta: la Náusea en su Existencialismo de lo absurdo; Dios No Existe, en el sin Sentido de su vida. Dejar vivir <<dejar vivir,dejar  pasar ,Hagamos el Amor y no la Guerra. >>. Frases que repetían los jóvenes en los años setenta en la  "moda", de un naturalismo vacio y falsa espiritualidad.

Consejos y Remedios de los padres del Desierto contra la Pereza: 

1- Permanece en tu propia Celda, no cambies tu estado de Vida. (Laico. Sacerdote, religiosa –Casado-Soltero). significa la morada de tu propio cuerpo y el conocimiento de sí mismo y tu realidad 

Hermanos hay que aprender a florecer y dar fruto donde hemos sido Sembrados y no protestar por la parcela de terreno donde nos plantó Dios. > Seneca el Filósofo dijo: <<No hay que cambiar de lugar, hay que cambiar el corazón, cambiar tu Alma>>.

Permanece fiel a tus compromisos y vocación a la que te llamo Dios: Matrimonio, Sacerdocio, Vida Religiosa, Viudez, Consagración. (Lo recomienda San Pablo.). Permanece en tu Tienda,tu “tribu” en tu comunidad. Donde naciste y el Señor te prometió o te envió. 

+El perezoso no persevera; Jesús dijo: el que persevere hasta el fin se Salvara. - entonces digamos: <<Aquí estoy señor para ser tu voluntad – habla señor que tu Siervo escucha. Hay que insistir y persistir. Los padres del Desierto llamaban al demonio del Medio Día o el de la mitad de la vida porque nos ataca a la mitad del Camino. 

2-Consejo o remedio para combatir la pereza: Vivir el momento Santo presente sin refugiarse en el pasado o en el Futuro. 

El que ara y mira para atrás no sirve para el Reino de Dios. Es  el llamado de Dios a través del profeta Elías A Eliseo. La mujer de Lot que Miro para atrás en la destrucción de Sodoma y Gomorra fue convertida en una estatua de Sal. 

Hacer lo esencial es  orar y adorar a Dios, pero esto cuesta, me humilla, me hace pequeño la oración me hace ver el conflicto interior, me prueba y hace reconocer nuestro propio pecado. 

Macario el Grande escribe: El Monje es sometido a diversas Pruebas y fatigas una tras otra y llevado hasta el extremo. ¿Por qué se pregunta así mismo? porque Dios quiere enseñarle que en las luchas y fatigas lo hace firme y fuerte en medio de Su Debilidad. Entonces lo hace humilde y arrepentido de sus propios pecados y un corazón contrito y humillado Dios no lo desprecia. 

La humildad es el remedio más radical de combate contra la Acedia, el hombre humilde, no excusa ningún error de sus pecados, se sabe pecador y débil aparta los ojos de su Miseria para contemplar la Misericordia de Dios. 

El hombre humilde ha alcanzado una paz profunda por que ha sido transformado todo su ser por pura gracia, es otro hombre, ha bajado al abismo profundo del pecado y ha sido sumergido en el abismo profundo de la misericordia. Sus manos están vacías no se fía de sus seguridades, reconoce su pequeñez y miseria y solo se abandona en los brazos de Dios a su providencia y omnipotencia, se considera un pobre pecador, no tiene un proyecto de Santidad porque está unido al amor y misericordia de Dios. La vida y obra de todos los de Santos es la que debemos seguir meditemos algunos de sus palabras para vencer la pereza y repitamos estas Jaculatorias con insistencia (Santa Madre Laura): Señor destrúyeme y sobre mis ruinas haz un Monumento para tu Gloria(San Francisco de Asís). << Mi Dios y mi todo >>. 

La oración del hombre humilde, es la del Publicano que sea convertido; en la respiración de su Alma y la oración incesante de su Corazón exclama:

<<Señor Jesucristo, ten piedad de Mi >>


+++ Bendiciones 

domingo, 4 de noviembre de 2018

Sanación interior del Pecado Capital de La Envidia


 +Sacrificio de Caín y Abel+
Sine sanguinis fusione non fit remissio
(Sin derramamiento de sangre no hay remisión).

El pecado de la envidia es el más oculto por que produce vergüenza y se manifiesta con tristeza al ver el reconocimiento del otro, del hermano. La envidia se manifiesta con la rabia o ira por el triunfo del otro o la alegría en el fracaso del otro. El envidioso no quiere que el otro disfrute del bien que posee. 

En el tratado de los pecados capitales, se ha dicho que son disposiciones de la avidez y deseo del alma y que estos pueden ser cambiados. Es cierto que, nos sentimos felices y dichosos y bienaventurados cuando somos humildes y sencillos. Bendecir por el que sentimos envidia, nos ayuda a vencer la envidia y cambiar así el odio por amor fraterno.

El envidioso no quiere que el otro brille y suscite admiración de los demás; veamos un ejemplo es el de Caín y Abel en el Sacrificio de alabanza como propiciatorio y oblación agradable a Dios en las Sagradas Escrituras.

Génesis 4; 1,12 Caín y Abel.

Conoció el hombre a Eva, su mujer, que concibió y dio a luz a Caín, y dijo: «He adquirido un varón con el favor de Yahvé.» Volvió a dar a luz y tuvo a Abel, su hermano. Fué Abel pastor de ovejas y Caín labrador. Pasó algún tiempo, y Caín hizo a Yahvé una población de los frutos del suelo. También Abel hizo una población de los primogénitos de su rebaño y de la grasa de los mismos. Yahvé miró propicio a Abel y su oblación, mas no miró propicio a Caín y su oblación, por lo cual se irritó Caín en gran manera y se abatió su rostro. Yahvé dijo a Caín: «¿Por qué andas irritado, y por qué se ha abatido tu rostro? ¿No es cierto que si obras bien podrás alzarlo? Mas, si no obras bien, a la puerta está el pecado acechando como fiera que te codicia, y a quien tienes que dominar.» Caín dijo a su hermano Abel: «Vamos afuera.» Y cuando estaban en el campo, se lanzó Caín contra su hermano Abel y lo mató.

Yahvé dijo a Caín: «¿Dónde está tu hermano Abel?» Contestó: «No sé. ¿Soy yo acaso el guardián de mi hermano?» Replicó Yahvé: «¿Qué has hecho? Se oye la sangre de tu hermano clamar a mí desde el suelo. 

El abatimiento y tristeza que embargan al alma por la envidia es la reacción subsiguiente de una pasión desordenada frente a la felicidad del otro; Caín no soporta ver a su hermano lo quiere desaparecer, lo quiere asesinar; he aquí el primer paso para llegar a el fratricidio de Caín sobre Abel su hermano.

Una cosa es sentir y otra es consentir: sentir es una reacción externa ante determinada situación y el consentir es un acto interior y exterior de una pasión en plena libertad de la conciencia y  la voluntad. Por esta razón, interpela Dios a Caín para dominar y rechazar la tentación del pecado de la envidia: «¿Por qué te enojas y pones mala cara?», le dice Dios a Caín; si hicieras lo bueno podrías levantar la Cara, pero como no lo haces el pecado te está esperando el momento de dominarte, sin embargo, tú puedes dominarlo a él.

+Cuando la fiera serpiente de la codicia del bien espiritual y material del otro ha entrado en el paraíso del Alma, se opone al plan y a la amistad de Dios, separa y divide la armonía y paz con el prójimo.

+La Muerte entro al mundo por la envidia del Diablo, Libro de la Sabiduría. (Sab 1,24). Diabulus (en latín) = Divisor: Invidere = envidioso.

+El envidioso no puede soportar al otro «no lo pude ver». El envidioso rompe la amistad con Dios y con su hermano.

+La justicia es la amistad entre Dios y el Hombre, levantar el corazón a Dios nos ayuda a vencer la envidia  y no codiciar el bien del otro...

+En nuestra alma hay desiertos, valles, collados donde aparecen o resurgen animales y bichos ponzoñosos que hay que dominar y ponerlos a raya.

+La envidia tiene su origen en «no querer ver» a su hermano y más tarde, Caín es acusado de muerte (pensamiento Secreto y escondido). 

¿A caso soy yo el guardián de mi hermano? La sola presencia del hermano le es insoportable. La envidia se da regularmente con alguien próximo y cabila en sus pensamientos diciendo: «Sometámoslo al martirio y a la Prueba para ver de que está hecho». La envidia es la cabeza de la maledicencia y malevolencia. El envidioso es ávaro y se entristece por los dones y virtudes del otro. El envidioso continuamente se compara con el otro. Tiene carencias en su ser, a todos nos faltan cosas nadie lo tiene todo. «El otro es la manera que yo no soy».

La sangre del Justo Abel y la de todos los mártires e inocentes que ofrecieron con sus vidas en oblación como ofrenda pura clama al Cielo, pero por un designio de Dios, esta sangre es la semilla de los nuevos cristianos, como lo afirmaba Tertuliano en su testimonio a mediados del siglo II, D.C.

Efectos corporales de la envidia: el envidioso se pone verde, pálido o libidinoso. El color verde lo asocian con la envidia como el rojo del colérico. El envidioso manifiesta este pecado Capital y se dice así mismo: yo quiero ser el más Santo, yo quiero ser el más Sabio, quiere ser el primero en todo. Y solo Jesús es el primero y el último (Apoc 1,8). El Señor nos enseña que los primeros serán los últimos y los últimos los primeros(Mat.20,1,16); no debemos, pues, inclinarnos a querer ocupar el primer lugar; al contrario, debemos Amar a Dios, sobre todas las cosas y al prójimo como nosotros mismos. He aquí el segundo engaño de la Serpiente antigua y la consecuencia del pecado de la soberbia porque la envidia es la hija del orgullo.

Rosetón de Catedral Notre Dame (Paris):

Un rosetón gótico en el arte medieval es un ícono compuesto por muchas piezas de cristal, es decir. Grandes pequeñas de diferentes tamaños formas y colores que conforman la imagen del icono; a semejanza de esta alegoría es la Jerusalén Celestial, edificada sobre piedras vivas en donde cada una tiene su esplendor y brillo, son las diferentes formas y tamaños que configuran el ícono y lo hacen armonioso y bello. Es en la unidad de un todo que los limpios de corazón y de todos los Santos y ángeles en el cielo se alegran y aumentan su gozo con la felicidad de todos los Bienaventurados. Porque Dios quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad y felicidad plena (1Tim 2,4). Nuestro Señor Jesucristo es en esencia la única Verdad, la Belleza, la bondad y el esplendor. La envidia es la mentira y engaño separan al hombre del amor fraterno, divide el corazón del hombre, lo enceguece y no permite la comunión con Dios y con el prójimo.

+El amor de Dios, fuente del amor al prójimo: 
San Francisco de Sales (Obispo y Doctor de la iglesia), en su tratado sobre el amor de Dios nos enseña que, así como Dios «creó al hombre a su imagen y semejanza» (Gn 1, 26), así también ha ordenado un amor para el hombre a imagen y semejanza del amor que se debe a su divinidad: «amarás, dice, al Señor tu Dios con todo tu corazón; es el primero y el más grande de los mandamientos. Ahora bien, el segundo es semejante a este: Amarás a tu prójimo como a ti mismo» ¿Por qué amamos a Dios? «La causa por la cual amamos a Dios», dice San Bernardo, «es Dios mismo», como si dijera que amamos a Dios porque él es la soberanísima e infinita bondad. ¿Por qué nos amamos a nosotros mismos con caridad? Ciertamente, porque somos «imagen y semejanza de Dios». Y puesto que todos los hombres tienen esta misma dignidad, los amamos también como a nosotros mismos, es decir, en caridad de santísimas y vivientes imágenes de la divinidad.

Es en esta caridad de Dios no tiene ninguna dificultad en que llamarse nuestro Padre ni en llamarnos sus hijos; es en esta caridad que somos capaces de estar unidos a su divina esencia por el gozo de su soberana bondad y felicidad; es en esta caridad que recibimos su gracia y que nuestros espíritus están asociados al santísimo espíritu suyo, «hechos partícipes de su naturaleza divina» (2P 1,4) ... Es entonces así que la misma caridad que produce los actos del amor a Dios produce, igualmente, los del amor al prójimo. Así como Jacob vio que la misma escalera tocaba el cielo y la tierra, sirviendo a los ángeles tanto para bajar como para subir (Gn 28,12), sabemos también que un mismo amor sale de nosotros para amar a Dios y al prójimo.

La envidia espiritual y material por el bien del otro engendra: la tristeza, cólera, la ira y la ambición de poseer y codiciar los dones del prójimo. La causa del pecado de la envidia es la avaricia desenfrenada que arrastra al envidioso a asesinar por conseguir el bien que no posee. Sin embargo, los estados de ánimo incontrolados le impiden obrar el bien e inclinarse al mal y la perversidad obsesiva endurecen su corazón al negarse a no reconocer el bien del prójimo “su culpa es demasiado grande y “vaga errante” sin sentido por la vida....

El pecado capital de la envidia nos conduce al destierro y soledad y sólo puede ser desterrado del alma con una virtud contraria a este deseo y tentación desordenada, la humildad y el amor por el prójimo son el remedio y bálsamo contra la hiel y veneno de la envidia que amarga el alma del envidioso.

Cuando Dios le pregunta a Caín después de asesinar a Abel ¿dónde está tu hermano?, Caín responde a Dios: ¿Acaso soy yo el guardián de mi hermano? Esta pregunta tiene una sabiduría profunda. En primer lugar, debemos estar atentos ante el ciudado y amor por el prójimo; en segundo lugar, nos invita a la vigilancia de nuestro corazón y conciencia, observando nuestros pensamientos para discernir nuestra inclinación al bien que debo hacer y el mal que no debo hacer como lo enseña San Pablo. La custodia de nuestro corazón es una práctica ancestral de meditación sobre los pensamientos obsesivos que provienen del maligno, por medio de un examen de conciencia se logra sacar a la luz los sentimientos negativos que se esconden y engendran muerte.

+++Bendiciones.

jueves, 11 de octubre de 2018

Sanación Interior Del Pecado Capital De La Gula



El término gula proviene del latín gluttire, que significa engullir o tragar de manera excesiva alimentos o bebidas sin medida. Esta práctica es condenada desde tiempos inmemorables por ciertas religiones porque se interpreta como un deseo egoísta y lujurioso que busca la satisfacción personal y egoísta mediante la ingesta excesiva de comida. 

El apetito desordenado del comer o del beber. Se identifica generalmente con los placeres gastronómicos y la sensación de placer al comer o beber. Pero también se asocia con el deseo desordenado de Bienes intelectuales o Espirituales. 

El santo cura de Arts. nos enseña sabiamente sobre el pecado Capital de la gula: ¿Es que pecamos de gula cuando amamos lo que queremos? No, pecamos de gula cuando tomamos más de lo que necesitamos para sostener nuestro cuerpo. 

Santo Tomas De Aquino, define que el pecado no consiste en el placer en sí mismo, si no en el placer inmoderado. El pecado de gula es un desorden que se comete por el exceso o por defecto es decir por el exceso en la alimentación, como por la privación de la misma; veamos los dos extremos. 

La Anorexia: Trastorno de la Alimentación y rechazo a los alimentos o falta de apetito.

La Bulimia: Comer compulsivamente con provocación de Vomito. 

La manifestación de la gula tiene sus causas escondidas en una multiplicidad de vicios e inclinaciones desordenadas en los hábitos en el comer o en el beber. Para hacerlo más ilustrado  gráficamente  a continuación, examinemos estos comportamientos humanos individual y colectivamente: 

Un ejemplo evidente es la celebración de Banquetes del imperio Romano, muy común en pueblos y Dinastías en la historia de la humanidad. 

+Se peca de gula cuando no se come con moderación y se engullen la comida apresuradamente, como un animal instintivamente. 

+El acto de comer debe ser un medio de convivencia de relación y agradecimiento a Dios por la providencia del alimento dado. 

+El pecado de gula reduce al hombre al objeto de su deseo; por esto los padres y maestro Espirituales del desierto lo asocian a la: Lujuria – Avaricia – Envidia. 

+Nuestros hábitos y comportamientos Alimenticios expresan nuestra relación con Dios. 

+El deseo desordenado de la gula también se manifiesta en la avidez para consumir Cigarrillo, Drogas y/o bebidas Alcohólicas. 

+La exigencia y la excentricidad, nos puede llevar a cometer el pecado de la Gula “solo como Morro Fino”. 

+Elegir las mejores porciones en la mesa y tomar más de lo debido en un Banquete es gula. 

Veamos ahora el Pecado de la Gula en el orden Intelectual y espiritual: 

La gula espiritual: 
es el apetito desordenado de consuelos espirituales Alabanzas. Manifestaciones extraordinarias, etc. La gula intelectual: El placer de conocer y de acumular conocimientos, en la lectura insaciablemente se le atribuye este tipo de comportamiento gula Intelectual. Contrario a esto. El conocimiento y Sabiduría perfecta, consiste en el acto de buscar la verdad en la luz de todo conocimiento que es Jesucristo. La idea de todo conocimiento tiene su principio y fin en la Verdad que es Jesucristo. 

Un filósofo le pregunto a San Antonio Abad: ¿Cómo puedes vivir padre sin el consuelo de los Libros? Mi libro querido filosofo es la naturaleza de los seres y ese libro está siempre ante mi cuando quiero leer lo que Dios ha escrito en el. Los libros y todo conocimiento tienen que estar al servicio de los Seres y a conocer la cosa como realmente son.  Dios ha escrito dos Libros: El primero: en la creación por que cada creatura fue hecha por su palabra, el Segundo: En las Sagradas escrituras en las que inspiro a los hagiógrafos por Medio del Espíritu Santo. 

San Agustín decía: ¡Señor que te conozca y me Conozca ¡ 

La falta de conocimiento de Dios es oscuridad y ceguera espiritual ,el conocimiento del Bien y del Mal por cuenta propia y tomarlo para mí mismo es Gula espiritual: 

Génesis, 3 , en La Caída El conocimiento del bien y del mal que dios se reserva no es el discernimiento moral; si no la Facultad de decidir en justicia,  lo que es bueno y lo que es malo al transgredir el mandato de Dios el hombre usurpa el lugar de Dios y de su omniciencia. “Sereis como Dioses” 

San Juan de la Cruz afirma: Se buscan más los consuelos espirituales que al propio Dios, se prefieren más los consuelos que al consolador, el Espíritu Santo, se prefiere más la sensación de bienestar espiritual que la oración. 

El consuelo, gracia o “regalitos “Sensible (olores – alegría, gozo, Escarchas, etc.). Que Dios da al principiante o novicio, el Señor quita estos consuelos y el Alma entra en un desierto y obscuridad, viene la queja y rechaza a Dios, se entristecen como niños al gusto y voluntad de sus propios caramelos. 

Pero el Camino Místico y Ascético, va más allá, es de prueba, El señor limpia purifica el Alma y la ilumina y la lleva a una unión perfecta con Dios. 

Regularmente el que tiene Gula espiritual tiene Gula intelectual, Entonces se busca con avidez, retiros Espirituales variados, diferentes comunidades, diferentes servicios, , diferentes novedades que dispersan e inquietan y perturban el Alma y les roban la paz. 

El que madura en la fe, busca a Dios en alegría y en la tristeza en la Salud y en la enfermedad en la riqueza y en la pobreza, en los escases y en la abundancia, Etc. 

Santa Catalina de Siena, nos enseña: Cuando el Señor colma y dota un alma con dones espirituales se retira de ella, no por la Gracia, si no por el Sentimiento privándolo del consuelo que sentía para que salga de su imperfección. 

Pero nos gusta el Caramelo, la lechita, el Calorcito, el barullo, el gozo y nos quedamos e inclinamos a las cosas Sensibles, que son en mayoría engañosas. El Señor me Hablo, el señor me Dijo, el Señor puso en mi Corazón. Sin haber orado o discernido o buscado consejo, yo tuve una visión , yo tuve un Sueño…… etc. Un ángel Me dijo, ¿cuál Ángel…?, o vemos al Demonio en todas partes, me están haciendo brujería, y hasta vemos el mismísimo Demonio hasta en la Sopa y más grave aún en el hermano. 

Ahora bien, el alimento es fundamental para el ser humano y es la primera experiencia de placer y seguridad que nos conecta a la infancia con una especie de paraíso vivido en el seno materno del afecto y bienestar. 

+El comer nos lleva y evoca la satisfacción de afecto y seguridad perdidos el miedo los apegos, inseguridades y hasta enfermedades, tienen su raíz en la infancia, ligados a nuestra naturaleza. 

+Los padres del Desierto dicen que es muy difícil pecar gravemente de Gula. Como también es muy difícil encontrar a un hombre que no peque de gula. 

+El trasfondo y Raíz del pecado de la gula es una apego y ansia constante de no querer crecer como seres independientes y libres, si no de quedarnos en la placidez y comodidad y seguridad de la infancia. 

Todo niño pasa en su infancia por una etapa o estado de la oralidad. Como lo llaman los psicólogos Modernos , en esta etapa él bebe siente placer de este modo y todo se los lleva a la boca, él bebe no tiene mas ley que la satisfacción de su deseo, y llora y si este no es satisfecho porque no puede hablar.

El adulto sabe esperar habla , controla y modera sus deseos , sabe dar las gracias en cambio sin un niño no se le satisface su Deseo hace berrinche por que no puede hablar. 

La palabra no se puede meter en la boca , la palabra sale de la boca , la palabra nace en el corazón; él bebe tiene voz pero no tiene palabra, el gime , llora ,repite una silaba, la palabra es la negación de la inmediatez de su deseo. 

Hermanos no podemos hablar con a boca llena, la boca debe estar Vacía es decir cerrada, el hombre se hace hombre por que escucha la palabra de Dios, porque de su palabra todo fue hecho, el me habla y me llama por mi nombre, yo le respondo como su Hijo y no por mi deseo y mi impulso desordenado. 

Querido Hermano, tú vives por la palabra o por el impulso de tu voluntad , si eres un bebe espiritual vives del impulso y el deseo ; si eres un hombre espiritual vive de la Palabra de Dios.

<<No solo de pan vive el hombre sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.>> 

En que se resume la ley de Dios y los profetas : <<Amaras a Dios con toda tu Alma con toda tu mente, y con todo tu corazón y al prójimo como a ti mismo >> 

Romanos 7.7 ¿Qué significa esto? ¿Que la Ley es pecado? De ninguna manera. Pero yo no habría conocido el pecado si no fuera por la Ley. Yo no tendría conciencia de lo que es codiciar si la Ley no me hubiera dicho: «No codiciarás». 

Dicen los padres del desierto en sus apotegmas: 

+El deseo de los bienes del mundo sin intención y sin palabras es ciego. 

+No regirás tu vida por el deseo, si no por la palabra de Dios. 

+No sabemos amar confundimos el amor con el deseo. 

Si el deseo no se somete a la palabra de Dios es irracional y demoniaco. “No deseo a mi esposa. deseo al encanto de otra mujer o deseo solo mis caprichos, y le dice a su esposa “Ya no te deseo ya no te amo”. ¡pues nunca la amaste. ¡ 

La sabiduría de las mujeres que se iban al desierto una de ellas Sincletica decía: Mucho cuidado con la visita de las madres, al monasterio no así, la de los padres: porque la madre encarna el alimento y el padre representa la Ley. 

La nostalgia de la comida de la Madre: (“mi mama me mima, que buena es mi mama”). Las relaciones disfuncionales con el vínculo Maternal, basadas en el Deseo o vacíos de afectividad, tienen la raíz de muchos Vicios y pecados, si una relación se basa solamente en la satisfacción de un deseo y no en la palabra de Dios, no es sana es disfuncional. 

Él Bebe no quiere palabras, quiere satisfacer su deseo su ego, quiere que su Mama lo abrace, Cuando la figura de la Mujer representada en la Madre es un objeto y no una persona que Existe la relación con Dios y consigo mismo se trastorna en un afecto desordenado. 

+El pecado de la Gula hace pesado el corazón del hombre, cuando se come demasiado el corazón y las entrañas se cierran al prójimo, se embotan. <<Ahora no me hable estoy muy pesado; estoy muy lleno...>> 

Lucas 21, 34,35«Guardaos de que no se hagan pesados vuestros corazones por el libertinaje, por la embriaguez y por las preocupaciones de la vida, y venga aquel Día de improviso sobre vosotros, .como un lazo; porque vendrá sobre todos los que habitan toda la faz de la tierra. 

La satisfacción excesiva sin moderación de nuestros deseos lleva al libertinaje y no a las entrañas de nuestro corazón y queda sin lugar para el espíritu, el Alma se adormece y se entra en el estupor espiritual “La Pereza”. Debemos comer para vivir y no vivir para comer; dicen los anacoretas y padres del desierto. 

+La Gula es la Madre de la Lujuria y es la puerta de entrada de muchos pecados. De la Cena a la Cama, el exceso de comida y de bebida, conduce e invita a la oralidad y luego a la genitalidad. La comilona y los banquetes inducen a la charlatanería Los excesos de la Mesa conducen a los Excesos en la Cama. (Depravación). 

San juan Clímaco nos exhorta, sigamos sus consejos: 

+La sagacidad en la alimentación engendra la fornicación y la aflicción del vientre da a luz a la Castidad. 

+El espíritu del que ayuna y ora actúa con sobriedad y el espíritu del intemperante está lleno de imágenes impuras. 

+El que cuida el vientre y no modera sus deseos, lo vence al espíritu de fornicación es semejante a un Hombre echándole aceite para apagar el Fuego. 

+Aflige tu vientre, refrena y cierra tu boca; porque la lengua toma fuerza con la abundancia de alimentos. La sagacidad en la exquisitez en la comida y la bebida conduce a la excentricidad y perversidad Ejemplos : El Faisán, el Whisky, el vino Añejo, (Rey Africano Antropófago Idiamin) comenzó a ser excéntrico en sus comidas y bebidas y de desvió por último a comer carne Humana. 

El Abad Juan afirma: Cuando un rey quiere tomar una ciudad a los enemigos les corta el Agua y los víveres para agotarlos de hambre y capitulen; lo mismo ocurre con las pasiones carnales si el hombre vive con Ayuno y oracion  los enemigos que tientan en el Alma se debilitan. 

Hay que escuchar al cuerpo y aprender, no la voz del deseo, la llamada de la papila gustativa es inmediata ; el arco de tiempo de la voz del cuerpo toma más tiempo. Comer es sustentar a el cuerpo por que es el lugar de nuestra presencia personal en la que habita y mora el espíritu Santo.

Son indebidos  los excesos de los Gurús o que se dicen llamar maestros que someten al cuerpo a toda Clase de castigo o Exceso. Para alcanzar “la iluminación”. Solo el hombre que renuncia a todo Exceso de comida o bebida es libre de alimentarse con un espíritu justo. San Pablo, nos enseña todo me es licito, pero no todo me conviene. (1 Cor 10 ,23) 

Reflexionemos lo que la palabra de Dios dice: El Reino de dios no es comida ni bebida si no justicia y paz, Gozo y vida en el espíritu (Romanos 14,18)

<<Debemos vivir  de la Palabra de Dios y no del Deseo oscuro, y la avidez del Deseo.>>.


+++Bendiciones